Aferrados al reto de volver al primer intento

Luis García y el Alavés han sabido mantener la calma a lo largo de un curso con altibajos. Se confía en su mano y el equilibrio de su 4-2-3-1.

Interrumpida su progresión en San Mamés, Villalibre se convirtió en objetivo para muchos Segundas, pero fue el Alavés quien se llevó al búfalo.

Tras años a la sombra de Pacheco, a Sivera le llegaba la prueba definitiva de que es el portero que necesita este Alavés. Y lo que es aún más importante, que lo sería después de un hipotético ascenso. La respuesta del meta valenciano no ha podido ser más positiva. Es un guardián de calidad que ha sumado puntos y ha hecho olvidar a Pacheco. Está protegido por una de las zagas más asentadas de la categoría, que cuenta con nombres que darían la talla nuevamente en Primera, como Duarte, Sedlar o Abqar. La lesión de Maras complicaba el asunto, pero ese extraño refuerzo que supuso la vuelta de Laguardia mantiene muy abierto el abanico de centrales para Luis García Plaza. En las bandas Javi López y Tenaglia son sinónimo de rendimiento en ambos campos, con Arroyo como opción en la diestra.

El Alavés ha tenido que pelear con su propia irregularidad en la banda derecha. Con el doble pivote muy bien cubierto por Salva Sevilla, Blanco y Toni Moya,la izquierda siendo hogar del infravalorado Luis Rioja,y el enganche a otro nivel con la mejor versión de Guridi y la irrupción de Rober, todas las críticas se pueden focalizar en la intermitencia de Jason y Alkain. La llegada de Asier Villalibre ha subido la temperatura del área chica, donde la pólvora se enciende sola en cada envío al área. El delantero vasco supone una amenaza importante en una categoría como Segunda. Miguel de la Fuente y Sylla no terminaron de explotar. Como ejemplo, entre ambos no suman más goles que Rioja, su pichichi con 9.