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Ni con el antepenúltimo ni marcando primero supo ganar este Granada insípido en su visita a Tenerife, donde una vez más entró en estado de ... descomposición. Acabó derrotado y con uno menos por la expulsión de Manu Lama, en una acción que primero fue penalti, se rectificó correctamente a falta (y roja) y supuso el 2-1 definitivo por el lanzamiento magistral de Luismi Cruz. Fue el mejor de un conjunto local contestón, inasequible a la depresión, con mirada comanche, nada que ver con la cargada de miedo de los nazaríes desde que sufrieron el empate. Enraizados en el octavo puesto de la clasificación, el equipo desperdició la opción de dormir en 'play off' con una derrota lastimosa. Así es imposible consolidar cualquier ilusión del aficionado.
Los rojiblancos anotaron de penalti, pero en la sucesión de ocasiones, seguramente demasiadas para entrenadores tan tácticos como Escribá o Cervera, los anfitriones parecían más firmes y constantes. Tuvieron suerte en el equilibrio del marcador, pero ya habían accionado la sirena varias veces. Cuando las cosas se pusieron crudas, el Granada dimitió y el Tenerife alzó la voz pese a tener un pie metido en la 1ª RFEF.
CD Tenerife
Edgar Badia; Mellot, Landazuri, Sergio González, David Rodríguez; Aitor Sanz, Bodiger (Fabio, m. 88), Luismi Cruz (Aarón Martín m. 88), Waldo (Cantero, m. 76); Diarra (Marlos, m. 88); y Ángel (Enric Gallego, m. 55).
2
-
1
Granada CF
Mariño; Rubén Sánchez (Borja Bastón, m. 81), Miguel Rubio, Manu Lama, Carlos Neva; Sergio Ruiz, Gonzalo Villar (Juanma Lendínez, m. 81), Manu Trigueros (Tsitaishvili, m. 65); Stoichkov (Ricard Sánchez, m. 77), Rebbach (Loïc Williams, m. 77) y Lucas Boyé.
GOLES: 0-1, m. 35: Lucas Boyé, de penalti; 1-1, m. 54: Manu Lama, en propia puerta; 2-1, m. 78: Luismi Cruz, de libre directo.
ÁRBITRO: González Díaz (comité asturiano). Expulsó con roja directa a Manu Lama (m. 75). Amonestó al local Fabio (m. 96); a los visitantes Manu Trigueros (m. 45+1), Carlos Neva (m. 61), Sergio Ruiz (m. 61; acarrea suspensión), Loïc Williams, (m. 78) y Miguel Rubio.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 33 de LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante unos 11.975 espectadores.
Buscó Escribá la consolidación de lo que funcionó con el Oviedo. Mismo sistema, idénticos futbolistas, pero no la misma mentalidad para proteger la renta. Pronto quedó claro que el Tenerife no es un equipo que se haya dejado ir. A veces se desajusta, pero cuenta con un rosario de jugadores que, como poco, quiere mantener el orgullo. Diarra, uno de sus activos más interesantes, se asomó por la derecha y puso un centro que Luismi Cruz cruzó en exceso.
La maniobra evidenció que los centrales requerían de ayuda de los pivotes. En esa acción, Sergio Ruiz llegó tarde al auxilio de Lama. No fue la única vez en la que los centrales se sintieron desasistidos. El madrileño gozó de un remate alto en ataque.
El más lúcido del centro del campo en esos compases era Manu Trigueros, que definitivamente ha encontrado el contexto (y la forma física) para exhibir su fútbol cerebral. Fue en un balón huidizo que se perdía por la línea de fondo, pero ante el que se antepuso Stoichkov para meter un centro a la olla. Boyé peleó con los dos centrales y quedó un rechazo que no embocó el centrocampista porque Badia se lució.
El Tenerife era peligroso cuando encontraba superioridad en ciertas zonas y en los contraataques. Así aparecieron Waldo y sobre todo Mellot, con un chutazo que escupió Mariño. Hubo una todavía más clara en las botas de Bodiger, con una secuencia en un córner parecida a la de aquel gol desde fuera del área en Córdoba, pero con un lío en el área que el exrojiblanco no supo solventar con la derecha.
