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Sentada en la bancada del salón de plenos, la portavoz de Vox, Beatriz Sánchez, seguía el discurso de la alcaldesa con gesto muy serio. El motivo lo explicó después, cuando le tocó hablar en el debate del estado de la ciudad que tuvo lugar este miércoles en el Ayuntamiento. «No se puede tener una actitud triunfalista así sin más», dijo, en una crítica al balance hecho por la propia Marifrán Carazo de su gestión.
La responsable lamentó la dispersión de un debate que no abordó, desde su punto de vista, el estado y los problemas «reales» de los granadinos. Los enumeró. «Tener un trabajo, una casa, una ciudad limpia, seguridad en las calles y llegar a final de mes. A nadie parece importarle esto aquí», criticó Sánchez mientras recordaba que, con un 18% de parados, Granada sigue a la cabeza en materia de desempleo. «Es inadmisible», remarcó.
La portavoz reconoció veladamente la mejora económica, pero aclaró que no se puede hablar de buena gestión «si los vecinos no se benefician de ella». Ahí cargó contra la alcaldesa, a la que recordó sus compromisos para bajar la presión fiscal. La edil citó a la propia Carazo cuando reconocía que no le gustaban sus propios presupuestos y le afeó su desconocimiento de la situación financiera municipal previa. «¿Es que acaso no lo conocía? ¿No gobernaba el PP desde 2009?», espetó, antes de pasar a reclamar la bajada de impuestos y la eliminación de gastos superfluos que son bandera de Vox desde el inicio del mandato.
Sánchez también apuntó a otros asuntos dolorosos para el equipo de gobierno, como la gestión de la Policía Local o la zona de bajas emisiones. Sobre lo primero, que definió como «escándalo», mostró su sorpresa por las decisiones tomadas por la regidora. «Es incomprensible que no haya cambiado lo que había que cambiar, la politización que había con el PSOE y con el PP», dijo.
Sobre las restricciones ahondó más. Describió el trabajo realizado por el equipo actual como un «cúmulo de improvisaciones que parece que no va a acabar nunca». Sánchez fue dura al reclamar el fin de la persecución contra el coche privado y reclamó que, antes de dar ningún paso, «se den alternativas». «Han diseñado una zona de bajas emisiones que es un muro, una trampa», exclamó antes de exigir rectificación a la alcaldesa. «Usted pensaba que podría pasar de puntillas sobre esto, pero se ha equivocado. Será el mandato de las restricciones a la movilidad aprobadas por el PP, el de la traición del PP al Área Metropolitana», subrayó.
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