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Las obras de modernización del cauce de la Acequia Gorda no concluirán, en el tramo de San Antón, hasta al menos dentro de dos semanas. Es el tiempo que permanecerá abierta una zanja en plena acera que, desde su excavación en febrero, ha generado críticas ... entre los vecinos por el mal olor que despide. La causante del hedor es la acumulación de los restos vertidos durante décadas por un edificio del Centro, que además impidió colocar las nuevas tuberías y retrasó la obra. Los trabajos han vuelto a demorarse tras la detección de un segundo inmueble que desaguaba de forma irregular al cauce de riego.
La operación consiste, a grandes rasgos, en colocar una tubería en el interior de la canalización –se empezó a construir en el siglo XI– para evitar filtraciones a los edificios y que tenga más presión, permitiendo así el regadío por goteo en las plantaciones de la Vega. La conducción, de 80 centímetros de diámetro, se inserta desde elCuartel de las Palmas –en la cuesta de Escoriaza– y Neptuno. Para instalarlo no es necesario abrir 'en canal' el Centro, tan solo las zonas en las que hay recodos. En el resto del cauce, las máquinas y los trabajadores empujan los cilindros.
Uno de estos recodos es el del giro desde Molino de San Martín a San Antón, punto en el que los obreros excavaron la zanja en febrero. En esta zona detectaron el vertido de aguas fecales, con restos que, debido a la baja presión del caudal, habían sedimentado en la acequia. La acumulación de gases hacía imposible que los operarios accediesen a limpiarla para después continuar con la inserción de las tuberías. La empresa, tras contactar con Emasagra y los bomberos, tuvo que encontrar una compañía especializada en este tipo de operaciones, lo que demoró el plazo previsto para el cierre del 'boquete' en la acera.
Una vez limpia detectaron otro vertido irregular –todos los edificios deben estar conectados a la red de saneamiento de la ciudad– que ha vuelto a demorar las obras. Hubo que desviar esta canalización, y además una tubería de abastecimiento que cruzaba la acequia a media altura.
La empresa encargada de esta obra está tratando de agilizar los trámites y el trabajo a pie de calle tras los contratiempos de las últimas semanas. Está pendiente de que el Ayuntamiento conceda permiso para abrir otra zanja en la calle Rejas de laVirgen e insertar los tubos –que miden trece metros– cortados por la mitad, evitando con este cambio interrumpir el tráfico en San Antón. Entre el procedimiento administrativo y la obra, esto puede dilatar la espera otras dos semanas.
Entretanto, el agujero en la acera –a la derecha, en sentido Recogidas– sigue siendo una molestia para vecinos y peatones, aunque, tras la limpieza, el mal olor ha ido a menos. Está situado a unos metros de la terraza de un restaurante y justo en el escaparate de una tienda de bicicletas.
En ella, Francisco Martín protesta :«Me he planteado hasta denunciar al Ayuntamiento». Critica que la obra lleva parada más de un mes y los trabajadores le han trasladado que «va para largo». El problema, además del mal olor, es que el desvío para los peatones –bajar de la acera y volver a subir– es un «peligro». «En las últimas semanas se han caído ya cuatro personas mayores», cuenta el propietario de Semar. Para advertir a los transeúntes han colocado carteles en las vallas amarillas.
Junto a la Fuente de las Granadas, en el Humilladero, sigue el trasiego de obreros y material. Los trabajadores descargaban en la mañana del pasado martes los extensos tubos negros que están empujando por la Acequia Gorda. Esta modificación de la infraestructura tendrá un coste de dos millones de euros, sufragado por la comunidad de regantes. Parte del presupuesto procede de la indemnización de 1,8 millones que el Ayuntamiento de la capital tuvo que pagarles por la construcción de un aparcamiento subterráneo en Neptuno, que modificó el trazado de la acequia reduciendo su capacidad hidráulica en un 31%.
No es la primera vez que se detectan vertidos irregulares de aguas fecales a la Acequia Gorda. En 2006 se confeccionó el proyecto para eliminar un sifón de la calle San Antón que producía malos olores cuando el agua se estancaba. El Parque Tecnológico de la Salud y municipios del Cinturón también arrojaban sus aguas de saneamiento al histórico caudal.
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