Fran vive en un piso compartido porque no se puede permitir una vivienda para él solo Pepe Marín

«Vivir solo es una meta inalcanzable para los jóvenes; es imposible de pagar»

Fran comparte piso con otras dos personas en Granada desde que empezó a trabajar y ve imposible la opción de independizarse

Domingo, 6 de octubre 2024, 00:05

El caso de Fran refleja la cruda realidad a la que se enfrentan los jóvenes en Granada. A sus 28 años, cuenta que vive en un piso compartido desde que empezó a trabajar porque alquilar un piso entero o un estudio en la capital es ... inviable a día de hoy. «Vivir solos es una meta a la que los jóvenes no podemos llegar porque no lo podemos pagar», expresa. Esta opción se llevaría más de la mitad de su sueldo, razón por la que no puede contemplarla.

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Aunque reside con dos amigos en un piso en Camino de Ronda y no tiene ningún problema de convivencia, dice que hay una edad en la que necesitan más intimidad e independencia. «Seguimos anclados a unas condiciones con las que empezamos a vivir cuando teníamos 18 años», asegura.

El intento de búsqueda se repite día tras día a través de portales online o mediante grupos de amigos que se cambian de piso, pero las alternativas son reducidas. Conseguir un alquiler de una habitación en la que el dormitorio no se encuentre en el mismo salón es difícil de encontrar por menos de 600 euros.

La situación le genera una mezcla entre incertidumbre y tristeza. Nunca imaginó que seguiría compartiendo piso como cuando estaba en la universidad seis años después de finalizar sus estudios. Tampoco observa el futuro con optimismo, incluso reconoce que el suyo no es el peor de los casos. Otras personas de su entorno comparten con más personas en pisos donde las instalaciones son obsoletas y se encuentran en mal estado. «Esto nos desmotiva, pero no tenemos otra opción», añade. Insiste en la necesidad de regular tanto el alquiler como la compra de viviendas para que así los jóvenes tengan una mayor facilidad para acceden al parque mobiliario de las ciudad. La situación es similar en su grupo de amigos. Explica que ninguno de ellos consigue independizarse por un precio razonable y que el panorama tampoco mejora cuando mencionan la opción de adquirir una casa. Echan la vista atrás y observan cómo la situación no tiene nada que ver con la que vivieron sus padres; ahora el acceso a una propiedad es mucho más complejo.

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