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Quique Pina posa delante de un mosaico de fotos en la Taberna Andaluza, con una imagen suya a hombros arriba a la izquierda, tras el ascenso del Granada en Alcorcón. Pepe Marín
«Un inversor granadino que quiere el club me ofreció volver»
Entrevista a Quique Pina, expresidente del Granada y ex consejero delegado del Cádiz

«Un inversor granadino que quiere el club me ofreció volver»

Sin desvelar su identidad, el murciano dice que lo descartó al pretender el regreso al conjunto amarillo, que juega este sábado en Los Cármenes

Rafael Lamelas

Granada

Jueves, 21 de noviembre 2024, 00:10

Este sábado se enfrentan dos clubes decisivos en la carrera como dirigente de Quique Pina. El Granada, del que fue presidente, y el Cádiz, del que lo sacaron cuando era consejero delegado, en una lucha de poder en la que sigue inmerso. Continúa muy encima de su deporte, a la espera de la resolución de sus asuntos judiciales. Vive a caballo entre Murcia y Málaga, con parada en Alhendín. La entrevista es en la Taberna Andaluza, templo del fútbol que no había visitado y en el que le impresiona ver varias fotos suyas en los ascensos de Segunda B a Primera.

–¿No se ha planteado recuperar su faceta de gestor fuera de Cádiz?

–Mi ilusión es gestionar el Cádiz porque mi familia invirtió allí. Siempre demostré amor por sus colores aun estando en el Granada y me he quedado a medias en la gestión deportiva. Participé en hacer la plantilla que fue la base en Segunda con Juan Carlos Cordero, renovando a Cervera, que al final propició el ascenso a Primera. Ahora ha bajado, pero me hace ilusión darlo todo por el Cádiz.

–¿Ningún inversor le ha tanteado para otros clubes?

–A todo el que se ha dirigido a mí, tanto de Granada como de otra ciudad, le he dicho que mi pasión es luchar por dirigir al Cádiz, aunque tengo claro que la vida da muchas vueltas y nunca puedes saber qué puede deparar el futuro, pero de Granada me quedo con lo feliz que fui.

–Ha mencionado un inversor de Granada...

–Hay uno que quiere el club, cuyo nombre no quiero que salga a la luz y que tiene un capital económico importante, que me ofreció volver como presidente, porque él no tiene mucha idea de fútbol y esperaba que hiciera la misma gestión. Ya le dije que las cosas son difíciles de repetir. Es amigo mío, puede comprar y tiene ilusión, pero mi condición no se puede cumplir. Estoy con mi familia en lo de Cádiz, donde Vizcaíno se portó muy mal, y queremos justicia.

–Imagino que está al corriente de otras conjeturas sobre la venta del Granada.

–No he preguntado y solo sé lo que se comenta en los medios.

–No esperará que me crea esto...

–Es que todo son suposiciones. Hay gente capaz de decir que va a comprar el Granada, pero al final la realidad nunca se sabe. Te puedes encontrar mañana con que el dueño no lo quiere vender o que puede llegar a un acuerdo con el anterior propietario. Puede ascender el Granada y cambiar todo... Por esto, yo solo digo que conozco a un inversor que quería que yo fuera presidente, un tipo serio, pero creo que ahora mismo al Granada no le conviene hablar de venta sino de ascenso.

–Se le sigue viendo por Granada. Acude con frecuencia a Los Cármenes.

–Es impresionante el comportamiento de los aficionados del Granada, que no se cansan de agradecerme aquellos grandes años vividos y querer, para sus hijos y nietos, una foto de recuerdo por lo que hice.

–¿Cree que se valoran en su medida aquellos dos ascensos y cinco permanencias en Primera?

–Ahora soy más consciente cuando voy por la calle con mis hijas y ellas, tan pequeñas, se dan cuenta de cómo tratan a su padre. Por esos logros con los que se consiguieron ascensos que calaron de lleno en los corazones de los granadinos.

–¿Le hacen algún reproche?

