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Especial 90 Aniversario Granada CF | Candi: «El Granada de mi época era más granadino»
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«El Granada de mi época era más granadino»

CANDI ·

«Del fútbol, me quedo con el cariño de la gente cuando me para por la calle. Nadie puede decir que me tomé ni un café a cuenta del club. Yo fabriqué camas pero nunca me dormí en los laureles», sentencia el presidente más longevo del club, Cándido Gómez Álvarez, quince años como principal mandatario rojiblanco

Viernes, 23 de abril 2021

Cándido Gómez Álvarez (Porriño, 14 de mayo de 1928) es el presidente más longevo del Granada CF, con 15 años al frente del club. También fue portero durante 12 años, todo un récord. Y el socio número 3. Como sabio del fútbol opina que el Granada de su época «era más granadino». A Candi siempre hay que hablarle de usted, como a él le gusta, por lo que representa para la institución.

–Usted siempre pareció muchos años más joven.

–¿Cuántos años me echa? (ya empezamos; responde con una pregunta como buen gallego ). Gracias, me cuidé mucho.

–Usted tiene 92 y cumple pronto 93. Es nonagenario, como el club...

–Así es. Siempre he tenido la satisfacción y el orgullo de ver al Granada como un gran club y equipo, cumple 90 años. Yo he vivido para él, le dediqué mi vida, muchas horas y días, me entregué. Lo mejor es tener tanta gente que me aprecia y quiere (se emociona pronto), eso no tiene valor, estoy feliz por ello. El Granada es un club muy arropado por su afición, que es sana y pura. Tengo una familia en lo deportivo y personal extraordinaria (se le saltan las lágrimas)...

Vídeo. Cándido Gómez Álvarez, el presidente más longevo del Granada CF. PEPE MARÍN

-Usted nació en Porriño pero, por su corpulencia, parecía un portero vasco en vez de gallego.

–Tenía esa fisonomía y procedo de aquella escuela. Tenga en cuenta que yo llegué al Athletic cuando era un crío, fueron mis inicios y me formé allí. Me trataron muy bien. Allí estaba Lezama, que se había formado en Inglaterra y utilizaba los pies, una novedad por entonces, al salir del área. Fue el primero en practicarlo.

–Usted pasó 12 años de futbolista (el que más del club junto a Pepe Millán, internacional con 16 campañas) y 15 de presidente... y solo recuerdo un homenaje de los veteranos del Granada.

–Mire, a mí el fútbol me ha dado mucho, también la ciudad, seguro que yo a ella también, pero yo del fútbol me quedo con el cariño de la gente, con los aficionados, que me paren por la calle y me saluden, que digan por ahí va una persona honesta, humilde, alguien que procuró no hacer daño, ser recto en la vida, tratar con respeto y educación a todo el mundo. Nadie puede decir que me tomé ni un café a cuenta del club. Que la institución no haya puesto ninguna puerta con mi nombre en el nuevo campo, que la haya de jugadores que han estado aquí un rato o han marcado un gol importante, me da igual, seguro que se lo merecen, no importa; yo paré muchos penaltis con la camiseta del Granada y le ayudé en muchos triunfos, eso está en la historia. Me alegra que los jugadores veteranos se acuerden de mí, que me hicieran el homenaje, les tengo cariño y ellos a mí también, es recíproco.

WORK XSDAS

STEP 1

STEP 2

STEP 3

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–Usted les dio consejos sanos y sabios.

–Es que yo no he entendido la vida de otra forma. En aquella época, como ahora, con la cartera llena, y yo la tuve, era bastante fácil caer en la tentación de salir de noche, ir de aquí para allá, las chicas, ya sabe a lo que me refiero, los jugadores son personas jóvenes; yo nunca me salí del camino serio, del correcto, hubo quien piensa que me mostré estricto, demasiado duro o que imponía mucha disciplina. Les recomendé por su bien que se comportaran como debían, como profesionales, que se cuidaran, así tendrían mejor futuro.

–Usted no les dejaba montar en moto.

–Claro que no, para evitar accidentes, había un reglamento interno, tenga en cuenta que es algo que lleva riesgo, que podía producir lesiones. Yo tampoco subía por eso.

