Irene, Gala, y dos de los peques en su primer día de cole. ALFREDO AGUILAR

La vuelta al cole, más llevadera de la mano de Gala

Una perra terapéutica acompaña a los más peques en sus primeros días en el colegio Fuentenueva

Javier Morales

Granada

Lunes, 11 de septiembre 2023, 19:58

Llega el momento de entrar por primera vez al cole y todo es una sorpresa. Los compañeros -pronto, amigos-, las maestras, el patio inmenso en el que de aquí a unos años marcarán sus primeros goles, los globos, la música, las filas... Y en el ... centro de todo lo nuevo, Gala. Es la perrita que acompañará a los peques del CEIP Fuentenueva, un flechazo a primera vista para suavizar la llegada a ese mundo por descubrir.

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Es una perra terapéutica que desde hace cinco cursos pasa unos días con los más peques, los de tres años, junto a Irene Maldonado. Es madre de un alumno del cole y puso en marcha este proyecto. «El hecho de introducir un elemento para interaccionar con ellos les ayuda a entrar en el cole», cuenta. Lo propuso, al director, Luis Pinto, le pareció buena idea, y desde entonces es la estrella del primer día de cole.

Gala, una golden retriever, tiene seis años y está entrenada desde los dos meses para estar tranquila en entornos ruidosos o con mucha gente que quiere tocarla. Incluso, relata Irene, sabe distinguir cuándo está en casa, de paseo o jugando, y cuándo 'de servicio' y tiene que echar una mano a los niños.

Nada más abrir la puerta, los pequeños se acercan curiosos a la mascota, que les acompaña atada por su dueña al interior del aula. «Hoy va a haber lloros -los hay, desde luego- pero ella intentará que se calmen con solo fijarse en ella. Luego ayudará con algunas funciones. Por ejemplo, le metemos las normas de clase en una mochila y los niños las van sacando, o elige pelotas de colores y los niños tienen que reconocerlos, juega al 'Gala dice' para practicar la motricidad...»

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Jugando en el aula. ALFREDO AGUILAR

Los niños más atrevidos llegan a la fila, se despiden de sus padres y entran al aula con aire de exploradores, toqueteando juguetes y compartiendo las primeras palabras tímidas. Otros, sin embargo, se enganchan a la mano, a las piernas o al cuello de papá o mamá. Al rato -no hay vuelta atrás- se quedan solos en la clase y empiezan a calmarse. En cuanto acaba el lagrimeo se fijan en Gala, que aguanta paciente los mimos de los niños a los que acompañará durante los primeros días de clase.

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