Tras la decepcionante actuación para cerrar 2023 ante el Sevilla, el nuevo año ofrecía el aliciente de constatar si aún quedaba esperanza para confiar en el milagro de una permanencia en la primavera del recién estrenado 2024. Se habían realizado, vía exprés, tres incorporaciones. Una ... en la delantera, con la vuelta del hijo pródigo Arezo tras su fructífero paso por las filas del Peñarol. Y dos nuevos jugadores para la línea defensiva: un cancerbero argentino, Augusto Batalla; y un central uruguayo, Bruno Méndez. Saltaron de partida en el equipo titular ante el Cádiz tanto Batalla como Méndez. El portero aportó personalidad y mando, con una reacción rápida y la suerte de cara en su única pifia, un balón mal blocado a tiro de Machís que no acabó en penalti por poco. El uruguayo, por su parte, se mostró sobrio, sin alardes, correcto en el corte, bien posicionado. La presencia de ambos aportó confianza al equipo.
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Además, el banquillo rojiblanco ganó la partida táctica del encuentro. Medina recuperó a Álvaro en el flanco izquierdo, apoyando el lateral izquierdo en defensa, y por delante de Neva en ataque, y situó más atrasado a Gonzalo Villar, un jugador exquisito que se sintió cómodo junto al pulmón del equipo, Sergio Ruiz, que va confirmándose como el futbolista más regular de los rojiblancos. Bryan –que volvió por los fueros que lo hicieron estelar hasta la visita del Barça– y Álvaro ensancharon el campo y descubrieron las debilidades posicionales del Cádiz, fundamentalmente por el flanco izquierdo de su defensa. En la primera parte el Granada pudo dejar resuelto el encuentro, pues al gol de Uzuni, concedido con suspense desde la sala VOR, pudieron acompañarle más dianas, si el albanés hubiera estado fino en la solución de sendas ocasiones francas de gol.
Dos intervenciones del VAR propiciaron que el partido terminase con ventaja de los locales al descanso, cuestión que no se producía desde el enfrentamiento ante el Barcelona. Tras el intermedio, una acción punitiva de Sobrino detectada por el VAR de nuevo, propició una superioridad numérica al Granada que controló el encuentro y ajustició al equipo cadista con un bello contraataque que culminó Bryan Zaragoza a pase de Neva, tras una espléndida maniobra de Boyé en el inicio de la transición. Bryan estuvo cerca de un tercero que hubiese rematado su gran actuación. Pero lo importante estaba atrás, donde tras diecinueve partidos, se conseguía la primera meta impoluta del campeonato.
Unas pequeñas luces se encendieron en la oscuridad de una temporada tenebrosa. Ojalá aumenten en las próximas jornadas para soñar con la permanencia. Parecen necesarios nuevos candiles, como los de Batalla y Méndez, que aumente el haz lumínico a tal fin.
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