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José Ignacio Cejudo
GRANADA
Lunes, 12 de agosto 2019, 01:05
El granadinismo es feliz porque su equipo ha vuelto a Primera, allí donde el fútbol huele a gloria y la hierba parece aún más verde. Entregados a la figura de Diego Martínez, los seguidores del Granada volverán a disfrutar de su equipo enfrentándose a los ... mejores del país, frente a frente con muchos de los mejores futbolistas del planeta. Muchos se echarán cada dos semanas a la carretera con la agonía como compañera de viaje, para recorrer cuantos kilómetros sean necesarios, siempre menos de los que luego son, para volver a aquellos escenarios de fútbol en los que ya se fue feliz para volver a serlo una vez más.
Han pasado dos años y casi cuatro meses desde aquel partido en el que el Granada volviese al infierno de plata de Segunda, un lujo no tantos años atrás. Fue un drama más por cómo se produjo que por su desenlace. No hubo tardes de gloria aquel curso, el primero de Jiang, pero sí antes. No en todas ganaron los rojiblancos, como en las primeras visitas al Camp Nou y al Santiago Bernabéu, pero sí consiguieron algo: una imagen digna, decente, de equipo comprometido. Fueron partidos que hicieron sentirse orgulloso al granadinista y que permanecen en la retina de quienes los vivieron, especialmente 'in situ'.
Es esa dignidad la que asegura el bloque liderado por Diego Martínez, como ya se mostrase la temporada pasada, la de un ascenso heroico. Se mantiene la base, los pilares de aquel equipo que mirara a cada rival a los ojos y le retase a subir al ring. El Granada promete que volverá a ser ese equipo, uno incómodo, sólido y peleón, que no morderá el polvo fácilmente por más Messi o Hazard que tenga enfrente.
Los rojiblancos serán los más pobres de la categoría pero nunca le perderán la cara a un partido. El Granada ha sido el rey del verano, el único equipo invicto tras ganar al Sevilla, y ahora se plantea la supervivencia en Primera. Lo consiguió en condiciones parecidas el Valladolid, no sin sufrimiento, y lo quieren emular este año los rojiblancos, que como siguen 'pasito a pasito' tampoco se ponen techo. Cada partido será el último y la misma permanencia estará en juego en cada pulso, como si la clasificación pudiera decidirse por décimas.
Los granadinistas verán de nuevo a sus jugadores en templos como el Camp Nou, el Santiago Bernabéu, San Mamés o el Wanda Metropolitano, donde se estrenarán ante su gran anfitrión tras no hacerlo por capricho del calendario el curso pasado mientras jugó allí el Rayo Majadahonda. Lo harán a lo grande, ante el Atlético del 'Cholo'. A Real Madrid y Barcelona sólo se les pudo ganar en Los Cármenes, pero las visitas de aquella gloriosa temporada del regreso 35 años después tuvieron todos los ingredientes para convertirse en sendos partidos para la memoria, pese a los cinco goles encajados. El equipo plantó cara y no sintió vértigo. Cientos de rojiblancos sonrieron y saltaron y gritaron como no lo hacían desde la infancia con los goles de los suyos, aunque luego tuvieran que lamentar otros para la derrota definitiva.
Es hora de soñar. De vivir con entusiasmo cada día de esta nueva etapa que se afronta con la única certeza de que los jugadores lo darán todo, suficiente o no para ganar partidos. Ellos, los soldados de Diego, lo van a intentar. No será por su empeño, obsesionados como están ante todo del orgullo que sientan sus aficionados, una responsabilidad tatuada a fuego por el gallego, con la 'eterna lucha' escrita por las paredes del vestuario. Vuelve el fútbol, vuelve LaLiga. Los viajes en carretera o en avión hasta la otra punta del país para seguir a un equipo, a un grupo de hombres que persiguen una pelota en pantalón corto. Qué sabrá quien no lo entienda. El granadinismo está de enhorabuena y sabe que no le defraudarán, sea cual sea el desenlace de las 38 jornadas. A disfrutar de Primera como del amor, que, dicen, es eterno mientras dura.
Temporada 2012/13 | Jornada 22 | Granada 1 - Real Madrid 0
Anquela había sido destituido y el Granada necesitaba un impulso. Lucas Alcaraz se reencontró con su 'madre' futbolística y a la vuelta de la esquina le llegó el Real Madrid de José Mourinho. Los rojiblancos se armaron de valor y plantearon a los blancos un partido incomodísimo con los recién firmados Carlos Aranda y Nolito titulares en su primera alineación. Un triunfo granadino parecía impensable por más inestable que anduvieran los madridistas, pero se obró el milagro.
Habían pasado veinte minutos de juego cuando Nolito se dispuso a botar un córner desde la izquierda. Fue un envío cerradísimo que todos vieron venir, en especial Diego Mainz y Cristiano Ronaldo. El astro portugués se anticipó con la pésima suerte de revitalizar la trayectoria del esférico sin desviarla, sorprendiendo a Diego López y a Coentrao, bajo el larguero al segundo palo. El único gol en propia puerta de Ronaldo en toda su carrera decantó un partido muy disputado que los rojiblancos defendieron luego con uñas y dientes para rabia del propio ganador del Balón de Oro, de Sergio Ramos y de Mourinho. Una de las victorias más celebradas de la última etapa en Primera, la única vez que se consiguió ganar al todopoderoso Real Madrid en ese periplo de ensueño en la élite.
