Diego Martínez, Puertas y Vallejo vuelven al tajo tras superar la Covid-19

En cualquier caso, los tres arrancaron la semana con el resto, si bien los jugadores lo hicieron con menor ritmo que los demás, sobre todo Puertas, que sí ha tenido síntomas febriles relacionados con la Covid-19. Diego Martínez también pudo contar con dos de sus auxiliares, que también han dejado atrás el virus: su segundo técnico, Raúl Espínola; y el preparador físico José Alfonso Morcillo, uno de sus fichajes para el cuerpo técnico esta temporada, integrado en el grupo de trabajo de Víctor Lafuente. También recibió el alta el director deportivo de la entidad, Fran Sánchez, primer positivo dentro del equipo, destapado el pasado 30 de octubre, antes de la situación que LaLiga acabó considerando como brote tras el partido de la Europa League y que terminó obligando al aislamiento de la mayoría de los miembros del plantel.

Las únicas excepciones han sido los internacionales (que han pasado todos los exámenes médicos con sus respectivas selecciones, incluidos los tres no tienen inmunidad: Yangel Herrera, Rui Silva y Domingos Duarte). En un primer momento tampoco se recluyeron Joao Costa, Arnau y Torrente, tres canteranos que formaron parte de aquella expedición a Chipre y que llegaron a jugar con el filial a la vuelta de aquella cita, debido a que dieron PCR negativo, como todos, y la Federación permitía su disposición para jugar con Recreativo en virtud de su protocolo. En un gesto de complicidad con LaLiga, finalmente también se han quedado en casa los días establecidos para no agravar la brecha con el colectivo que dirige Javier Tebas.

Quedan por recuperar algunos integrantes de la estructura, como el delegado del primer equipo, Manolo Lucena; el del filial, Paco Morales; uno de los médicos, Felipe Segura (último caso de los relacionados con el desplazamiento a Nicosia); un fisioterapeuta y un utillero. El asunto se cerró aquí, aunque están pendiente de conocerse las medidas disciplinarias que tomará LaLiga. Ya se conocía la existencia de un expediente sancionador por el uso por tiempo excesivo de los vestuarios en el encuentro con el Levante y se aguarda a otro por las incidencias derivadas del brote, que sólo oficializó el sindicato de clubes y no la autoridad sanitaria, la Junta de Andalucía, como tal.

En cualquier caso, esta crisis parece zanjarse en el ámbito de la disponibilidad dentro del plantel, aunque el Granada cuenta con otros jugadores que se están recuperando de sus respectivas dolencias. Quien ha cumplido los plazos previstos para su recuperación es Víctor Díaz, sometido a una artroscopia en su rodilla izquierda el 22 de octubre. Es posible que esta semana se integre con los demás. También están pendientes de recuperación Ramón Azeez y Quini, con sendas roturas fibrilares cuyo proceso de cicatrización está avanzado. A esa enfermería se sumó, desde el partido con la Real Sociedad, Kenedy. Una lesión muscular le tendrá fuera de combate durante al menos un mes. Una de las penitencias de tener que forzar la máquina en aquel encuentro en el Reale Arena marcado por las ausencias.

El Granada se vio obligado a presentarse con al menos siete integrantes del primer equipo y tuvo que alinear al brasileño estando tocado. También hubo riesgos con Jorge Molina y Roberto Soldado. El delantero de Alcoy sufrió un golpe serio con los donostiarras, pero ayer, en las imágenes difundidas por el club, se le vio entrenar con normalidad. Soldado también está en condiciones. Es otro de los que ha pasado la Covid en las últimas semanas.

El equipo no descansará más esta semana, en ensayos matinales en la Ciudad Deportiva salvo el sábado, cuando acudirá al estadio para una sesión vespertina. Será el día de antes de enfrentarse al Valladolid (18:30 horas). Lo hará en unas condiciones muy diferentes a las de la última jornada por circunstancias obvias. Ya quedan pocos encerrados y ninguno es futbolista.