Laura Pérez, sonriente, abraza un balón en los campos de entrenamiento de la Ciudad Deportiva del Granada. Alfredo Aguilar
Entrevista a Laura Pérez

«Nosotras disfrutamos de lo que otras muchas lucharon antes»

La granadina asume que se han convertido en referentes y afirma que queda mucho por hacer para mejorar las condiciones colectivas

Rafael Lamelas

Granada

Sábado, 9 de septiembre 2023, 21:21

El nombre de Laura Pérez se asocia al fútbol granadino desde hace tanto tiempo que cualquiera pensaría que es toda una veterana, pero solo tiene 25 años. «Debuté con 15; antes no había ni cantera, solo primer equipo, y esa era la edad mínima», resalta ... la de Gójar, que jugaba en el Ogíjares cuando fue captada por el Granada CF. Es, junto a Andrea Romero y Lauri, una de las supervivientes de la anterior etapa en Primera división del conjunto rojiblanco, hace justo una década. «Tuve mala suerte; fue el año que me lesioné el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Solo jugué los primeros partidos de aquel campeonato», abunda. También, como la portera, es una de las pocas que simultanea el deporte con otro trabajo; Andrea tiene una clínica de fisioterapia y Laura trabaja para una empresa de Recursos Humanos. Las demás compañeras se apañan con el fútbol, «lo cual es buena señal, aunque todavía quede mucho por hacer».

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Pronto podrá sacarse la espina de medirse con las mejores en la élite, aunque tendrá que esperar aún por la huelga emprendida por las jugadoras que ha aplazado el inicio de la Liga, protesta en busca de unas condiciones más dignas para el colectivo en general. «El punto caliente es el salario mínimo. Hay otros aspectos, pero este es clave. Lleva atascado desde 2019 en 16.000 euros brutos anuales. El fútbol femenino ha ido a más, pero tiene que ir de la mano de estos aspectos», defiende.

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Desde su debut, Laura ha sido protagonista del crecimiento de esta sección en el Granada y testigo de la expansión de su deporte en España cuando lo practican mujeres. Esto último alcanzó su cénit con la victoria de la selección española en el Mundial. Pérez sabe lo que es vestir esa camiseta en categorías inferiores. En 2017, se convirtió en campeona de Europa sub-19 y su compañera de habitación en las concentraciones era Aitana Bonmatí, la mejor jugadora del reciente torneo y la probablemente próxima Balón de Oro, sucediendo a la también española Alexia Putellas. Otras muchas de las actuales campeonas fueron compañeras suyas. «Las veía por la tele y me venía todo a la mente», desvela. «Compartía habitación con Aitana, miles de conversaciones... He tenido la suerte de entrenar y jugar con ellas», reconoce.

El Mundial se ha convertido en un escaparate. «Tener a las mejores llama mucho la atención a nivel de visibilidad, pero hay más aspectos a tener en cuenta. El otro día la FIFA comunicó que ha sido el segundo evento que más beneficios ha generado, detrás lógicamente del masculino. El fenómeno ya estaba ahí, en otros lugares, pero en España todavía no estaba tan extendido», observa.

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«Para nosotras, como futbolistas, es una alegría inmensa. Ver que es algo que genera atención, que atrae. Estamos muy lejos del masculino, somos conscientes, y nosotras tampoco queremos aspirar a ello y compararnos porque la realidad es la que es, pero sí queremos que mejoren las condiciones», esboza. Reflejo de esa atención, una anécdota que le pasó de vacaciones en la playa. «Escuché por la orilla a una familia que estaba hablando de las semifinales. El padre decía que se había levantado a ver a la Selección porque le hacía ilusión. 'Qué bien juegan', le comentaba a sus hijos. Nos hace crecer», resalta.

La celebración quedó estropeada por el comportamiento del ahora suspendido presidente de la RFEF, Luis Rubiales. Laura es contundente y, como muchas, está cansada de este asunto: «Es un tema repetitivo. Es lo que es. Ha salpicado lo logrado por la Selección. El máximo responsable del fútbol español no puede tener esa actitud. Se vio retratado». Pero saca algo en claro. «El episodio de Rubiales ha manchado el gran éxito, pero toda esta polémica y la victoria sobre todo han puesto el foco en nuestro fútbol y en lo que hay que cambiar. Pienso que durante mucho tiempo ha habido gente en torno al fútbol femenino que no ha estado preparada. Se reclama que todo crezca y que se profesionalice. Que lo que rodea al fútbol esté a la altura», pronuncia.