Temporada 2013/14 | Jornada 33 | Granada 1 - FC Barcelona 0
Se había ganado al Real Madrid el curso anterior y se quería ganar también al FC Barcelona. Los de Lucas Alcaraz recibieron en Los Cármenes al equipo de Messi, dirigido entonces por el 'Tata' Martino, y castigaron su inercia depresiva con un zarpazo al cuarto de hora que acabó siendo definitivo. El argelino Yacine Brahimi se colaría entre la defensa blaugrana, invitado por una asistencia de auténtico lujo firmada por Fran Rico, para batir a Pinto con la derecha tras aguantar la carga de Montoya. De ahí al final, como no podía ser de otra forma, tocó resistir al asedio con una figura agigantada.
El protagonista de aquel triunfo épico sería el portero griego Orestis Karnezis, en uno de sus pocos partidos como granadinista. El guardameta, todo sobriedad y silencio, detuvo cada acercamiento de los Messi, Neymar, Fábregas y compañía casi que sin sudar. Aportó a su equipo toda la tranquilidad que no se podía mantener desde la grada, donde los aficionados vivieron con el corazón en un puño los 75 minutos que siguieron al gol de Brahimi. Fue un triunfo importantísimo para acercarse a la permanencia. El Barça, por su parte, se fue despidiendo en Granada de una Liga que luego acariciaría ante el Atlético en el Camp Nou, pero que nunca pareció querer.
Temporada 2013/14 | Jornada 38 | Valladolid 0 - Granada 1
Con la soga al cuello, el Granada de Lucas Alcaraz subió a Valladolid para jugarse la vida en el José Zorrilla. En realidad era un duelo al sol. Sólo podía quedar uno. Los pucelanos salieron con más intensidad y sembraron el pánico de inicio en la defensa nazarí, tanto que Nyom a punto estuvo de armar la tragedia al despejar hacia Roberto, que desvió al larguero, en una jugada sin peligro aparente. El futuro de ambos equipos pendía de un hilo en esa última jornada de campeonato.
Lo pasaba mal el Granada pero llegó el gol. Justo antes del descanso, cuando más duele. Fran Rico y Piti tramaron la estrategia y el '10' mandó un balón raso al área chica que el serbio Mitrovic terminó mandando hacia el interior de su propia portería, nervioso aun sin delanteros que lo encimaran. Hubo suspense pues un futbolista del Valladolid acertó a sacar el balón de dentro para generar ciertas milésimas de confusión que se decantaron para el granadinismo y sus 300 acólitos en la grada. El resto fue un ejercicio de supervivencia con Alcaraz al borde del infarto junto a la cal. Valía el empate pero convenía jugársela lo menos posible. Brahimi e Ighalo pudieron sentenciar el partido, que se cerró por la mínima en una celebración de plena felicidad para todo el granadinismo.
Temporada 2014/15 | Jornada 37 | Real Sociedad 0 - Granada 3
Apenas quedaba esperanza para la nave rojiblanca cuando José Ramón Sandoval asumió el timón. Tres partidos bastaron para insuflar una nueva vida al Granada con el discurso optimista de un hombre inspirador, un 'Mr. Wonderful' de la motivación. Anoeta, allí donde el Granada descendió la última vez, fue otrora escenario de grandes noches para el granadinismo, de empates a última hora y puntos clave para sus permanencias. Fue allí donde el Granada de Sandoval consiguió una permanencia virtual a falta del punto pactado más tarde con el Atlético de Madrid de Siqueira en Los Cármenes.
No hubo goles en el primer tiempo y tampoco pasada media hora del segundo, nada en juego para la Real Sociedad de David Moyes. Al Granada le urgía marcar y lo hizo por mediación de El Arabi a falta de un cuarto de hora gracias a una combinación con Rober Ibáñez. El valenciano haría cuatro minutos después al desviar un defensor un inocente disparo con la zurda. La maravilla, la guinda, llegó a dos minutos para el final. Rubén Rochina vio adelantado a Zubikarai desde el centro del campo tras un robo y no se lo pensó. Un golazo para enmarcar al que siguió una celebración por todo lo alto conscientes de que lo más difícil, lo imposible, ya estaba hecho.
Temporada 2015/16 | Jornada 38 | Sevilla 1 - Granada 4
Al Granada sólo le valía ganar y lo hizo, lo cierto es que ante un Sevilla que no se jugaba nada. Los rojiblancos de José González obtuvieron la permanencia bajo una maravillosa lluvia de mayo que luego dio paso al sol, al arcoíris y a la fiesta granadinista, con miles de aficionados en la grada del Sánchez Pizjuán. Un doblete de Cuenca, que abrió el marcador y lo cerró, otro tanto de El Arabi de penalti y Babin de cabeza como capitán general concretaron la salvación.
Aquella sería la última salvación del Granada antes de caer a Segunda ya con Jiang, que iba gestando la compra del club esos días. Fue la última tarde de inmensa felicidad antes de una temporada oscura, muy oscura, pese a la ilusión del verano y el fichaje de Paco Jémez. El Pizjuán fue rojiblanco granadinista y los jugadores llevaron en volandas a una afición entregada a puntales como Rochina o Peñaranda. El colofón a una temporada muy sufrida que arrancó con Sandoval en el banquillo, artífice de la permanencia anterior. No tuvo tanta suerte de inicio y fue sustituido por José González, que aplicó coherencia a la situación obteniendo el compromiso de sus futbolistas. En una tarde futbolística de infarto, el Sevilla se dejó ir y los goles fueron cayendo uno a uno hasta el 1-4 final.
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