–Usted le dijo al entrenador (Joseíto) que llamara por teléfono a las diez de la noche para ver si estaban en casa... Como el toque de queda...

–Para cuidarse, mantenerse en un modo de vida ordenado, equilibrado, sensato y guardar las energías para los entrenamientos y los partidos.

–Usted llamó de usted a todos los jugadores, también a los muy jóvenes, a los del filial, incluso a mí como periodista... Así nos sentíamos mayores.

–El respeto y la educación siempre han convivido conmigo, para mí son valores fundamentales.

«Me formé en el Athletic y me mimaron allí mucho, Ramallets me cerró la puerta a la selección, de jugador fui muy formal»

candi portero

–Usted posee salud de roble pero hace once años le hospitalizaron, ¿el mejor penalti parado?

–Puede ser. Me encuentro bien a mi edad porque nunca hice excesos.

–Usted es un gran deportista, practicó el tenis.

–Sí, jugaba en la RS de Tiro de Pichón. Recuerdo verle por las pistas, también en la playa, en Fuengirola.

–¿Usted me contaría algún secretillo?

–No lo sería, mi experiencia es dilatada. Conozco muchos entresijos del fútbol nacional, como cuando estuve en la directiva de Pablo Porta en la Federación Española de Fútbol. Eso no se ha destacado casi nunca. Además, Porta era un hombre recto también y me dio un cargo importante, las relaciones con los jugadores, e imagine los futbolistas famosos que había, sus peticiones. Yo tenía que negociar con ellos, no existía la asociación todavía.

Candi atrapa el balón en un partido en Los Cármenes. IDEAL

–¿Usted no ve como un sueño que el Granada jugara en el 'Teatro de los Sueños' (Old Trafford)?

–Me gusta el actual Granada, hay un buen equipo y lo hacen bien, lo sigo por televisión, es importante a donde ha llegado, a Europa, pero también antes se jugó la final de la Copa. El Granada de ahora está entre los mejores de la historia, ha llegado lejos.

–Usted sabe que el equipo de los 70 fue sexto dos veces. Hubiera ido a la Copa de la UEFA, ahora Europa League.

–Ya, ya, en efecto, eso es así. Había un gran equipo, también en etapas anteriores, como cuando estaba Pepe Millán. Para mí no es ninguna espina clavada ni demérito que no llegáramos a la competición internacional.

–¿Usted recuerda con detalle cuando vino?

–Sí, porque me trajo Cholín muy joven. Era el entrenador, me probó y me quedé. Entonces tuve la suerte de que Valero, que era el titular, un portero catalán muy bueno, se lesionó; ya me pusieron, ya sabe que, de portero, si coges el puesto, el técnico te da la confianza y es difícil quitar al compañero o que te quiten, yo era sobrio, daba seguridad. Yo me hice voluntario del Ejército del Aire cuando vine a Granada, fui a la 'mili' con Juan Espadafor, que fue mi amigo y también rival en las primeras elecciones que gané a la presidencia. Le dije que él era granadino y yo de fuera, pero que yo sabía más de fútbol, ja, ja, le gané pero por muy poco, por once votos.

–Usted fue defensor de los granadinos a rajatabla.

–Mire, yo todo lo que tengo se lo debo a Granada, pero yo siempre me volqué en ayudar a la gente de la tierra, a los granadinos. El Granada de mi época era más granadino, estaba formado por una estructura local. Cuando yo me afinqué aquí, que no lo había previsto, aposté por el club y también por los negocios. Directivos había muchos de aquí, también los jugadores... Se apoyaba al filial, al Recreativo, pero ha cambiado mucho, yo nunca fui partidario de la sociedad anónima deportiva. Pienso que el club debía ser algo propio de la ciudad, de sus ciudadanos, porque se le quiere más, se siente la entidad, así lo entendí yo y muchos impulsores que hubo como Luis Oruezábal, al que también traje yo de Argentina. Ahora es muy diferente, primero llegó gente de Murcia y luego italianos y, por último, los chinos. Es normal que los aficionados de toda la vida pues no veamos el club y el equipo tan propio, tan auténtico como antes.

–Usted ya es el socio número tres.

-Sí, hasta que llegó el coronavirus, que ya me han vacunado, podía acudir al campo con normalidad.

