El efecto Cervera se disipa en un equipo en apuros

El Oviedo es, hoy por hoy, lo que le dejan ser. Los azulones estaban seguros de que la apuesta por Jon Bolo, técnico revelación los últimos cursos en Ponferrada, era el pasito adelante para meter su nombre entre los candidatos a recuperar la élite. Pero el avance terminó siendo el retroceso más absoluto. Los pasos, de tres en tres, se dieron para atrás en lo que a objetivos se refiere y la relación con Bolo marchitó tan pronto que ni siquiera el Granada se midió a su proyecto.Desde entonces, el Oviedo ha tornado en conjunto errático, que pretende ser hermético en defensa por el librillo de Álvaro Cervera. Y, en cierta parte, lo es. Solo ha encajado 25 goles, el problema es que ha celebrado a favor cinco menos. Seis puntos hay de margen con el descenso. Así llega

Cervera hizo un trabajo sensato tratando de llegar a punto intermedio de adaptación, pero ni la plantilla es la que él necesita para su fútbol pragmático, ni el técnico potencia a sus virtuosos. Su entrenador

Nadie pondría un pero a un bazar en el que se recoge a Manu Vallejo, Juanfran Moreno y Víctor Camarasa, pero los dos últimos apenas suman minutos y Vallejo peca de irregularidad aún. Por contra, se marchó Obeng al Huesca en una cesión forzada por el delantero. Mercado de invierno

No es sorpresa que un técnico del cartel de Cervera entrase en el vestuario ovetense operando con bisturí la defensa, aunque el único cambio fundamental fue otorgar la portería a Quentin Braat en lugar de a Tomeu Nadal, que venía disputando los primeros partidos ligueros. Lo que parecía prueba para el francés y acicate al veterano español ha pasado el tiempo provisional y parece una realidad.

Luismi es el santo y seña de la zona ancha, donde Jimmy Suárez (tocado del hombro) y Ángel Montoro, junto con el polivalente Hugo Rama, han repartido los minutos no permitiendo al equipo fijar una pareja de maquinistas engrasada. Las bandas cuentan con Viti Rozada como única opción clara, mientras que el mexicano Flores resultó, todavía, un jugador guadianesco. Sorprende la falta de gol general del equipo cuando se cuenta arriba con un Borja Bastón que cuenta ya 10 tantos. Sergi Enrich es su pareja tras la extraña cesión del portentoso Obeng al Huesca. En ataque