El Recreativo, obligado a ganar en Avilés

Con el luso Fernando Almeida en la zaga por el sancionado Miki Bosch, el Recreativo procuró imponerse desde el control del balón durante los primeros minutos del partido ante un expectante Real Avilés, muy preocupado por Samu Omorodion. Veinte segundos tardó el delantero en sufrir la primera falta del partido, a poco que le buscaron con un envío en largo que jugó de espaldas. Los pupilos del sancionado Juan Antonio Milla parecieron tímidos pese a sus buenas maneras en Los Cármenes hasta que el capitán Martín Solar pidió la bola y empezó a filtrar pases entre líneas. De sus botas nació la primera acción de peligro del partido, una jugada trenzada luego por Carlos Pérez y Da Costa en la que Julito buscó a Samu en el área sin que este llegase a impactar el balón. Tampoco Julito consiguió luego dirigir un cabezazo en la misma secuencia.

El Recreativo quería empotrar en su campo al Real Avilés y este, contragolpear por la banda que ocupase Isi Ros. Tampoco incomodaba en exceso al filial que le llegasen con muchos hombres, circunstancia que aprovechaba para lanzar al intimidante Samu en largo como en una oportunidad en la que el balón fue de área a área por un excelente contragolpe parido por la zurda de Youness. Sin embargo, y como suele ocurrirle a equipos con jugadores jóvenes que se enfrentan a otros más curtidos, iba a ser el balón parado el que abriese una brecha cuando el primer saque de esquina del Real Avilés fue aprovechado por el central Mayorga tras ganar una pugna Morcillo al segundo palo y devolver la pelota al área Natalio ante la pasividad de Adri López, Youness y compañía.

El gol dejó atolondrado al Recreativo, que estuvo a merced del Real Avilés, ya preso también de la impotencia por el juego duro no lo suficientemente castigado de los visitantes, hasta que un potentísimo disparo cruzado de Samu, escorado en el área, volvió a enchufarlo al partido. A partir de ahí se sucedieron unos minutos de ataque total del filial, en oleadas, con otro tiro lejano de Martín Solar que buscó la escuadra y un remate de cabeza de Samu que lamió el larguero. Entre tanta tensión, tanto Samu como Julito pidieron dos penaltis que no parecieron e Isi Ros se jugaba la expulsión una y otra vez, al límite como si no llevase amonestado desde antes de la media hora.

El descanso fue una bendición para el Real Avilés, que volvió de la caseta con la sartén por el mango. El veterano Morcillo desesperaba con su oficio a los jóvenes jugadores del filial, sobre todo a Da Costa, que se jugó la expulsión en un ataque de ira, y el eléctrico Isi Ros forzó una manopla salvadora de Adri López con un zurdazo desde la frontal en un contragolpe trepidante. Poco después, y tras una tímida réplica de Da Costa, fue Jorge quien chutó con aún más dureza para que el tercer portero del primer equipo del Granada repeliese.

Juan Antonio Milla no lo veía claro desde la grada y dio entrada a Juanma y Ballo por Carlos Pérez y Samu, para incomprensión de ambos y sorpresa de los aficionados sobre todo por el delantero, al que tantas ganas tenían de ver en acción tras sus 17 goles anteriores. Juanma aportó criterio y llegada a su equipo, con un remate de cabeza dentro del área a centro de Samu que atrapó Álvaro Fernández tras rozar en Morcillo. Sin demasiada pegada arriba, iba a ser el capitán Martín Solar, no tan activo en el segundo tiempo, quien encontrase el larguero en un saque de esquina directo. No se rendía el Recreativo y tampoco Julito, quien, aun cansado, seguía buscándose la vida revoltoso como él solo.

Isi Ros seguía con ganas de protagonismo y, tras pedir un penalti, fingió una agresión de Adri López cuando fue a pedirle explicaciones. Con los ánimos de nuevo encendidos, las pérdidas de tiempo de Alorda y Natalio al ser sustituidos desencadenó una tangana que, a la postre, solo sería el caldo de cultivo del empate del Recreativo. Diego López forzó en un remate de cabeza una fantástica estirada de Álvaro Fernández, pero el portero no pudo hacer nada ante un remate picado de Youness al segundo palo en el saque de esquina que produjo.

No pareció esperarlo el Real Avilés, que siguió aun así conforme con las tablas. Tanto, que a punto estuvo de perder el partido. Julito encontró a Juanma por la derecha y este, tras dejar atrás al insuperable Morcillo, sirvió un gol en bandeja a Ballo pero este no consiguió conectar hacia la red en las mismas narices del portero rival. Los siete minutos de descuento fueron demasiados para ambos equipos, exhaustos, incluso para el filial, que aún intentaba remontar con más corazón que cabeza. Entre más pérdidas de tiempo del Real Avilés y una tarjeta amarilla más, para Primo, todo quedó pendiente de resolución para la vuelta.