–¿Usted se vacunó también contra la malafollá cuando llegó a Granada?

–Ja, ja, seguramente. Entiendo la idiosincrasia granadina, puede que al ser de fuera apoyara más a lo de aquí, no cayera en el cainismo, en poner la zancadilla al vecino o hermano, es el carácter quizá de esta tierra, señas de identidad y no se puede evitar...

–Usted fichó muchos jugadores de Sudamérica.

–Me daba igual de dónde vinieran con tal de que fueran buenos y los hubo, extranjeros de gran nivel.

–Usted nació en Porriño pero en Galicia ni jugó...

–Sí, algo pero poco. En realidad yo empecé en el filial del Logroñés, el Rayo.

«Siempre estuve ahí cuando la entidad me necesitó, le dediqué horas y esfuerzo al club porque lo consideré como de la familia»

DON CÁNDIDO PRESIDENTE

–Usted pronto destacó y le fichó el Athletic.

–Allí me enseñaron mucho, era ingenuo y se portaron muy bien conmigo.

–Usted tuvo de maestros a los mejores: Zarra, Gainza, Panizo...

–Me trataron como a un hijo, como a un niño mimado. Tuve una formación estupenda porque eran futbolistas destacados, influyentes, muy importantes en el fútbol español, europeo y mundial, también estaba Lezama.

–Usted recibió allí el apodo de Candi. ¿Ponían motes como a los cantantes, aunque no 'cantara'...?

–Sí, ja, ja, me dijeron que Cándido no valía, lo acepté sin problemas. El Athletic es un gran club, formado únicamente por jugadores de la zona, yo era el único de fuera. Estuve a punto de ir a la selección española, me cerró el paso Ramallets. Quedé como portero menos goleado en Segunda. Conseguí tal galardón en dos ocasiones.

–¿Usted jugó también en el Levante, no?

–Sí, pero ahí estuve cedido y no demasiado tiempo. ¿Sabe cuál fue mi primer sueldo de futbolista?

–Usted cobró tres pesetas (ya no sé si sube o baja en el ascensor de la entrevista).

–No, no, ja, ja. Diez mil pesetas, oiga, que entonces era un salario elevado.

–Usted quedó encantado de Bilbao, pero en Valladolid no se adaptó.

–Y mire que tuvimos un ascenso a Primera. Allí no estuve mal pero jugué menos, poco. Por eso guardo peor recuerdo (interviene su hija Nieves y apunta que dejó una novia).

–No haga caso. Cosas de la edad, yo era muy joven entonces (se disculpa).

–Usted fue al Valencia.

–También, aunque nunca olvide que con el Granada estuve doce temporadas y participé en dos ascensos.

–Usted sobrevivió a Pepe Millán y a muchos otros que eran más jóvenes...

–Ja, ja, ya le digo que me cuidaba, eso es el agua de la Fuente del Avellano, ja, ja, ja. Mis padres eran los Pintos, tendría buenos genes Yo le digo a usted que soy la mitad gallego, de Porriño, del pueblecito de Pontevedra en el que nací, y la otra mitad granadino Espero que los biznietos me recuerden como una persona honesta.

–Usted resulta afectuoso y muy cordial, ¿por qué tenía fama de duro? ¿El tiempo aplaca?

–La disciplina siempre estuvo presente en mi vida, transmitía eso pero por ser serio y formal, en el fútbol, en los negocios, en todo. Hay que quedarse con lo bueno en la balanza de la vida, yo tengo mucho más positivo.

–Usted era portero, pero marcó un gran gol, dicen, al casarse con la granadina Rosario López.

–Siempre he sido muy familiar, para mí es lo importante, aunque quité horas a ella por el fútbol.

–¿Usted conquistó muchos amigos en el fútbol?

–Sin duda, es lo mejor que me llevo. Es gratificante que te vean, te reconozcan y hablen bien de ti. Me pasó también de jugador

–¿Usted reconoce tener algún enemigo?

–Seguro que lo habrá por ahí, pero no lo veo cerca.

–Usted llamó hermano a José Iglesias 'Joseíto'.

–Sí, es que era una gran persona, un gran hombre, nos entendíamos.

–Usted también trajo a otros entrenadores de relumbrón... Marcel Domingo, Rossi, Miguel Muñoz, Nando Yosu...

