DANIEL OLIVARES dolivares@ideal.es
Viernes, 15 de abril 2011, 15:01
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Acostumbrados a verla siempre con una sonrisa, en los buenos y en los malos momentos, ver llorar a María José Rienda se hizo extraño, emocionadamente extraño. Sus lágrimas contagiaron a toda la sala, que en pie, aplaudió durante más de dos minutos a la mejor esquiadora española de todos los tiempos. El llanto brotó en dos momentos del acto de retirada oficial de la deportista granadina. Primero, al recibir ese extenso aplauso tras su discurso de despedida y agradecimientos. Más tarde, cuando el secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, anunció que el Gobierno español le concede la medalla de Oro al Mérito Deportivo, la máxima distinción deportiva que concede el Estado. María José podrá colocarla en la vitrina de sus éxitos junto a la de bronce que ya poseía, las seis medallas por sus respectivas victorias en el eslalon gigante de la Copa del Mundo y el trofeo como subcampeona de la especialidad en la misma prueba de la temporada 2005/06.
Fue el segundo y sorprendente anuncio que hizo Soler en el adiós de Rienda. El primero fue la decisión del Consejo Superior de Deportes de poner en marcha un plan de tecnificación y alto rendimiento para los deportes de invierno, cuya dirección correrá a cargo de la (desde hoy) exesquiadora granadina. Una forma de «agradecerle su trabajo, su constancia y su compromiso y todo lo que nos ha dejado al deporte español, y al esquí en particular», dijo Soler.
«Por un lado me da mucha pena (dejarlo), pero por otro empieza una nueva etapa», expresó María José en su discurso inicial, en el que se mostró «orgullosa de mí misma», tanto por los éxitos deportivos alcanzados como por el instinto de superación que le llevó a superar dos graves lesiones en ambas rodillas y regresar a la alta competición. «Después de las lesiones, intentarlo de nuevo fue un reto. Aun cuando las cosas no eran fáciles, intentaba sonreír. Me voy en paz conmigo misma. Espero que mi carrera sirva de inspiración para otros deportistas, como lo fueron otros en su día para mí», indicó, al tiempo que dio las gracias a todos los que le han apoyado a lo largo de sus 17 años de carrera: a su familia, a su marido Ángel, a los fans, a los patrocinadores y, en especial, a su equipo técnico, compuesto por el entrenador Walter Ronconi, la fisioterapeuta Karen Arnold y el preparador físico Carlos Álvarez, «con quienes he compartido los mejores y los peores momentos». También se acordó de la RFEDI, de la Junta de Andalucía y de Sierra Nevada, su estación.
Rienda explicó a continuación que los últimos habían sido «unos días muy intensos» y se mostró «muy contenta» por «volver a casa y despedirme así, con todo este cariño que me dais... es un auténtico lujo».
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«Me quedo con lo mejor»
Sobre el balance de su carrera deportiva, no se quedó con ningún momento en especial porque, dijo, «hay muchos». «Siempre me he quedado con lo mejor. Todas las metas que he podido conseguir a nivel deportivo.... las victorias, los podios. Estoy orgullosa de haber estado al más alto nivel y de haber intentado volver. Siempre lo he dado todo. Me voy satisfecha y contenta», añadió. No se lamentó por ninguno de los objetivos que se quedaron en el camino, aunque recordó que «se me han resistido las Olimpiadas y los Campeonatos del Mundo», no así la Copa del Mundo, «que premia la regularidad».
De las seis victorias en pruebas de la Copa del Mundo, recordó con especial cariño la primera. «No todas son iguales, pero la primera vez que gané fue impresionante, porque llevábamos muchos años entre las primeras y no llegaba. Cuando consigues el podio y estás la primera... Recuerdo que nos pusimos a bailar la bamba, literalmente. No olvidaré ninguna. Cada una ha sido un objetivo cumplido», recalcó.
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Ayer corrió el último eslalon gigante de su carrera deportiva en los Campeonatos de España. Probablemente será su última bajada profesional, a pesar de que hoy está prevista su participación en el eslalon. Tras quedar segunda, por detrás de Carolina Ruiz, reconoció que afrontó la carrera «nerviosa» y con «algo de tensión». «No me ha salido todo lo bien que me hubiese gustado», remarcó.
Momentos de emoción
María José lloró, sonrió y estuvo nerviosa en determinados momentos, pero también alternó esos momentos de emoción con puntos de serenidad y buenos capotazos. Como el que escenificó al ser preguntada por el futuro de los componentes de su equipo técnico. «Esa pregunta se la paso a Eduardo Roldán», capeó. El presidente de la RFDI recogió el guante y recordó que en su primera intervención ya había apuntado que el organismo federativo contará con ellos: «Por lo que han hecho y por lo que han dedicado, nunca me voy a olvidar de estas personas. Eso está prometido», dejó dicho.
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Su compañera en Copa del Mundo, Carolina Ruiz, también salió a la palestra. Ahora que la deja como única representante española en el gran circuito internacional, rompió una lanza en favor de ella al ser preguntada por si se le debe exigir que suba un escalón y por si afronta ahora su carrera con un plus de responsabilidad ante su propia marcha. «Carolina es una gran deportista, está en Copa del Mundo. Las cosas hay que valorarlas. A veces los periodistas sólo miráis los listines de los resultados de las carreras y no sabéis qué hay detrás. Hay que saber por qué pasan determinadas cosas. No es fácil. Nuestros deportistas son nuestra base», dijo. En este sentido, abogó por «trabajar mucho» también «en la vía de la comunicación», de vender más el esquí español en los medios de comunicación. «Cuando se gana o cuando sale uno que gana, estamos todos ahí. Si está quinto, sexto u octavo, ya no se le presta la importancia que tiene. Depende de vosotros (los periodistas) que lo valoréis», solicitó.
María José, además de por el secretario de Estado para el deporte y del presidente de la RFEDI, estuvo acompañada también en su última comparecencia pública como esquiadora profesional por dos tocayas suyas, la delegada del Gobierno andaluz en Granada, María José Sánchez, y la directora general de Cetursa Sierra Nevada, María José López. La primera destacó la «sensación agridulce» que despierta la marcha deportiva de Rienda: «Eres una granadina universal y te despides en tu casa a lo grande». Sánchez acudió a la cita en lugar del consejero de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía, que al parecer tenía algún acto más importante en otro punto de la región. Por su parte, María José López no quiso intervenir para dejar todo el protagonismo a la deportista.
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Los mejores piropos para Rienda llegaron de la mano de Eduardo Roldán, que habló de ella como «la mejor esquiadora española de todos los tiempos» y señaló que el valor de todo lo conseguido por la granadina «es algo incalculable». Según el presidente de la RFEDI, «le debemos muchísimo todos, a ella y a su equipo, y esa deuda no se pagará nunca». Sin duda. Granada, Andalucía y España ya le echan de menos. Gracias por todo, María José.
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