Así estaba la contienda, con los locales más esbeltos, cuando Rebbach sacó el guante en un esférico voleado tras un saque de esquina. Bella factura, poste y para dentro, pero censura arbitral, pues el colegiado detectó que la pelota había salido del campo al abandonar el rincón. El VAR se lo corroboró.
Todo siguió parecido, con el Tenerife encontrando rendijas en un intento de Waldo desde la frontal, hasta que Mellot iba a trabar a Rebbach en una internada justo al entrar al área e iba a conceder un golpe de castigo letal. Boyé miró a los ojos a Badia, viejo compañero en el Elche, pero le superó en el ajuste, aunque el portero detectó la dirección. Octava diana del argentino, que ya se adentra en un terreno goleador desconocido para él.
Bodiger tuvo un remate que Mariño expulsó con ayuda del larguero en una nueva señal de alarma. El Tenerife no se sentía sometido ni mucho menos y Trigueros vio una condicionante amarilla antes del entreacto.
Amenazó el Granada en una cabalgada que no culminó Sergio Ruiz y en la que Rebbach provocó un córner. En la puesta al área, Sergio Ruiz tocó hacia la corona, el argelino chutó y Ángel obstaculizó, dejando la bola a los pies de Stoichkov, algo forzado, que no pudo darle dirección pese a su cercanía a la meta.
La complicación llegó en un centro de Mellot ante el que peleó Diarra con Rubén y que le cayó llovido a Bodiger, que tuvo mucha fortuna. Chutó fatal con su pierna buena, la zurda, pero hizo carambola en Lama al ir al despejar y la desvió sin querer a la red. Aun así, el francés no tuvo reparos en celebrarlo señalándose el escudo.
De repente, la adversidad. El Tenerife seguía en su tono combativo y el Granada tenía que espabilar. Buscaban el triunfo los anfitriones y a los rojiblancos se les arrugaba la ropa. Todo pudo virar de nuevo en una maniobra de Boyé para Villar que el murciano malogró entre un mal control y un tiro pifiado con la zurda.
Neva vio la amarilla por dormirse en un balón a tierra, creyendo que la tenía que tocar. Salió detrás de Luismi Cruz y se la jugó al ir al suelo, aunque solo fue merecedor de amonestación. En la trifulca de después, Sergio Ruiz también se llevó el caramelo del limón y se perderá el encuentro con el Almería.
Mariño curtía sus guantes en los asaltos chicharreros, ya con el tallo de Enric Gallego, y Escribá vio que requería bisturí. Metió a Tsitaishvili por Trigueros, para armar el 4-2-3-1, con Stoichkov por dentro, aunque el que se coló fue Rebbach para visualizar a Boyé, que intentó elevar con la cuchara ante Badia, pero el meta se hizo gatuno.
Luismi Cruz tuvo un palo en busca del gol olímpico y la tónica hacia presentir un tanto en cualquiera de los dos tapetes o la polémica más encendida. Llegó en un desajuste, en el que Lama tuvo que placar a Diarra. El árbitro cobró penalti, pero el VAR le rectificó. Era falta fuera del área, pero la jugada se transformaba así en expulsión del central.
Escribá retocó rápido de inmediato con Ricard y Loïc por Rebbach y Stoichkov, pero con lo que no contaba era con que Luismi Cruz iba a materializar el libre directo, en el que Mariño puso blanda la mano.
Remontado, el Granada tenía que ir a por todo en inferioridad y con dos cambios defensivos recién hechos. Loïc impidió el tercero, en el intento de Cantero, y Escribá introdujo a Juanma y Bastón, pero nada le valió. Cervera abrochó el encuentro con sus reemplazos y rasgó otra muesca personal ante unos rojiblancos a los que les tiene tomada la medida. Fue una versión endeble de ellos. No deja soñar.
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