Raúl se sale con la suya en Granada

Nadie podía esperar el partido con más motivación que Raúl Fernández. El 'Zamora' en el último ascenso del Granada a Primera división recibió aplausos de Los Cármenes y repartió algún que otro abrazo, sin reencontrarse con Matteo Tognozzi, uno de los responsables de su salida el pasado verano, por la destitución del director deportivo dos días antes. Hacía justamente un año que a alguien se le ocurrió que Marc Martínez le mejoraba aunque fuera como suplente.

No fue casualidad que su compañero Tachi cedieran a Raúl Fernández el brazalete de capitán. Consciente de las preferencias del Granada respecto a la orientación de sus ataques en cada parte, ganó el sorteo y alteró la disposición prevista. A los diez minutos ya había intervenido dos veces para frenar a Giorgi Tsitaishvili con dos paradones felinos para todo lo largo que es, y más tarde también repelió como si fuera una mosca un remate mordido de Lucas Boyé en el área.

Y si, al contrario de Raúl Fernández, alguien no esperaba participar ese era Carlos Neva. Más o menos asumida su suplencia bajo la titularidad de Miguel Ángel Brau, al gaditano le tocó salir aún en la primera media hora al romperse el murciano. Aquello, además de su vuelta a la competición cuatro meses y medio después, suponía su reencuentro con Los Cármenes después de mandarlo callar tras marcar durante el derbi con el Málaga en septiembre. La previsión de pitos pese a sus disculpas al día siguiente llevó a muchos aficionados a responder con aplausos.

La división de opiniones sobre Neva siguió algunos minutos hasta imponerse el apoyo ante la amenaza de que el reproche siguiera. Apenas cinco minutos tardó Lucas Boyé en cederle el brazalete, a poco que pudo aún en pleno partido. Cuando ya le dejaron en paz, el lateral izquierdo demostró seguir siendo un valladar en defensa así como haber mejorado sus centros aun sin la profundidad de Brau. Otra cosa fue que sus compañeros lo aprovechasen, con el recién firmado Borja Bastón ya en un palco como especialista para esos remates.

El paso de los minutos sin goles en el marcado terminó con Sergio Rodelas por delante de Neva, también de vuelta a la competición tras su lesión el canterano. Jaleado por la afición, con más expectación alrededor que cualquier fichaje reciente, el extremo evidenció pronto que le falta rodaje para volver a ser el que era. Temeroso aún de su musculatura, Rodelas dudó en una carrera al contragolpe que le proyectó Luca tras atrapar un saque de esquina.

A falta de vestir de corto a Bastón, Fran Escribá se encomendó a Shon Weissman para la recta final. Fue precisamente el israelí quien despertó a Raúl Fernández de su letargo, sin paradas aún tras el descanso, pero su disparo no le obligó a ningún esfuerzo y crispó aún más la impaciencia del respetable en torno a su figura. Y eso que a él no lo fichó Tognozzi.