Bryan, una renovación milagrosa con el Granada que se quedó corta

El granadinismo querría que se quedara por siempre, que renovara ya y adoptara una cláusula de rescisión prohibitiva hasta para escuadras de la Premier League o de la onerosa Arabia Saudí. Sin embargo, no parece fácil que el agente del jugador, Manuel García Quilón, considere este un buen momento para que aumente esta cantidad, aunque suponga la consiguiente subida de salario para su representado. De hecho, Bryan viene de mejorar sus condiciones y renovar en abril, negociación que ya fue a marchas forzadas, casi milagrosa, contando con la voluntad inequívoca del futbolista por encima de los consejos profesionales a su alrededor, que le sugerían estudiar otras oportunidades.

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Los actuales gestores, al aterrizar en el Granada, se encontraron con el chaval incorporado en el verano de 2022 a la pretemporada del primer equipo tras lucir en el filial. Meses antes, la anterior dirección deportiva, capitaneada por Pep Boada, se había percatado de su talento y le había hecho una mejora, ampliando su vínculo hasta 2024 y elevando su cláusula a dos millones de euros. Se le veía la calidad, pero era difícil calibrar su emergencia. Aquel proyecto rojiblanco descendió a Segunda y el 'asunto' Bryan lo heredaron Alfredo García Amado y Nico Rodríguez, director general y director deportivo, respectivamente.

Los contactos arrancaron desde muy pronto al percibir su clase desde el periodo estival, a diferencia de los que luego se iniciarían con Samu Omorodion, de explosión más tardía, el otro valor de la cantera que irrumpió en estos meses, pero que voló después de que el Atlético de Madrid abonara los seis millones de euros de su cláusula para desligarlo tras su actuación en la primera jornada.

Bryan y Samu prácticamente renovaron a la par, pero el malagueño ya era uno más del primer equipo y el melillense aún no se había estrenado. Mientras que con el primero el tacto fue absoluto por parte de los gestores, con el segundo faltó entendimiento con su agente para evitar lo ocurrido tras la primera jornada de Liga.

Bryan, en 2022, estuvo a punto de irse cedido a otros clubes, pero quiso quedarse a luchar por el puesto. Rodríguez le quería atar. No le fue sencillo al jugador y le costó eliminar la etiqueta de revulsivo que le adjudicaron durante el servicio con Aitor Karanka y Paco López como entrenadores. Hubo pretendientes en el pasado mercado invernal, dispuestos a soltar los dos millones de cláusula. A todos dijo no y en primavera firmó su extensión de contrato con los rojiblancos. 14 millones parecía algo disuasorio en principio, acorde a sus emolumentos, pero hoy se ve poca cosa.

A partir de ahí, la incertidumbre. El Granada seguramente soñará con atarlo más a largo plazo, aunque le suponga un bocado grande al presupuesto, pero el escenario se complica tras cada hazaña del extremo. Solo su fidelidad hasta la fecha consuela a la grada de momento. El público le disfrutará mientras Bryan quiera.