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Los jugadores del Granada, de celebración. EFE
Granada CF | Contragolpe

Contragolpe

Cal en los tacos ·

Hace unas semanas nos preocupaba que el Granada remontase un gol del Athletic; ahora combatimos un rival que ni vemos con la única certeza de que desaparecerá si nos evitamos

José Ignacio Cejudo

Granada

Miércoles, 1 de abril 2020, 02:40

Hace unas semanas nos preocupaba que el Granada remontase un gol del Athletic; ahora combatimos un rival que ni vemos con la única certeza de que desaparecerá si nos evitamos. El fútbol ni está ni se le espera, pese a la terquedad de unos pocos, porque ahora la táctica es otra. Más que divertirnos, salvarnos.

Son días de esperar el pico, doblar la curva y vencer al COVID-19. Él golpeó primero. El partido había empezado y uno de los dos equipos seguía en el vestuario. El tanto lo encajamos todos y nos dolió en el alma: en nuestros mayores, la base de lo que somos, quienes nos dieron la vida y todo lo que hasta ahora disfrutábamos. Indetectable, el puto bicho sigue ganando por goleada. Sin embargo, tanto en el fútbol como en la vida siempre hay un partido de vuelta. Una respuesta posible.

Al virus se le gana como lo hace el Atleti, encerrándose en casa y buscando la contra. Plantando un autobús que ni el Inter de Mourinho en el Camp Nou antes de hacerse con la Champions. Un cerrojazo épico mientras nos rearmamos con soluciones desinfectantes, guantes, mascarillas, test y respiradores. La ida nos cogió en la calle, abrazándonos y brindando inconscientes, pero la vuelta la jugaremos desde la trinchera y con los mejores aliados en el frente. Con valor doble de los goles.

Hay quien busca en Fernando Simón el aliento diario de Diego Martínez y no encuentra ni el de Tony Adams. Tampoco es su labor. Sin embargo, sobran las razones. No todos vivimos en chalés como los de los futbolistas ni tenemos su facilidad para patear rollos de papel higiénico, pero toca encerrarse. Quedarnos bajo tierra en el búnker como si de un ataque nuclear se tratase. Distanciarnos hasta que el virus se quede solo. Si nosotros no jugamos, él tampoco.

Contragolpearemos. Porque como Rui Silva sabe, una buena defensa es el mejor ataque. Reforzaremos el centro del campo y se la daremos a nuestros mejores hombres. Y entonces no habrá bicho que nos sobreviva. Nos lo pondremos de corona.

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