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En esta vorágine, también ha caído el seleccionador nacional, Jorge Vilda, al que conoce. «Yo he estado trabajando con él y a mí me fue bien. Coincidimos en las categorías inferiores. Es cierto que entonces no existía la exigencia del nivel absoluto, pero mi experiencia fue buena. Él llevaba muchos años y lo que reclaman algunas jugadoras es un cambio. No creo que la reclamación de algunas jugadoras sea un capricho. Sus motivos tendrán», alega.

Laura Pérez afronta su undécima temporada como rojiblanca. Solo abandonó la entidad durante una breve etapa en la que se marchó a Estados Unidos, fichada por el Eastern State College, pero se volvió pronto. Entonces, su condición de internacional sub-19 despertó el interés de otros equipos. Sin embargo, siguió en Granada. «Tuve ese 'boom' y todos los veranos he recibido sondeos para fichar por equipos de Primera, algunos con ofertas atractivas, pero primé seguir en casa. Tenía entre ceja y ceja el ascenso y el hecho de estar a gusto y disfrutar aquí, sentirme valorada, me hizo continuar. Guardaba esa esperanza de subir con mi equipo», asegura.

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Todo se ha transformado desde aquel debut. «La Primera división de entonces no tiene nada que ver con la de ahora, y también el Granada ha cambiado mucho», reflexiona. «Llegué tras el ascenso y recuerdo que el primer día que fuimos a entrenar, cada una iba con su ropa. Esto hoy es impensable. Fui unos días antes a una tienda de deportes a comprarme una camiseta roja para, por lo menos, llevar uno de los colores del club», detalla. «Todo ha ido a mejor, también a nivel de instalaciones. Por aquel entonces entrenábamos en el campo Miguel Prieto (de la Federación) y empezábamos a las 22 horas. Tan tarde porque la mayoría trabajaba o estudiaba. Muchas veces compartíamos el campo y solo trabajamos en la mitad. El fútbol era algo con lo que simplemente acabábamos cada jornada», rememora. «Ahora es al contrario; la gran mayoría de nosotras vive por y para el deporte», agrega.

Laura Pérez, durante la entrevista. Alfredo Aguilar

Laura Pérez se graduó en Administración y Dirección de Empresas. «Estoy también en Alight, que además es una de las patrocinadoras del club. Se dedica a los Recursos Humanos y llevo, entre otras cosas, servicios de nóminas. Hasta ahora lo he podido compatibilizar muy bien porque tengo flexibilidad, horario reducido y se me permite teletrabajar. Me da experiencia para el futuro, para cuando se acabe esto», argumenta. «Antes, del sueldo del fútbol no se podía pagar ni el alquiler. Ahora es distinto. Muchas sí estudian, pero en general le dan al deporte una dedicación total», remacha.

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Aquella etapa en la élite duró una temporada y, desde entonces, el Granada lo estuvo intentando con denuedo, pero sin éxito. «Fueron diez años luchando por esto, ahí es nada», subraya. «Lo estuvimos rozando continuamente. Incluso el año de la pandemia, que llevábamos una trayectoria buenísima, con una racha impresionante de victorias, nos pararon la Liga en marzo y tampoco pudo ser. Hemos pasado de todo», advierte.

Ahora, son referentes para niñas y mujeres. «Las que ganan premios internacionales le dan visibilidad, pero nosotras, a nivel local, contribuimos yendo a los sitios, dando charlas en colegios. Las niñas no ven el fútbol como algo inaccesible. Es un proceso que va a más, por eso la cantera está creciendo. Es una bola imparable», certifica. «En el futuro, ellas tendrán unas condiciones mejores», desea. «Para nosotras también es una responsabilidad porque te conviertes en un referente», extiende.

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Mira el camino recorrido y siente orgullo. «Nosotras disfrutamos de lo que otras muchas generaciones lucharon antes. Me acuerdo, en Granada, de Amy, Lula o Urre, jugadoras que no han podido vivir este regreso a Primera. Venimos de una época en la que no tocábamos el gimnasio, en la que el trabajo táctico no era tan importante, y vamos evolucionando. Las que vengan, pensarán en nosotras como otras que abrieron camino», destaca.

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