Lunes, 28 de octubre 2019, 01:28
Era un lunes cualquiera en Odense. Ni fútbol, ni buen tiempo en una noche que caía cerrada sobre la tercera ciudad más importante por extensión y población de Dinamarca. Allí se gritó un gol del Granada. Ramos acercaba a los rojiblancos a Primera con un ... tanto demoledor en Albacete. Si locos estaban los que acompañaron al equipo a la tierra de molinos, cómo estarían quienes gritaban ese gol a casi 3.000 kilómetros.
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Sus nombres, Morten y Tanja. Un matrimonio rojiblanco que vivió ayer la primera parte de su sueño: ver al equipo de sus amores, el Granada, en Los Cármenes. «Es la segunda vez que estoy aquí, pero la primera que entro en el estadio», explica el filipino más norteño. «Todos nos preguntan por qué cuando decimos que somos del Granada en Dinamarca. Nos preguntan si es el nombre de algún queso, pues allí conocen al Barcelona y el Madrid, y poco más», bromea Morten.
Su locura y la de su esposa, gran exjugadora de tenis, comenzó en 2007, con el equipo en Segunda B. «Estaba ante el ordenador, buscando equipos de España y me encontré al Granada. Vi un partido del equipo en Segunda B y me impresionó la pasión con la que jugaba, la emoción de su afición», relata con una sonrisa de incredulidad en su rostro, pues aún emocionado no se cree haber estado en Los Cármenes. «Desde aquel primer partido, veo todos los que puedo porque somos del Granada», cuenta con el orgullo del que no sólo probó las mieles del ahora.
Si de emoción se trata, Morten y Tanja no pudieron elegir mejor encuentro. Un derbi andaluz que no se terminó de decidir y en el que fue protagonista un árbitro que ya conocían. «Cuando he escuchado su nombre, recordé quién era», confiesa con cara de pavor. «La segunda parte, mi mujer se tapaba la cabeza (en las ocasiones béticas), ha sido muy emocionante», explican. Tiene claro que su otro equipo sería el Atlético de Madrid y traza similitudes entre Simeone y Martínez. «Son equipos de los que estar orgulloso, juegan con pasión», define Morten.
El matrimonio ha comprado hoy la piel del Granada, tan rojiblanca como su bandera nacional, pero el corazón es Germán. «Es mi jugador favorito, el líder. Es pasional y fuerte, pero a la vez se muestra tranquilo», expone antes de desvelar que también se acuerda de su abuelo. «Se llamaba Geirmaan, aunque se pronuncia como aquí».
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Morten es hombre de fútbol, de hecho trabajó en la comunicación de uno de los clubes más importantes de su país, el Odense. «Pero cayó enamorado del Granada y la ciudad», dice Tanja. «Nuestro sueño es venir a vivir a Granada, es difícil porque nuestro hijo está en la escuela, pero es nuestro deseo venirnos aquí, con la montaña, el mar y nuestro equipo». Preguntado por el liderato, Morten saca el granadinista que lleva dentro. «Ojalá pase como el Leicester y cantar 'Vamos mi Granada, vamos campeón', pero estaré orgulloso aunque quedemos en el puesto 16 o 17. Los otros equipos no luchan cada punto como este», confiesa.
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