La herida supura. Es como una púa clavada y difícil de sacar. El Granada se desangra siempre que visita el complicado campo del Eibar. En Ipurua es difícil jugar. Menos aun en días como el de ayer, cuando la lluvia convierte al césped en una ... alfombra de barro, tipo patatal. Aquí los futbolistas técnicos pasan desapercibidos. Antonio Puertas ni olió la pelota. Los armeros sacan mucho partido al fútbol directo, el que interesa en una superficie donde el balón se atasca. Centros envenenados al área pequeña y remates, pelotazos largos, estilo inglés. El Granada conocía el peligro eibarrés. La historia de los duelos entre ambos equipos pesó como una losa en los rojiblancos, esta vez celestes, a los que la desgracia siempre acompaña en terreno tan adverso.
El maleficio sigue porque el Granada nunca ha superado al Eibar. Sus choques se resumen a Primera división y... de nueve, siete victorias para los guipuzcoanos y dos empates. El estreno entre ellos acabó en tablas: 1-1. El 25 de noviembre de 2014. Nyom marcó en el minuto 8. Sí, un tipo tan destartalado como el francés en el aspecto ofensivo (solo hizo dos goles en toda su estancia, otro a la Ponferradina en Segunda). Y es que Allan Romeo, cuando bate a un portero, hasta se pellizca para ver si es real. Luego igualó Eneko Bóveda. Joaquín Caparrós, claro, puso el autobús, con el propio Nyom, Babin, Murillo, Foulquier, Fran Rico e Iturra dando guerra. El otro empate fue en Los Cármenes: 0-0 (21 de marzo de 2015). Insulso y para olvidar. Los armeros llevaban ocho derrotas hasta ese día. Vamos, como ayer, que acumulaban cinco jornadas sin vencer y no lo habían hecho en casa tras ocho citas, con cuatro empates. El Granada es especialista en dar vida a los hundidos, un buen samaritano, recuerden Valladolid, Levante, Celta, Huesca...
La púa, tras los dos empates, perforó de lleno la piel nazarí con siete derrotas, cuatro en Ipurua. La friolera de 15 goles en contra y dos a favor. Sin el empate, 14-1. Y que conste que el de ayer fue el más injusto y el menos doloroso. 2-0 porque ese chaval de 19 años que se parece a Angulo y Amavisca –se atrevieron a compararlo con Cruyff–, Bryan Gil, tuvo la fortuna de recibir el rechace de Rui Silva en el penalti que paró a Expósito. Yangel Herrera metió la pierna a Enrich por detrás de forma absurda. Luego, el chico hizo un golazo cuando Luis Suárez había tenido dos opciones nítidas para las tablas, mano a mano con el portero, en asistencias de Jorge Molina. Pero nada. El gafe persiste. No quiere abandonar al Granada en Eibar. Hasta Mateu Lahoz echó sal al perdonar una segunda amarilla a Diop, que agarró al colombiano. Aunque eso no importa, ganar en Ipurua resulta ya misión imposible, aspiración inútil.
Diego Martínez todavía buscaba tiritas para el 3-0 de la temporada anterior, en vísperas de Nochebuena (20-12-2020). En media hora resolvieron Sergi Enrich y Kike García, que suelen ponerse las botas en estos enfrentamientos. Diego apuró con Adrián Ramos, Machís y Álex Martínez.
La anterior etapa en Primera división fue mucho más dramática. 4-0 (13-2-2017) y 5-1 (18-1-2016) con gol de El Arabi, repasos terribles bajo la dirección de Lucas Alcaraz y Sandoval. Tampoco en Los Cármenes se dio bien el Eibar, el enemigo número uno, tanto o más que Madrid, Barça o Atlético, al único que no ha superado. 1-2 (28-6-2020), anota Soldado; 1-2 (11-9-2016), gol de Kravets; y 1-3 (11-9-2015), diana de Rochina.
En esta ocasión, en el momento que Kike García disparó a la media hora y Rui Silva palmeó con muchos reflejos y la bola fue al palo... pensé que la suerte iba a cambiar... pero... no. Ingenuo de mí. Vino tan tonto penalti. El destino. Y es que a Sergi Enrich –4 de los 15 goles en Ipurua– se le nota tan feliz cuando ve al Granada como si de grabar otro vídeo con Luna se tratara...