Viernes, 2 de septiembre 2022, 00:05
La revolución en el Granada empezó justo tras el descenso, cuando el consejo de administración aplicó una cláusula de desvinculación para rescindir el contrato de Pep Boada y el resto de miembros de la dirección deportiva que llegaron con él. Se hizo oficial el 25 ... de mayo y la escabechina continuó con el cese de Patricia Rodríguez, directora general, el 1 de junio. La propiedad del club ya tenía atados a sus relevos. Al día siguiente, anunció la contratación de Alfredo García Amado como sucesor de la vasca y a Nico Rodríguez para comandar el departamento del catalán, ambos asturianos. Bajo su mando, se auspició el cambio radical de la plantilla, con doce fichajes, un repescado y 21 salidas, además de seis contratos sin renovar, en un verano revolucionario.
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Hubo dos situaciones que se cerraron sin que mediaran los nuevos dirigentes. Fueron las salidas de Monchu y Machís. Por el primero, el Valladolid, en el que estaba cedido, ejerció la opción de compra tras el ascenso a Primera por 1,5 millones de euros, de los que un millón fue a las arcas rojiblancas y el resto, a las del Barça. El segundo fue traspasado al Juárez, de la Liga mexicana, por 3 millones, en una venta que dejaron ultimada entre el exsecretario técnico, David Comamala, y el abogado de la propiedad, Javier Aranguren.
Antes de dar por zanjada la marcha del venezolano, el club confirmó la continuidad de Aitor Karanka como entrenador. Unos días después, desveló el futuro de dos iconos que acababan contrato. La nueva dirección deportiva y el técnico decidieron no renovar a Ángel Montoro y Germán Sánchez, ambos capitanes de la plantilla. Montoro se fue al Oviedo y Germán, al Racing. De otros, ni siquiera hubo comunicado de despedida. Eteki se enroló en el Casa Pia portugués; Carlos Bacca, en el Junior de Barranquilla, de Colombia; Escudero decidió irse al Valladolid; Neyder, al Lugo; Raba, al Leganés. Se fueron tras cesión Collado y Arias.
Había una ligera inquietud entre los aficionados por estas decisiones y la falta de altas, pero estaba por concretarse el primer refuerzo del verano, Yann Bodiger, centrocampista francés de 27 años que llegó libre procedente del Cartagena para las dos próximas temporadas. El mes se cerró con el nombramiento como presidenta de Sophia Yang y julio arrancó con la desvinculación del preparador Rubén Torrecilla, que se había quedado en un 'limbo' tras su estancia en el primer equipo. Coincidió con la oficialidad de la marcha de Maxime Gonalons, quien tenía una cláusula liberatoria en caso de descenso que aplicó, aunque la compra de su pase repercutirá un año más en cuanto a amortización. Volvió a su país, al Clermont. Sí llegó a un acuerdo para irse Aarón Escandell, justo al exequipo de Bodiger, el Cartagena.
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Los entrenamientos empezaron con el retorno de varios cedidos. De todos ellos, solo Ricard Sánchez se hizo con una plaza en el equipo, aunque su licencia esté registrada con el filial. Los demás, acabaron en Portugal: Antoñín, en otro préstamo, al Vitória de Guimaraes; Adrián Marín, traspasado únicamente por variables, al Gil Vicente; y Butzke, cedido de nuevo al Paços de Ferreira.
Si la salida sin compensación de Gonalons sorprendió, también impactó la de Domingos Duarte. Su documentación obligaba a un préstamo por bajar que cubriera la amortización pendiente de su fichaje. Al ser su último año, forzaba al traspaso, que fue solo de un millón, cantidad muy por debajo de su valor real de mercado, rumbo al Getafe.
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La herencia recibida forzó la gran mayoría de estas decisiones para la nueva cúpula de mando, que sí apretó en las siguientes negociaciones, ya con la sartén por el mango. El primer gran frente fue el de Luís Maximiano. La Lazio aceptó pagar 10 millones de euros por su pase, con bonus en función de rendimiento. El Granada se quedaba momentáneamente sin porteros, pero lo solventó con Raúl Fernández (34 años), que llegó libre desde la UD Las Palmas, por una campaña con opción a otra. La 'operación salida' proseguía y el siguiente en caerse del cartel fue Luis Suárez, en un movimiento relámpago. Recaló en el Olympique de Marsella por algo más de diez millones, más variables. Los rojiblancos se quedaron con el 70%, debido a que el otro 30 seguía siendo del Watford de Gino Pozzo.
El Granada encontró competencia para Raúl Fernández con André Ferreira (26 años), por el que abonó al Paços de Ferreira 750.000 euros, que se redondearán hasta el millón en caso de ascenso. Se ató por dos cursos con posibilidad de prolongación. Fue la primera inversión en compras de la nueva era.
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El siguiente movimiento fue el que más expectación despertó. Los rojiblancos convencieron a José Callejón (35 años) para que se sumara por una temporada con perspectiva de otra como poco en caso de regreso a Primera. Llegó libre tras su estancia en Italia, donde pasó por el Nápoles y la Fiorentina. En paralelo se zanjó la gestión más compleja del verano: la venta de Luis Milla al Getafe. En lo económico repercutió en 5 millones de euros, a lo que hubo que añadir los traspasos sin coste de Miguel Rubio (24 años) e Ignasi Miquel (29) y las cesiones con opción de compra –con los azulones asumiendo la mayor parte de sus salarios– de Erick Cabaco (27) y Jonathan Silva (28).
Se confirmaba la habilidad en los despachos, que se ratificó con la incorporación del cotizado Óscar Melendo (25 años) tras concluir contrato con el Espanyol. Estuvo a punto de irse al Elche, en Primera, pero al final acabó seducido por el proyecto rojiblanco. Como Callejón, llegó por una campaña con opción a extensión.
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El Granada apostó por otros dos centrocampistas más. Uno fue Sergio Ruiz (27 años), que estaba en el Charlotte norteamericano, club que recibió un millón de euros; el cántabro firmó por cuatro cursos. El otro, Víctor Meseguer (23), llegó procedente del Mirandés por 1,5 millones más variables, por las próximas cinco temporadas.
Continúan respecto al pasado ejercicio Víctor Díaz, Carlos Neva, Quini, Petrovic, Puertas, Rochina, Uzuni, Soro, Jorge Molina y Arezo, más Pepe Sánchez, Raúl Torrente y Bryan Zaragoza, con ficha con el filial. Juntos conforman el plantel que, en principio, se marca un objetivo ambicioso, salvo que en el mercado de invierno haya variaciones. Para esto quedan todavía cuatro meses.
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