La espina clavada de Borja Bastón en el Zaragoza: «Habríamos subido sin su lesión»

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Era la antepenúltima jornada del campeonato regular y el Zaragoza perdía al descanso en Valladolid, pero Borja Bastón devolvió las tablas al marcador de penalti tras la reanudación. Escasos minutos después, sin embargo, el delantero se vería obligado a pedir el cambio por una rotura de fibras en el isquiotibial izquierdo; su equipo, aun así, culminó la remontada sin él sobre el campo. «Era muy importante para nosotros, y ya no solo por tratarse de nuestro máximo goleador, sino por su inteligencia para saber cuándo desmarcarse y cuándo bajar a recibir, y siempre devolvía el balón cuando debía. Al principio le costó marcar, pero fue clave desde el principio y cuando empezó a meter, ya no paró», rememora Jaime Romero.

Borja Bastón faltó a las dos últimas jornadas y tampoco pudo jugar las semifinales del 'play off', en las que el Zaragoza tumbó al Girona. El delantero sí fue convocado para la ida de la final con Las Palmas, sin minutos pero en el banquillo durante la victoria en La Romareda, pero sí ingresó como revulsivo en la vuelta cuando los canarios amenazaban con empatar la eliminatoria. Un gol de Sergio Araujo a escasos minutos del final dio el ascenso a los locales para desesperación maña al priorizar las normas al mejor clasificado para evitar la prórroga. No era más que la segunda temporada consecutiva del Zaragoza en Segunda tras el descenso de 2013, pero aún permanece en la categoría de plata.

«Borja jugó aquellos minutos ya fuera de forma, y estoy convencido de que, al nivel del resto de la temporada, habría marcado y hubiese sido diferencial», lamenta Jaime Romero, que aun así guarda «buen recuerdo de un año muy bueno en lo colectivo y en lo individual pese al final agridulce».

Tuvieron dos entrenadores aquella campaña: Víctor Muñoz y Ranko Popovic. El último fichaje del Granada marcó sus nueve primeros goles en los 14 partidos en los que le dirigió el español, destituido en noviembre, divididos en dos rachas: tres consecutivos en septiembre y otros seis, con dos dobletes, de la octava a la undécima jornada. Ya con el serbio fue haciendo bingos más salteados, con cuatro dobletes más.

«Todo el mundo que siga un poco el fútbol español conoce a Borja y sabe que tiene mucho gol y que además se asocia muy bien y está siempre donde debe; le vendrá muy bien al Granada, porque en Segunda hace mucha falta tener delanteros que no fallen en el área», apunta Jaime Romero, que añade que el conjunto rojiblanco «tiene un equipazo, con muy buenos jugadores y otro muy buen entrenador (por Fran Escribá), y lo normal es que pelee por ascender».

Firmado en su día tras la vuelta del club a Primera 35 años después en 2011, Jaime Romero lamenta que una lesión muscular grave en los isquiotibiales le mermara durante su segunda temporada sobre todo. «Sentía que podía recaer en cualquier momento al no terminar de recuperarme bien», rememora. Retirado del fútbol en 2024 tras una experiencia con el también exrojiblanco Paco Jémez en el Tractor iraní, muy castigado sobre todo en las rodillas. «Ahora estoy disfrutando de estar en casa y con la familia tras muchos años fuera», agradece el albaceteño, camino de los 35 años.

Jaime Romero no descarta reencontrarse con Borja Bastón en Granada, al igual que con otros buenos amigos que dejó durante su etapa en el club rojiblanco como Diego Mainz. «Vuelvo de vez en cuando; es uno de los sitios a los que más cariño guardo en mi carrera, y me encanta la ciudad», asegura. Confía en que los goles de su compañero en el Zaragoza permitan a su exequipo volver a Primera división, algo que también desea para los maños una década más tarde ya.