marta becerra
Viernes, 30 de julio 2021, 15:54
Con el sueño de crear su propia firma de moda, Cristina Pérez (@bdebetcher en Instagram) voló hace más de dos años a París dejando atrás Granada, la ciudad que la vio nacer y crecer. Desde pequeña, esta chica morena de ojos castaños y un gran ... gusto por el estilo sencillo pero elegante, tuvo clara su pasión. «Con once años ya tenía mi propio blog», cuenta la influencer, que a sus 25 años tiene más de 83 mil seguidores en Instagram.
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Fue en la ciudad de la Luz, mientras cursaba un Erasmus, cuando se dio cuenta de que la capital francesa era la meca de la moda y que era precisamente eso en lo que ella quería trabajar. Por eso, mientras estudiaba el último año de Traducción e Interpretación, iba y volvía de Madrid para realizar el curso de Elle de «Marketing y Comunicación de Moda y Lujo». Luego voló de nuevo a París para terminar su formación con un máster de gestión de empresas de moda y lujo (Fashion & Luxury Brand Management) en el prestigioso Instituto Marangoni.
Aunque actualmente reside en París, la influencer tiene fecha de vuelta: «Al vivir allí fui consciente de lo que tengo en Granada y hace poco me he dado cuenta de que quiero volver». Cristina Sueña ahora con poner en marcha un proyecto que tiene entre manos, pero volverá a la ciudad parisina porque «allí las oportunidades de trabajo son mucho mayores que en España, aunque aquí haya mucho talento», asegura la influencer . » Si fuese por la calidad de vida me quedaría en Granada, pero por motivos de trabajo debo volver a Francia».
Los meses de pandemia, en los que estuvo trabajando desde casa, la influencer descubrió su lado más versátil y resolutivo y su capacidad de resolver los problemas por sí misma. Su verdadera meta es crear y triunfar con su propia marca, aunque dice que el tiempo y las circunstancias, sobre todo con la llegada de la pandemia, han cambiado sus prioridades. La meta laboral ha pasado a un segundo plano y ha colocado a la familia y los amigos en primer lugar. «Tenía unas expectativas muy altas, pero, aunque seguiré luchando por conseguir la meta que me he propuesto, ahora solo quiero trabajar en algo que me guste y poder vivir bien», afirma convencida.
Es en las redes sociales y concretamente en Instagram donde Cristina se está abriendo camino con fuerza, y donde ya cuenta con 83.300 seguidores, aunque para la influencer esto es solo un hobby. «Si me dedicase a Instagram a tiempo completo, posiblemente pudiese vivir de ello gracias a las colaboraciones, pero es un mundo en el que un día estás arriba y al día siguiente puedes caer. No da seguridad», explica.
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Muchos personajes públicos llegan a sentirse colapsados por el continuo juicio al que están expuestos por parte de los seguidores, pero Cristina cuenta que los suyos han llegado muy poco a poco y que, las personas que la siguen saben cómo es ella: una persona que no entra en temas polémicos, no habla de política e intenta hacer colaboraciones con empresas y marcas que no sean conflictivas. «He tenido mucha suerte con el tipo de seguidores que tengo», sonríe.
Algunos influencers rechazan formar parte de muchas colaboraciones, bien sea porque no se adecúan al contenido que publican, a la ética de la empresa o que no sea un producto bueno, «aunque suelen ser las colaboraciones mejor pagadas», asegura.
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Es cierto que muchos personajes públicos recomiendan métodos adelgazantes, alimentación o productos de dudosa calidad. «Ahí está mi línea roja», asegura Cristina, quien hace hincapié en el peligro que tienen estos temas. Muchas jóvenes preguntan a estos personajes lo que hacen para conseguir ese cuerpo idílico que nos ha vendido la sociedad actual y hay que tener precaución a la hora de aconsejar, ya que todos los cuerpos no son iguales, ni por dentro, ni por fuera.
Una de las características que sus seguidores destacan de ella es su cercanía. La influencer intenta responder a todas las personas que le escriben preguntándole por dudas acerca de viajes o sus estilismos.
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Una vez, nos cuenta, una seguidora le pidió recomendación sobre restaurantes en París y coincidieron en el mismo, con la mala suerte de que el aforo estaba completo. Cristina le ofreció a esta seguidora y a su pareja la opción de acompañarla a ella y a sus amigos a otro lugar y hoy en día tienen muy buena relación.
«Me encanta servir de puerta a esas personas que llegan a un país extranjero sin conocer a nadie y ayudarles a adaptarse». No ha pasado solo una vez. Y es que la influencer pertenece a un grupo de «españoles en París» en el que ha introducido a algunos de sus seguidores para que se sientan mejor acogidos a su llegada a un nuevo país.
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Su buen gusto por la ropa y su capacidad para sacarle todo el partido a los lugares que visita no son los únicos factores que hacen que consiga el cariño de sus seguidores. Su cercanía, naturalidad y su lucha para conseguir hacer realidad su sueño, son características que le hacen estar cada vez más cerca de las personas que la siguen y adoran sus estilismos. Y, aunque ahora estará más cerca de Granada, no será por mucho tiempo. Porque Cristina Pérez ha dejado algo pendiente en París y piensa volver para conseguirlo.
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