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Rafael Lamelas
GRANADA
Martes, 25 de junio 2019, 02:24
Más allá de la renovación de Víctor Díaz y el pago de la opción de compra obligatoria por Fede Vico, el Granada 2019- ... 2020 arroja pocas novedades de momento. El club afronta el regreso a Primera división ocho años después del último ascenso en unas circunstancias diferentes y con una planificación antagónica.
La versión de 2011 pisaba la máxima categoría tras 35 años fuera de la élite, en su segundo cambio de nivel consecutivo. Era un equipo agarrado al cordón umbilical del Udinese de Gino Pozzo, que acabó convertido en el máximo accionista de los rojiblancos. Proporcionó desde el principio de su era, aún en Segunda B, a muchos futbolistas en calidad de cedidos por parte de la escuadra italiana en una época en la que no había límite de jugadores prestados por parte de un solo equipo ni tope salarial en LaLiga, que apareció unas temporadas después y está en vigor.
El Granada se enfrascó pronto en el concurso de acreedores para sanear su deuda arrastrada –algo superado hoy en día–, por lo que tuvo que buscar soluciones alternativas para fortalecer su plantilla. Después de aquellos múltiples deportistas no en propiedad vendría la solución de los fondos de inversión externos para adquirir los derechos económicos de futbolistas. Una estrategia polémica que fue prohibida por la FIFA tiempo después y que ahora es objeto de análisis dentro del marco de la operación Líbero por si sirvió para cometer fraude fiscal.
Aquel proyecto nazarí y el actual tienen algunos puntos en común pero muchas divergencias en cuanto a su política de fichajes. El de Pina y Cordero conservó, como pretende ahora la directiva, a gran parte de la base que consiguió el salto. El tronco de 2011 tenía a abundantes futbolistas nacionales y algunos de fuera; más que el reciente, en el que sólo estaban Adrián Ramos (colombiano), Nico Aguirre (argentino) y Rui Silva (portugués).
Entre los foráneos que continuaron del ejercicio antiguo estaban figuras carismáticas como Nyom, Siqueira, Ighalo y Geijo (hispanosuizo). Orellana, Muriel y Mensah se marcharon. El número de extranjeros se disparó desde el comienzo del ciclo en Primera.
La escuadra hizo aquel verano trece incorporaciones. De ellas, nueve correspondieron a jugadores no nacidos en España. Los cuatro del país fueron el lateral Cortés, los centrocampistas Fran Rico –aún en la entidad– y Moisés Hurtado; y el extremo Jaime Romero. De fuera aterrizaron Pape Diakhaté (Senegal), Hassan Yebda (Argelia), Ike Uche (Nigeria), Noe Pamarot, Yohan Mollo (Francia ambos), Carlos Martins y Jorge Ribeiro (Portugal ambos), Julio César (Brasil) y Franco Jara (Argentina).
Los problemas para seducir a algunos futbolistas de fichar por el Granada marcaron aquel periodo estival. Un recién ascendido, sin estar con los mejores desde hacía casi cuatro décadas, no despertaba confianza. Así, en la primera tacada, la cúpula de mando convenció a cinco jugadores: Cortés y Pamarot, que llegaron del descendido Hércules con la carta del libertad; Jaime Romero, cedido por el Udinese bajo la fórmula empleada con otros integrantes previos como Benítez, Siqueira, Ighalo o Geijo–; Fran Rico, traspasado por el Real Madrid por un millón de euros; y Mollo, por el que el club pagó otro millón al Mónaco. El galo tuvo una historia extraña. Jugó poco y volvió a Francia, para enrolarse como cedido en el Nancy. Al final de campaña fue traspasado por dos millones.
Tras esos cinco golpes, todo se atascó. Pina tuvo que mover contactos más allá de la ayuda italiana habitual y consiguió un pacto con el Benfica para atraer a cinco de sus descartes: el portero Julio César, el lateral Ribeiro, el volante Yebda, el extremo Jara y el mediapunta Martins. Sólo este último triunfó sin paliativos.
Como ha pasado tantas veces en las casa rojiblanca, la cúpula de mando se vio forzada a apurar hasta los últimos días del 'bazar' estival para cerrar su plantel. El 26 de agosto se oficializó la llegada del central Diakhaté por 4,5 millones y el 31, último día con la ventana abierta, se plasmaron los contratos del pivote Moisés Hurtado (libre desde el Olympiacos) e Ike Uche. El punta africano, que estaba en el Zaragoza, firmó primero por el Villarreal, que luego lo prestó al Granada. Fue llamativo que no se le impuso 'cláusula del miedo', por lo que pudo jugar ante los amarillos en Liga y les marcó un gol, el de la victoria.
Aparte de los de Udinese, aquellos rojiblancos tenían cuatro cedidos, todos sin opción de compra: el mencionado Uche, Jara, Martins y Julio César. Gastaron 6,5 'kilos' en adquisiciones. Tenían tres internacionales: Diakhaté, Yebda y Uche.
Ahora, el Granada quiere asegurarse la posibilidad de adquisición de jugadores que le presten. Pronto empezará a verse si el planteamiento será así o se aboca a otra deriva. Fabri, el héroe de los ascensos como técnico, cayó en mitad del curso y el equipo, ya con Abel Resino, se salvó al final y de rebote, gracias al triunfo del Atlético en Villarreal.
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