PPLL
Domingo, 26 de diciembre 2010, 02:12
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Se lo confesó a su mujer cuando el matrimonio hacía aguas y él había cumplido 38 años. «Lo solté por si servía para algo. Lo tenía guardado en una caja negra y no era consciente de los problemas que me acarreaba». Su padre había abusado de él «creo recordar que desde los 7 años, pero probablemente fuera antes, hasta los 14». Su esposa llamó inmediatamente a sus suegros. «Lo soltó todo en el contestador. Lo escuchó mi madre, que no sabía nada y fue durísimo. A mí me tocó asumir el tema con la impresión de haber montado una bronca enorme». Sus dos hermanos tampoco conocían ni un solo detalle. Escritor y empleado en una imprenta, Joan buscó ayuda psicológica pero no la encontró. «Los psicólogos no estaban preparados. Hasta hace muy poco no se daba esta materia en las universidades». Lo único que le alivió fue la terapia en grupo de la asociación catalana de víctimas, entonces la única de España. Al ver lo desesperada que estaba la gente, se le ocurrió organizar un foro en internet. Hoy son más de 3.000 miembros. «Cumple una función limitada, pero eficaz. Facilita mucho la comunicación».
Joan se divorció hace dos años y ahora, con 48, por fin tiene la sensación de controlar su vida. «Nunca es tarde. La única manera de superarlo es contándolo, aunque pienses que destrozas a tu madre, que la familia se va a la mierda. Cuéntalo». Denunciarlo es diferente. «El sistema español es tercermundista».
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