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El hermanamiento entre aficiones 'fusionó' colores en el Zaidín. J. M. Baldomero
Confusión de rojiblanco entre el granadinismo y la Mareona
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Confusión de rojiblanco entre el granadinismo y la Mareona

Los sportinguistas colorean una previa en buena sintonía con los hinchas locales

Domingo, 26 de enero 2025, 19:37

El rojiblanco imperó como de costumbre en Los Cármenes, aunque con un toque vertical. Las franjas de la Mareona se mezclaron con las granadinistas –siempre horizontales en la etapa moderna– durante la previa, marcada por los brindis con jarras de cerveza desde antes del mediodía.

Darío, Diego y Dani ya iban por la tercera tapa –consumición mediante– en los bares del Zaidín. Migas, bocadillos de carne en salsa... «Hemos desayunado, pero el cuerpo nos pide bebida y viene con tapa. Esperamos ganar por lo civil o por lo criminal, nos hace mucha falta, pero lo importante es que siga este gran ambiente», coincidieron enfundados en sus zamarras sportinguistas. La victoria también la ansiaban los granadinistas, camuflados entre la rojiblanca multitud.

Por el escudo de su pecho se identificaba a Lucas, un joven nazarí que dialogaba con un gijonés. Era Rubén, su tío. «Me casé hace años con una granadina y me vine a vivir aquí. En la familia asturiana también somos un poco del Granada, y viceversa. De hecho, me he llevado a mi sobrino a otros campos a ver al Sporting. Compartimos el sentimiento y casi que nos confundimos de colores», bromeaban. «Mi tío viene con ganas de revancha», confirmó el sobrino haciendo referencia a la manita sufrida la última vez.

Rubén y su suborino Lucas, con el corazón dividido entre la hinchada visitante y sus potentes 'desayunos'. J. M. Baldomero
Imagen principal - Rubén y su suborino Lucas, con el corazón dividido entre la hinchada visitante y sus potentes 'desayunos'.
Imagen secundaria 1 - Rubén y su suborino Lucas, con el corazón dividido entre la hinchada visitante y sus potentes 'desayunos'.
Imagen secundaria 2 - Rubén y su suborino Lucas, con el corazón dividido entre la hinchada visitante y sus potentes 'desayunos'.

La sed de venganza no afectó al ambiente entre aficiones, siempre cómplices fuera del campo. «Los jugadores tendrán que hacer lo posible por ganar, pero ahí ya no nos metemos nosotros. Nunca hemos tenido ningún problema en Los Cármenes. Es más, los hinchas nos llevamos muy bien. Ojalá podamos reencontrarnos pronto en Primera», deseaban Lorena y su padre, miembros de la peña sportinguista La Tiendina.

La rivalidad siguió sana durante el encuentro. Los cánticos coparon la banda sonora, con una parroquia granadinista volcada con su equipo. No se cantó contra la directiva, ni a favor de los que ya no están. Terminó la tempestad el día de la Mareona.

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