Discreto adiós del que nunca llegó a explotar

De hecho, es un adiós que pudo llegar doce meses antes. El Granada, sabedor de que el futbolista quería jugar y su contrato vencía en junio de 2022, lo puso en el escaparate a la llegada de Robert Moreno. Aunque levantó interés en ciertos clubes de centroeuropa, Eteki completó la pretemporada y acabó conservando su puesto. Eso sí, su falta de fiabilidad con el balón en los pies le restaba muchos puntos ante el nuevo técnico del Granada. Cerrado el paso en el 'once' por Gonalons y apretado por un pujante Isma Ruiz, sus minutos como interior fueron un parche y, como en cursos pasados, apenas disfrutó de titularidades más allá de las obligadas por la lesión o sanción de un compañero.

No obstante, también hay que destacar su compromiso y saber estar en el vestuario. No es fácil cuando apenas se juega el 10%de los minutos posibles –dato que refleja Transfermarkt–. Todo pudo cambiar una noche, cuando Robert Moreno, con ansias de destruir el centro del campo del Barça, colocó al camerunés como pivote bregador. Media hora duró hasta romperse muscularmente. Tardó dos meses en volver.

Con Robert Moreno no volvería a tener protagonismo tras Mancha Real. Tampoco con los pasos de Rubén Torrecilla y Aitor Karanka por el banquillo. El promocionado del filial sí le dio hueco en el 'once' en Sevilla, donde mostró sus habituales luces y sombras. Con Karanka, apenas sumó 70 minutos en todo el desolador final de campaña. De su paso por Granada quedan algunos buenos partidos y la sensación de peligro cada vez que pisaba el área, pero la propia. Aun sin convencer, vivió mejores días a las órdenes de Diego Martínez. Cuenta con cartel en Francia y Alemania para demostrar ser útil.