La exigencia es máxima

El Málaga fue concebido para pelear por el ascenso directo. La presión es máxima solo por el hecho de disponer del tope salarial más alto en la categoría, lo que no siempre es sinónimo de éxito. Desde el principio de temporada se ha movido por la zona alta, aunque ha pasado por diversos momentos de irregularidad que le han impedido estar más arriba. Todo lo que no sea estar entre los dos primeros clasificados se considera como algo negativo y no cumplir con las expectativas.

La plantilla que se configuró el pasado verano estaba destinada a pelear por lo máximo, pese a que se marcharon jugadores interesantes tras el descenso. José Luis Pérez Caminero fue contratado para asumir el cargo de director deportivo. Eligió a Juan Ramón López Muñiz para hacerse cargo del banquillo. El técnico asturiano ya estuvo al frente del equipo en el anterior ascenso del equipo malaguista y también llevó al Levante hace dos años a Primera.

El estilo de Muñiz ha levantado críticas. Después del Granada es el segundo equipo que menos goles recibe, pero la imagen que transmite en los partidos no ha convencido a la afición. Ha obtenido victorias con mucho sufrimiento. A falta de diez jornadas el objetivo lo tiene a tiro, a pesar de todos los inconvenientes que le han acompañado hasta el momento. El hecho de que exista mucha igualdad entre los de arriba le ha ayudado también a estar metido en la pelea por una de las plazas de ascenso directo.

Es más temible fuera de casa. Solo ha perdido cuatro partidos de los dieciséis que ha disputado a domicilio. Recibe pocos goles y eso le hace ser difícil de batir para sus rivales. Tiene un problema parecido al del Granada. Se refiere a que sus delanteros no están dando la talla. Eso hace que los jugadores de segunda línea y hasta los centrocampistas hayan tenido que asumir esa responsabilidad en ataque para paliar en parte esas dificultades que le afectan para ver puerta.

El mercado de invierno lo aprovechó para efectuar una serie de retoques en la plantilla con el propósito de conseguir una mayor solidez. Se incorporaron Seleznyov, Erik Morán, Brezancic, Iván Alejo y Axel Werner. La puerta de salida se abrió para Juanpi Añor, Héctor Hernández y Andrés Prieto. Esos refuerzos no han conseguido tampoco corregir los problemas en ataque. El Málaga no convence con su juego, pero pese a todos esos defectos sigue en disposición de alcanzar su objetivo en el tramo decisivo de la temporada.

El entrenador asturiano fue contratado para buscar el ascenso de categoría. Ya lo llevó a Primera en la etapa anterior. También dio el salto con el Levante hace dos años. Con un estilo de juego práctico pero poco vistoso, va a tratar de cumplir el objetivo en las diez jornadas que restan. Dispone de una gran plantilla.

Juan Ramón López Muñiz optó por cambiar el sistema hace varias semanas. Dejó el 4-4-2 y ahora ha decidido alternar con el 4-1-4-1 de salida. Ha optado por apuntalar el centro del campo y prescindir de un punta, con el objetivo de alcanzar mayor solidez en el terreno de juego.

El fornido delantero argentino comparte el primer puesto como máximo goleador del Málaga junto a Adrián González. Siete tantos llevan cada uno. Blanco Leschuk es la referencia en ataque del equipo de Muñiz. Marcó en la pasada jornada y rompió así una racha sin ver puerta desde finales de octubre.