Cuando el granadino Ramón Enríquez (Órgiva, 2001) debutó con el primer equipo del Málaga en Segunda división con 18 años, muchos empezaron a ver en él a un heredero de Isco Alarcón. Mediocentro de la escuela de los 'bajitos', jugón, el alpujarreño desprendía soltura, madurez ... y capacidad para asociarse. Sin embargo, de aquella irrupción han pasado ya tres años y medio y su trayectoria desde entonces no ha sido en absoluto la imaginada, en la línea de la depresión colectiva que acecha a su equipo con el miedo a un nuevo descenso, esta vez hacia Primera RFEF. Esta temporada en concreto, de una lesión muscular en otra, está siendo un calvario para Ramón Enríquez. Un paso atrás para un futbolista del que se esperaba muchísimo.
Aunque sus primeras apariciones con el primer equipo llegaron de la mano de Juan Ramón López Muñiz tras hacer la pretemporada de 2019, no fue hasta un año después con Sergio Pellicer, el entrenador de la casa con el que ahora se reencuentra y que le conoce desde la categoría infantil, cuando Ramón Enríquez alcanzó la continuidad con el primer equipo. Con él fue titular en 22 de los 34 partidos que jugó aquella temporada, brújula de su centro del campo, y desde su marcha ya nada volvió a ser igual. La irregularidad marcó su desempeño con Natxo González o Pablo Guede y así hasta la llegada de Pepe Mel este curso.
Mel le dio dos titularidades, contra Lugo y Eibar, pero solo le tuvo disponible los dos primeros meses de los cuatro en los que dirigió al equipo. Ramón Enríquez volvió al equipo de su última lesión justamente con la vuelta de Sergio Pellicer, y tuvo minutos desde el banquillo en sus dos primeros partidos, pero su falta de ritmo le dejó en el banquillo en los dos últimos. Ahora espera una oportunidad de cara a la visita a Los Cármenes este lunes.
Aunque es granadino, Ramón Enríquez no pensó nunca demasiado en vestir la rojiblanca horizontal. Formado en la escuela municipal de Órgiva en las categorías de aguilucho y prebenjamín, por un convenio de la misma jugó con el Ciudad de Granada de benjamín a alevín con hazañas para el recuerdo con cierta rivalidad contra el Granada o el Granada 74 entre otros hasta que con doce años le captó el Málaga y acudió por primera vez a un estadio de fútbol en La Rosaleda como recogepelotas, algo que le marcó.
«Me gusta que al Granada le vaya bien como equipo de mi tierra que es», aclaró no obstante en alguna ocasión. Internacional en las categorías inferiores de la selección española de la categoría sub-16 a la sub-19, Ramón Enríquez espera reencontrarse pronto con el futbolista que apuntaba a ser.