–No sabría decirle cuál es el mejor de ellos.

«Pablo Porta, que también era un hombre recto como yo, me dio un cargo muy importante, negociar con los futbolistas»

La Federación española

–¿Usted con qué jugador se queda de la época?

–Son muchos estupendos pero quizá con Zarra.

–Usted vio pasar a Fernández Moreno, Cuenca... Directivos de mucha valía, gente de club como Pellejero o Ibáñez.

–Intenté rodearme de personas capacitadas, con talento, trabajadoras y serias. Los que nombra se desvivieron por el club en cuerpo y alma.

–Usted sabe que Mariano Sánchez Osorio tenía grandes amigos árbitros. ¿Confirma o desmiente que les dejaba jamones colgados en la caseta?

–Eso es mentira, un invento (la única vez que se altera en un remanso de paz dentro del repaso por su memoria). Aquí, cuando llegaban los árbitros, se les recibía con educación y se les trataba bien, nada fuera de lo normal.

–¿Usted también conoce que se compran partidos y árbitros?

–Claro, claro, pero ya le digo que yo sé cosas que me guardo, son muchos años, viajes, anécdotas...

–Usted con la prensa también se llevó bien en líneas generales.

–Así es, alguna crítica pude tener pero, en general, tuve buena relación con casi todos, como usted dice, de complicidad. Pasamos muchos ratos juntos. Su padre (Carlos Tomás Romero García) estuvo mucho tiempo conmigo.

–¿Usted qué opina sobre los supuestos sobres a los periodistas?

–Aquí y en otros sitios, puede. No es mi caso.

–Usted sí mandaba cestas de Navidad y hasta flores con elegancia...

–Claro que sí. En aquella época casi todos éramos así. Bernabéu y Montal, también. ¿Ve usted estas botitas pequeñas de llavero que llevo, sabe quién me las regaló? Rafa Jaén.

–¿Usted vio a Bernabéu como a un padre?

–O como a un abuelo, ja, ja. Antes los veteranos me veían como un padre y ya algunos como el abuelo. Bernabéu era muy buena persona, atendía a todo el mundo muy bien.

«El fútbol de antes era más duro, viril y de mayor pelea, ahora los jugadores son unos señoritos»

análisis

–Usted hasta confraternizó con políticos y empresarios...

–Los políticos no eran mi fuerte, me centré más en hacer amigos en el entorno futbolístico. Teníamos ideas que coincidían.

–¿Usted ve mucho cambio en el césped?

–El fútbol antes era más duro, viril, de mayor pelea. Ahora los futbolistas son unos señoritos.

–¿Usted se siente un triunfador?

–No me quejo. Tuve negocios inmobiliarios, le dediqué tiempo, esfuerzo, horas, he tenido una vida cómoda, no lo niego. Fui formal.

–¿Usted fabricó camas pero nunca se durmió en los laureles?

–Así es y, oiga, las fabricaba pero no para los empleados en el trabajo.

Candi realizó ventas de jugadores como gran gestor. IDEAL

Modernizó el club y lo hizo crecer

Cándido Gómez Álvarez accedió a la presidencia en 1967 y modernizó el club, aspiró «a un Real Madrid en pequeño». Entonces la entidad tenía dos millones de pesetas de déficit y el presupuesto fue de 22. Se ganaron partidos, hubo buenos equipos, traspasos, jugadores que se trajeron y de los que el club obtuvo beneficios. Candi construyó la tribuna alta, la cubierta, pese a que hubo críticas. Le dijeron que sobraba espacio, que la inversión sería inútil, que sólo se llenaría el antiguo campo de Los Cármenes con los 'grandes', y se llenó casi siempre. Incorporó las camisetas de rayas horizontales, el primer acercamiento al márketing. Disfrutó de la bonita primera etapa de nueve años, luego otra discreta de tres y después vinieron los líos en tres salpicadas de un año:la venta de Los Cármenes, el conflicto con Alfonso Suárez, la denuncia de los jugadores a la AFE, acabar en Tercera con Jimena... «Siempre estuve ahí cuando la entidad me necesitó», aclara. Candi, emblema del Granada, lleva los colores rojiblancos en lo más profundo de su corazón.

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