Rubén Rochina, exfutbolista del Granada, ha empezado a recuperar la normalidad en su vida. Después de que el club rojiblanco no le renovara el contrato a pesar de que se lesionó de la rodilla en competición y ya estaba prácticamente recuperado, se pasó el verano ... de preparación individual a la espera de encontrar un club que le ilusionara, pero en los tanteos todos le preguntaron por un asunto judicial que le afectaba. Rochina, de 32 años, estaba investigado por supuesto abuso sexual a una mujer que denunció en un primer momento a otra persona en mayo de 2021 meses más tardes la amplió contra el futbolista. El jugador declaró en abril de este año y hace escasas semanas la Audiencia Provincial de Valencia archivó la denuncia, confirmando el sobreseimiento. Una liberación para Rochina, que espera que el sobreseimiento le ayude a encontrar destino porque no piensa en retirarse. Habla de todo en ello en exclusiva para IDEAL.
Publicidad
Noticia relacionada
«Aunque tenía la certeza, me he quitado un peso de encima. Se ha hecho justicia. Para cualquiera que tuviera dudas, queda todo aclarado. Para los clubes que se interesen en mí ya tienen también la tranquilidad de que esto no será un problema», afirma. «Siento rabia por saber desde el primer día que la realidad no era aquello de lo que se me acusaba y que vivimos en un país en el que, a veces, la presunción de inocencia no existe. Desde el primer momento que sale algo, por cómo se informa, mucha gente se lo cree y nadie sabe lo que he vivido. He recibido llamadas... Cuestiones en las que no quiero profundizar porque valoro tomar acciones legales. Esto me ha perjudicado muchísimo, hasta el punto de que tuve ofertas de trabajo y me vi obligado a dar explicaciones sobre qué había ocurrido, para al final no firmar», reconoce.
Como a tantas caras conocidas, le ha tocado la condena 'social'. «Entiendo el mundo en el que vivimos y soy consciente de que estas noticias son morbosas y venden. Evidentemente, el archivo no tiene la misma difusión ni el mismo seguimiento. Me duele porque es un tema delicado y cuando hay casos reales, pueden perder su credibilidad por lo que me ha pasado. Tendrían que tener la misma importancia una cosa y la otra», pondera.
Rochina no ha acudido a ayuda psicológica. «He sido bastante duro de cabeza», tercia. «Tienes momentos de sufrimiento, pero más por la familia, por gente cercana, que por el fútbol en sí», asume. Con respecto a su profesión, espera a algo que llame su atención. Sí confirma que está sano: «Este verano me dediqué a hacer pretemporada por mi cuenta, a nivel de fuerza para mi rodilla y luego trabajo en campo. Es lo que sigo haciendo. Entrenar solo, que es duro». Le falta el trabajo colectivo. «Me he ejercitado con un preparador, pero no se reproduce igual el entrenamiento en equipo. Es la espina que tengo clavada», alude, antes de abordar su decepción porque el Granada no le ofreció seguir.
Publicidad
«Desde que tuve la lesión, ni quise preguntar por la intención que tenían conmigo. Lo primordial era conseguir el objetivo del equipo. Sí es verdad que, con el ascenso, pensaba que sería más factible la ampliación, que el club tendría un detalle. Dejar a un jugador así, cuando ha caído defendiendo su camiseta, me parece poco ético. No pude demostrar o aportar más en esta etapa. Sigo pensando que lo tenía dentro», se sincera.
« Planteé opciones para quedarme: hacer la pretemporada y que luego tomaran una decisión en función de cómo me viesen. No era un tema económico, sino que tenía ganas de demostrar mi valía, me sentía en deuda», se resigna. «Lo último que pedí fue si existía la opción de utilizar los campos de la Ciudad Deportiva y tampoco se me dejó», destapa. Fue un chasco. «Gusta que los jugadores sientan los colores, pero hay situaciones que han de ser recíprocas», abunda.
Publicidad
Insiste en que nunca vino a Granada en su segunda etapa atraído por lo económico. «Quería estar en este club. Tuve mejores ofertas, aunque prefería este proyecto. Esperé por el Granada durante dos meses, con rebajas para intentar la inscripción en LaLiga, y no me importó. Luego, con otras cuestiones que se me plantearon a las que accedí, con nuevas bajadas... De últimas, me plantearon que si al final no podían inscribirme, mi contrato no tuviera validez, y ahí me planté. No podía ser tonto de quedarme tirado el 31 de agosto», valora. «Al final, se llegó al acuerdo y, de alguna manera, borré todo por tal de firmar», repasa, en una etapa en la que la entidad tenía a Patricia Rodríguez como directora general. Su no renovación ya llegó con los actuales gestores, aunque tampoco esté ya el director deportivo Nico Rodríguez. «No se portaron bien conmigo. Cada uno tendrá su punto de vista. Habrá quien diga que he estado dos años aquí, me han estado pagando y apenas he jugado. Lo respeto, pero para mí no es así. Desde el primer día demostré que quería estar, que tuve dos lesiones por contusión... Me merecía una oportunidad. Me habría quedado cobrando el salario mínimo, con tal de poder demostrar que vine a aportar lo que tengo», justifica, negando que fuera el mejor pagado.
Le llama la atención que también saliera otro veterano como Quini. «El fútbol no son los 90 minutos, hay mucho más. Lo hablé con Jorge (Molina) estando los dos lesionados, ayudando. Todo eso no se ve. Hay que encontrar un equilibrio. Hallar esa gente que tiene un peso en el vestuario, que puede coger a un chaval en un entrenamiento y explicarle cosas... Esto tiene su importancia. Soy partidario de apostar por ellos, van como aviones... Pero necesitas de lo otro, sobre todo en momentos malos. Gente con experiencia y carácter como los capitanes, que no tiemblen para pedir el balón», analiza desde la distancia.
Publicidad
No valoró la solución de Molina, incluido en la estructura como técnico. «No me he planteado retirarme del fútbol. Lo dejaré cuando considere que no disfruto o que se ha acabado el momento. Es cierto que me he visto en una situación que no me habría imaginado nunca. Me forzó a estar estos meses sin equipo. Sigo esperando al mercado para ver si sale una situación en la que pueda sentirme a gusto. Si lo retomo y no estoy bien, seré el primero en dar un paso al lado», afronta.
Lamenta que Paco López haya salido del club. «Su llegada fue un chute de energía. El entrenador con el que saqué mi mejor fútbol en el Levante», reconoce. Cuando ya estaba a punto y le dio la primera titularidad, con el Cartagena, llegó su lesión de rodilla. «Sentí impotencia», cuenta. «Creo que si hubiera dependido solo de él, habría seguido», considera.
Publicidad
Ve al Granada con el cariño de siempre. Su hijo canta el himno en casa. Ahora aguarda a una oportunidad. Lo peor para él ha pasado. «Estoy abierto. Lo importante es estar feliz. Quiero algo que me llene y que mi hijo me pueda ver», concluye.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.