Vanesa, camarera de la cafetería Flamboyán del Zaidín, prepara las mesas del interior este lunes por la mañana. Pepe Marín

Un día cualquiera entre el Zaidín y La Chana

La fase 2 abre los recintos interiores de los establecimientos en unos barrios de Granada que recuperan poco a poco su normalidad

Lunes, 1 de junio 2020, 14:20

El mes de junio trae dentro de su tripa el verano y los exámenes. El solsticio se cumplirá irrmediablemente. De los exámenes, mejor no hablamos en este curso raro. Lo que sí sabemos es que Granada se ha despertado en la más que deseada fase ... 2. Y se nota en toda la piel de esta ciudad inquieta hasta el punto que la mañana y el mediodía de este lunes primero de junio es más bien un día cualquiera entre el Zaidín y La Chana.

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La última hora de granada

La calle Palencia, la Avenida de América o la de Dílar, arterias del populoso barrio del Zaidín, han vuelto a recibir a borbotones la sangre de sus vecinos. A las doce del mediodía las terrazas están llenas de cafés con tostadas pegadas a sus clientes. Las sombrillas, desplegadas porque tiene pintas de que va a hacer calorcito.

La calle Palencia está también en obras, con máquinas que hacen mucho ruido y que por esta vez a nadie molestan. Merca 80 con sus medidas de seguridad, abierto durante todo el confinamiento, ve por primera vez un chorreón de clientes que entra y que sale.

Lo mismo ocurre con todo el rosario de tiendas, comercios, establecimientos que jalonan las calles de este barrio, donde se mezclan por primera vez, una vez eliminadas las franjas horarias, los pequeños con los mayores. Y todos, con los adultos.

Dentro de la cafetería de Merca 80, por ejemplo, dos amigos se toman una buena cerveza con su tapa. Esto es novedad proporcionada por el comienzo de la fase 2, que permite el 40% del aforo interior siempre que los clientes estén sentados.

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La cafetería Desi, también en la calle Palencia, tiene desplegada su terraza que está abarrotada de clientes. Pero, de momento, no ha abierto las puertas de su recinto interior. Flamboyan, al contrario, apuesta fuerte por abrir la persiana y hacer negocio. La terraza ubicada en la calle Pablo Picasso guarda las medidas de seguridad y no hay una sola mesa libre. En el interior hay media docena de mesas llenas. Cafés, pasteles y bollería, seña de identidad de esta casa, se consumen en las mesas.

Las medidas de seguridad son más que evidentes. Vanesa, camarera de la cafetería Flamboyan, explica que ya habían abierto en fase 1 pero que este lunes, en fase 2, han habilitado el interior. «Hemos precintado la barra, ya que está prohibido consumir en ella. Y hemos precintado también una de cada dos mesas para cumplir con los protocolos de higiene.

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Son más las medidas. Además, llevamos la smascarillas, hay gel desinfectante en la entrada y en las mesas y hay también una puerta de entrada y otra de salida». Esperan tener mucho trabajo. «Poco a poco, la gente se irá acostumbrando y volverá a venir».

Ángel sirve una jarra de cerveza a un cliente que ocupa una de las mesas del interior de su bar. J. F. B.

La Chana

En la zona de las Brisas, en La Chana, el bar El Arenal la terraza se compone de seis meses. Margarita, Ángel y en la cocina, Jose, atienden de maravilla. Se notan las ganas del vecindario por recuerar la normalidad, auqnue sea poquito a poquito. «Tenemos todo tio de tapas, para eso esto es la Chana», explica Margarita protegida con su mascarilla detrás de la barra, que está además convenientemente precintada.

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«Y también hemos abierto en el interior. Son otras seis mesas y están con la debida separación», explica Ángel. «Qué le vamos a hacer, solo se puede abrir el 40% en el interior. Pero es lo que hay. Tenemos que adaptarnos y tirar palante», concluye.

El resto del barrio de la Chana se desempeña de igual forma. Hay ambiente en la conocida zona de Las Torres y en el entorno de la plaza de la Unidad se atisban cervecerías que han vuelto a abrir sus puertas y se ve gente en su interior.

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También ha abierto a todo trapo la cafetería Sibarita, uno de los puntos de encuentros de este barrio de la Chana. Su responsable explicaba la semana pasada que no le salían las cuentas si solo podía vender comida para levar y la mitad de la terraza. Hoy, ha abierto con la terraza en condiciones y con parte del interior, el 40%, a disposición de su clientela.

Se acercan las 14 horas, tiempo de tapa, caña y asueto, y el barrio de La Chana se ve ambientado. Pese a que es lunes y que el pequeño comercio ya va cerrando sus puertas. La gente está tranquila y hay cierto 'flow' en el ambiente que presagia que los barrios de Granada se van a desescalar con acierto.

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