El juego de naipes en los bares del pueblo sigue siendo la costumbre más arraigada, incluso entre la población más joven.
Provincia-Granada

El siete quita la muestra en Montefrío

La originalidad brilla en este municipio: desde campeonato de brisca a concurso de tirachinas... Y todo con un toque de saxofón

TEXTO Y FOTOS: J. J. PÉREZ

Miércoles, 11 de agosto 2010, 04:23

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La canícula a las cuatro de la tarde pone en evidencia la mitad del nombre de Montefrío. La silueta del pueblo aparece recortada entre montes, olivos y campanarios en un azul cielo intenso, señal de aire puro. El olivo impulsa la economía de la población y su influencia se deja notar en la existencia de una el Centro de Interpretación Etnológico de la localidad que directamente es llamado por los locales del Museo del Olivo.

40 años, tantos como los naipes de la baraja española con la que se juega a la brisca. La localidad celebra como una de las actividades más llamativas de sus fiestas el concurso de brisca. Los bares y cafeterías de la localidad conocen bien lo arraigado que este juego de cartas está entre la gente joven del pueblo, según comenta el técnico de juventud del Ayuntamiento de Montefrío, David Fortis.

Este año se ha logrado, comenta el técnico, junta en las mesas de juego a parejas de todas las edades. «Los jóvenes pensaban que los mayores sabían más y por eso eran reticentes», dice. Así que la organización adoptó una solución salomónica: jugar con las normas de los jóvenes y la presencia de mayores.

La sota de bastos, el espadón, el as de oros y el siete quita la muestra. Inés Muñoz, Estela Ariza, Marta García y Eloisa Muñoz participan en el concurso de brisca. Son estudiantes en Granada y Málaga y regresan al pueblo por verano. «Aquí ni 'play' ni Wii, aquí la brisca es lo que gusta», dice Inés para explicar la importancia de este juego entre los vecinos de Montefrío.

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Ninguna de las cuatro jugadoras ven que en un futuro cercano su futuro profesional pueda estar ligado al pueblo, «con nuestras carreras es difícil quedarse aquí, en este pueblo sólo hay campo», lamenta Inés. Francisco Pareja, trabajador del campo jubilado, les da la razón a las jóvenes. Además, hay más motivos para el pesimismo, en la última temporada de aceituna, el precio del fruto ha estado por debajo de los costes de producción, según él. No obstante, el pueblo se siente orgullosa de tener una cooperativa, San Francisco de Asís, de la que dicen los locales que es una de las más grandes de Andalucía.

Buen aceite y buen queso. Si alguien tiene dudas sobre la calidad de los quesos montefrieños le puede preguntar a Michell Obama su opinión, porque los quesos de la localidad formaron parte de la degustación de productos granadinos que se le ofrecieron a la primera dama estadounidense. Natalia Zamora es una de las propietarias de la fábrica de Quesos Montefrieños, una empresa local que ha cosechado fama nacional y números premios. 90.000 kilos de queso al año es un buen argumento de su calidad.

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Otro de los orgullos de Montefrío es el III Curso Internacional de Saxofón Villa de Montefrío. De la mano del músico local Federico Coca han llegado hasta Montefrío 54 saxofonistas de toda España. 54 pero podían haber sido mucho más, porque en esta edición se han superado con creces el número de solicitudes. A los alumnos se suman los componentes del Ensemble Squillante.

Federico Coca, formado en el Conservatorio de París, muestra su satisfacción por el éxito del curso, también por mostrarse como anfitrión de su tierra. A lo largo de los diez días del mismo, el curso los integrantes ofrecen conciertos en algunos de los muchos puntos monumentales de la villa. «Es como una tarjeta postal», dice uno de los profesores franceses del curso traducido por Julien Chatellier. El marco monumental en el que se imparten los cursos es sólo uno de los aspectos positivos de la experiencia, también es el encuentro entre la educación musical francesa que traen los profesores y la española de los alumnos procedentes de todas las comunidades autónomas españolas.

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Jorge Rocamora, de Alicante, Daniel Delgado, de Valladolid, Pedro Jesús Ortiz, de Córdoba y Alejandro Pedrosa, de Palencia, son parte del alumnado de este curso. Vivir en el pueblo durante los días del curso y participar en los conciertos son los aspectos más valorados por los alumnos, sólo un punto negativo, «a este pueblo le sobran cuestas», se queja Alejandro. Las fiestas de Montefrío acaban de empezar. Pero aún quedan más actividades sorprendentes. El próximo sábado 14 de agosto, a partir de las siete de la tarde, se celebrará un concurso de tirachinas, en el Parque de El Zanjón, en el que vecinos y visitantes tendrán la oportunidad de demostrar su puntería con este tradicional instrumento. Pedro Peregrina es el responsable de que este juego tradicional se hay convertido en una práctica deportiva de éxito.

La elección de la dama de las fiestas, verbenas populares o un espectacular castillo de fuegos populares como fin de fiestas serán otras de las actividades de las que montefrieños y visitantes podrán disfrutar en los próximos días.

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