Daniel Guijarro atiende a IDEAL en su granja. Ramón L. Pérez

«Tuve que ver cómo se ahogaban mis 42.000 pollos sin poder hacer nada»

Daniel, avicultor de Dólar afectado por las lluvias, recurre a su seguro para superar la pérdida económica

Jueves, 31 de octubre 2024, 00:02

«Dos nubes» se cruzaron en la granja de Daniel Guijarro, 36 años, en una larga madrugada en la que no durmió porque intentó salvar sus 42.000 pollos. La noche en vela fue en vano. Llovió con intensidad desde las 22.00 horas hasta ... las 5. 00 de la madrugada del martes, las naves se anegaron de agua y los animales, con solo doce días de vida, perecieron.

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«Tuve que ver cómo se ahogaban sin poder hacer absolutamente nada. Ha sido una desgracia, he llorado lo que tenía que llorar. No valen los lamentos. Tengo que seguir adelante», manifiesta a IDEAL. El hombre es avicultor desde hace cinco años. Antes se dedicó a la construcción y, a pesar de los sinsabores del sector primario, está decidido a seguir.

Le gusta la actividad de la granja, una profesión sacrificada que cuando sale bien es gratificante. El avicultor, inmerso en el papeleo para poder acceder a la cobertura de su seguro, limpiará las naves este viernes tras la visita del perito y espera poder recibir pronto una remesa de pollos de engorde.

Esta última camada que ha muerto de forma traumática era la número 30. Para poder poner en marcha el criadero tuvo que hacer una gran inversión. Calcula que la muerte de los animales supondrá una losa de al menos 10.000 euros. Algunos de sus vecinos en Dólar, también ganaderos, le han ofrecido ayuda para arreglar las naves.

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Morirán de hambre

En los terrenos colindantes, los animales que no han muerto ahogados lo harán de hambre. Isidro cuida con mimo los 36.000 pollos que tiene en su granja. Queda un mes para poder entregarlos al matadero, si el pienso le llega a los silos. Los caminos en Dólar están tan destrozados que han desaparecidos y en los senderos que quedan no son aptos para la maquinaria pesada.

El ganadero, con más de 20 años de profesión a sus espaldas, está harto de verse ahogado. «Necesitamos que los políticos arreglen los caminos rápido.Las facturas superan más de 1.300 euros solo en electricidad y los animales tienen que comer o morirán», espeta el afectado por las inundaciones.

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