–No he vivido nada de esto. Es normal que alguien te pueda decir algo sobre alguna equivocación, pero en Granada cuando paseo solo me dicen cosas buenas o me piden que vuelva. Otros recuerdan que salvamos al club, porque estaba al borde de la desaparición. Aquellos ascensos no se olvidan porque el Granada llevaba 23 años sin subir a Segunda y 35 sin llegar a Primera. Tantos recuerdos buenos hacen que a la gente se le olviden los malos momentos, que también los hubo, porque la Primera división es muy difícil y hubo otras situaciones sufridas, como aquellos penaltis con el Celta en los que Michu falló y Roberto marcó y paró; igual que en Elche, donde pudimos encajar otro gol y no subir. Todo salió bien porque se conjugó un buen vestuario.

–Hablemos de fútbol. ¿Cómo ve al equipo rojiblanco?

–Ahora lo veo como un bloque sólido gracias a su entrenador y con individualidades importantes capaces de marcar la diferencia. Existe una buena mezcla de juventud y madurez. Le ha ido fenomenal el cambio y ha adquirido mejor las ideas de conjunto.

–Veo que valora a Escribá.

–Lo conozco y mantenemos un respeto mutuo. Lo considero una persona serena y tranquila, que es lo que necesitaba el Granada. Trabaja bien la presión en todas las zonas del campo y sabe que la verticalidad para llegar a portería, con los fenómenos que tiene arriba, es un arma que la tiene que explotar. Con estas ideas, el Granada es candidato al ascenso.

–¿Mantiene el contacto con Juan Carlos Cordero?

–Por supuesto, aunque desde la distancia porque está en Zaragoza. Ha sido fundamental en todos mis triunfos, en los tres clubes. Es una amistad imposible de romper aunque no podamos estar tanto tiempo juntos.

–¿Y con Gino Pozzo?

–Con Gino ha existido una relación profesional con cuyo resultado los dos quedamos contentos y nos permite mantener una buena relación. Somos dos personas de fútbol y todo lo que pueda salir interesante para él o para mí lo escuchamos.

–Marsá nos contó que habló con usted. ¿Qué le dijo?

–Solo puedo decir que la sociedad Quique Sport, que es familiar, recibió hace poco la sentencia favorable sobre los diez millones de euros que le debe Marsá por la compra del Ciudad de Murcia. De hecho, recurrió y nos han vuelto a dar la razón. Hay un embargo preventivo de todo el dinero que le corresponda. Es cierto que el Ayuntamiento ha cambiado el uso de Granada 92 de deportivo a residencial, por lo que el suelo ya tiene un valor importante, pero antes de emplear el dinero, Marsá tiene que pagar la deuda que tiene con nuestra empresa. Después, no tendría ningún problema ni nada contra él, pero la sentencia es clara a favor de Quique Sport SL.

–¿A qué se dedica usted ahora?

–Estoy asesorando a un íntimo amigo de Dubái que tiene participación en un club de Primera y es a su vez propietario de un holding a nivel mundial de un sistema constructivo que es el futuro, para sustituir al ladrillo. La prueba es que ha instaurado en España una fábrica y ha conseguido cifras récord en un año y medio. Le he ayudado a introducir a su equipo en el mundo de la construcción. Estas personas me respaldarían en cualquier cuestión relacionada con el Cádiz si me hiciera falta en el futuro.

–¿Y su faceta de agente?

–Sigo asesorando a jugadores, pero no lo hago como el típico que representa a un futbolista y vive su día a día. Intento dar consejos en alguna operación, por las relaciones que tengo en el fútbol, para culminar un fichaje.

–¿No echa de menos el desenfreno del día a día?

–Llevaba 15 años seguidos entre Ciudad de Murcia, Granada y Cádiz, gestionando deportivamente. Una traición me apartó del Cádiz. La verdad, en el fondo me vino muy bien ese parón porque en el fútbol se sufre muchísimo, pero a los tres años ya me reactivé en lo que siempre me gustó, que es descubrir nuevos talentos. Hoy veo más fútbol que nunca e incluso me gusta viajar al extranjero para presenciar partidos en directo. Estuve en Italia y señalé a dos jugadores de Segunda división española, jóvenes, y ahora hay tres equipos de allí que los quieren porque están destacando.

