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Se las prometía muy felices el Granada en Copa hasta que Borja Mayoral entró y rompió toda la vajilla. Cuatro veces se ha medido a los rojiblancos y en las cuatro anotó, muy dolorosa esta última porque provocó la eliminación del torneo justo después de ... una pifia monstruosa de Reinier con la portería a merced. Mayoral es un goleador contrastado y lo acreditó aun saltando en el minuto 80, recién recuperado de una lesión. En el Granada, nadie se manchó de pólvora, huérfano el ataque sin Myrto Uzuni, Lucas Boyé y Siren Diao. Weissman cayó en la trampa gefafense y los demás tuvieron torcida la mirilla.
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Ángel Mengíbar
Jugar con el Getafe refrenda aquello de que el fútbol es un deporte de contacto. Como equipo de autor, la obra afianzada de Pepe Bordalás, convierte cada tramo de verde en un reñidero. Se afanó en evitar el saque corto atrás y en ir fuerte a las disputas. Milla, bajo intensa música de viento. Su celebración efusiva en el tanto aclaró que le dolían los tímpanos. Puso el criterio y arriba contó con un ramillete de atletas que incordian a sus pares y buscaron la solución vertical, aunque tuvieran que esperar al hacer de Mayoral.
Granada
Mariño; Rubén Sánchez (Corbeanu, m. 101), Manu Lama (Insua, m. 78), Loïc Williams, Brau; Hongla (Sergio Ruiz, m. 101), Manu Trigueros (Gonzalo Villar m. 72), Tsitaishvili (Ricard Sánchez, m. 72), Pablo Sáenz (Józwiak, m. 89); Reinier y Weissman.
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Getafe
Letacek; Juan Iglesias, Djene (Alderete, m. 97), Domingos Duarte, Rico; Milla, Arambarri (Yellu, m. 110), Coba (Argüelles, m. 110), Sola (Aleñá, m. 63); Uche (Borja Mayoral, m. 80) y Álvaro Rodríguez (Bertug, m. 63).
GOL: 0-1, m. 93: Borja Mayoral.
ÁRBITRO: Sánchez Martínez (comité murciano). Amonestó a los locales Rubén Sánchez (m. 6), Loïc Williams (m. 31), Gonzalo Villlar (m. 112), Gonzalo Villar (m. 116) y Ricard Sánchez (m. 122); y a los visitantes Diego Rico (m. 42), Coba (m. 80) y Argüelles (m. 114), Yellu (m. 116) y Lekacek (m. 118).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en estadio Nuevo Los Cármenes ante 17.616 espectadores.
Escribá se plantó con lo disponible, aunque rotó al portero, concedió una oportunidad a Manu Lama junto a Loïc Williams, le dio galones a Manu Trigueros (con brazalete de capitán incluido) y se encomendó a Weissman arriba, el único punta nato disponible. Decepcionó.
Lama pronto tuvo que afanarse tanto con Álvaro como con Uche, muy atento y con inteligencia para reponerse ante jugadores físicamente fortísimos. Rubén Sánchez se las veía con Coba, rapidísimo, cargando pronto con una amarilla y arriesgando en sus lances. Sola perdonó una oportunidad a pase de Milla, que se impermeabilizó ante el ambiente hostil. Mariño se libró esta vez y luego tuvo mucho protagonismo con el balón en los pies, a veces dudando, otras jugando a las prolongaciones por el sector por donde acampaban Reinier y Pablo Sáenz. El exrecreativista dejó buenos detalles por la banda hasta que acabó fundido.
Weissman tenía los focos encima, sabedor de que no siempre van a estar tres compañeros del ataque en el dique seco. Intervino con astucia en una acción pasada con toque hacia Reinier que el brasileño aceleró con un gesto hacia Tsitaishvili. El georgiano encaró con decisión y ejecutó desde la frontal, pero sin la dirección correcta.
El encuentro se sumió en lo que prodigaba el Getafe. El Granada mutaba en un conjunto también agresivo para no amilanarse. Los rojiblancos lamentaron la anulación de un gol a Weissman, aunque el asistente, sin ayuda del ausente VAR, acertó al cazar a Shon algo avanzado, tras salir de la zona muerta. Mientras, peleaban como cosacos Loïc y Lama, aunque el valenciano también sufrió una amonestación. El madrileño luego encimó a Coba en una entrada al área con caída del extremo, pero no punible, apenas una carga y un resbalón posterior.
Lama mostraba su corrección con Álvaro también y Sola le hizo un traje a Pablo Saénz, pero chutó fatal ante Mariño, al lateral de la portería. El encuentro tenía la suavidad de un guante de crin, con el árbitro, Sánchez Martínez, cortando también su continuidad en algunas ocasiones, mejor tras el descanso.
La segunda parte confirmó que Sáenz ha vuelto henchido de confianza de las vacaciones. Puede que la probabilidad de que vengan extremos en el mercado invernal espolee al chaval. Se coló por el pasillo interior con mucha clase para concluir con un tiro a Letacek cuyo rechazo pescó Weissman, de nuevo en fuera de juego, más claro que el anterior.
Mariño salió bien al rescate en una colada de Diego Rico, entre un Getafe en el que cundió la exageración en cada falta, en busca de arañar minutos y quizás alguna tarjeta más, simulaciones algo burdas. Rubén no se dejó influir en una con Coba y filtró un pase al que no llegó Weissman ante Letacek por poco.
Domingos interrumpió un intento de centro del israelí, con varios socios aleteando detrás. Se enchufaban los locales y el portero getafense tuvo que volar para sacar un cabeceo de Reinier con rumbo a la escuadra. Hasta Brau lo intentó en medio de la crecida, con el público enfebrecido. Fluía el balón entre los rojiblancos, pero sin quebrar la telaraña azulona. Arambarri casi silencia al respetable desde lejos, pero Mariño lanzó bien su guante.
Era la fórmula visitante, probar a la distancia. La de los anfitriones era al aluvión, hasta en córners cerrados, como en uno de Tsitaishvili. Fue su último servicio antes de dejar el costado a Ricard. Villar recogió la casaca de Trigueros por su parte. De la testa de Lama estuvo a punto de brotar el gol, pero siguió esquivo, con Weissman anulado de nuevo tras los zagueros. El central ya notaba los calambres y le reemplazó Insua.
A Weissman le invalidaron otra diana por falta previa de Brau bastante cuestionable, en una recta final muy abierta. Juan Iglesias mandó un balón al larguero tras un servicio de Coba, en la acción más peligrosa del Getafe hasta ese momento.
Józwiak apareció por Sáenz para afrontar el alargue, con meras salvas al aire, derecho a la prórroga. Un tiempo extra que arrancó con una jugada tremenda, tras una pifia de Djene que derivó en una incursión en solitario de Józwiak. Imperturbable, entró al área, mantuvo la paciencia entre recortes y se la dejó de espuela a Reinier, con el marco delante, lanzando por encima como si fuera un mero tuercebotas y no un mediapunta de 30 millones de euros.
Fue uno de esos errores clamorosos que se suelen pagar caro. Llegó en un contragolpe rival, con Bertug acaparando la atención sobre la línea de fondo hasta llegar a conectar con Mayoral, quien en pocos minutos sobre el campo demostró su oficio de artillero. En el Granada no supo nadie. Muchos disparos al final, pero todos de fogueo, también los contragolpes definitivos del Getafe. Orgullo enorme ante un Primera, pero sin punta.
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