–¿Quiénes son?

–Me han gustado mucho Larrubia, del Málaga, y Carlos Álvarez, del Levante. Vi a este último en el Levante - Cádiz, presente en el estadio, y mostró tres detalles que desde aquel momento me hicieron tener claro que va a ser importante.

–Usted sigue pretendiendo recuperar el poder en el conjunto amarillo.

–Manuel Vizcaíno jugó sucio conmigo conociendo todas las argucias judiciales que le acarreaban ventajas en el tiempo, con suspensiones de juicios o reiteradas bajas por enfermedad tanto de él como de su abogado en el mismo procedimiento. Luego viajaba esa misma semana con el Cádiz a un desplazamiento… No abría su domicilio ante las visitas del procurador para notificar una demanda a sus hijas y esposa, que actúan como testaferros suyos en la sociedad mayoritaria del Cádiz CF. Todo ha llevado a retrasar mucho el procedimiento.

–¿Por qué se ha alargado esta situación tanto?

–Por ejemplo, en la liquidación de la sociedad mayoritaria de las acciones, he logrado que un juez la estime. Como en su día confié en Vizcaíno para que él fuera administrador, va a apurar al máximo para liquidarla, aunque esté obligado. En los temas penales, dependemos de que se nombre a un auditor y que valore el Cádiz, que estando en Primera división tuvo la desfachatez de valorarlo solo en once millones de euros, cuando está demostrado que un club en esta categoría vale, según las ventas realizadas, un mínimo de 90 millones. Quería vender las acciones de la sociedad en una proporción de un 30%, a ese valor tan bajo, para luego él adquirir de ese 30 el equivalente a un 10% por el mismo precio. Le metí en Cádiz porque me decía que quería aprender de mí y que admiraba lo que había logrado. Aprovechó la confianza que le di para que fuese el administrador para luego, en un momento débil en mi vida en el que estuve bloqueado económicamente y mi única salida para mantener a mis hijos eran los ingresos de Cádiz, apartarme de la gestión. Tuve que pedir ayuda hasta que gracias a Dios me dieron la razón y me desbloquearon.

–Entonces, ¿tiene manera de entenderse con Vizcaíno?

–No admito ningún acuerdo con un traidor, y sí deposito mi confianza en la justicia.

–¿Cómo ve al Cádiz?

–La clasificación no refleja lo que se le exige como club. Solo puedo desear que vaya lo mejor posible, aunque considero que la planificación deportiva es nefasta. No es normal que la lleve un presidente que ha reconocido que no entendía del fútbol y sí de márketing, que gana 600.000 euros al año por un servicio que no sabe dar. Convierte algo tan serio como fichar jugadores en un capricho personal de sentirse director deportivo. Juega con el sentimiento del aficionado.

–¿Le gusta Paco López?

–Paco López es un gran entrenador sin duda, pero tengo claro que le faltan posiciones por reforzar que no le dejan triunfar.

–Usted tiene también buena relación con Bryan Zaragoza.

–He pasado muchos momentos con él, hablando de fútbol y viéndolo. Creo haberle dado buenos consejos dentro de mi experiencia, que me ha escuchado. Ha dado la casualidad de que, desde que somos amigos, todo le ha ido de color de rosa. Viví lo que sucedió con el Bayern de Múnich. En aquel momento, le llegué a presentar a gente que lo quería del Benfica. Ahora está con Osasuna y triunfando con la selección española. Mantenemos el contacto. Pienso que ir a Osasuna fue una buena decisión porque va mucho con su perfil. De hecho, tiene una afición que está enamorada de él. Cuando se siente querido y nota la aprobación de los seguidores cuando hace un regate, se le genera un sentimiento especial. Todos allí están conectados a su fútbol.

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