
Lunes, 10 de mayo 2021, 01:21
Parecía conseguido. Aún ahora, el objetivo del Betis está en sus manos. Pero Pellegrini está comprobando que, tras pasar por los banquillos de Real Madrid o Manchester City, ser el guía espiritual de los verdiblancos es igualmente de complejo por lo exigente. El equipo de Heliópolis tenía muy encarrilado el billete de su obligación, que no era otra que jugar en Europa el próximo curso. Pero llegó el final de campaña y con él, las dudas.
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Los béticos han sumado seis empates consecutivos, y Real Sociedad y Villarreal le pasaron en la tabla, dejando de momento a los sevillanos el consuelo de la Conference League. Y pudo ser peor. El Granada, su rival esta noche, pudo seguir la trazada marcada por los 'txuri urdin' y 'groguets' de vencer al Cádiz. Sin embargo, Pellegrini ha cambiado el ánimo de club y afición, e incluso parece que la suerte. No existe demasiado ruido en torno a su figura –por el momento– y todos apuestan a que la campaña del Betis en 2022 será europea.
Lo primero que hizo el técnico chileno fue poner de relieve la gran plantilla con la que contaba. La puso a competir con pocos retoques, manteniendo a Canales como arquitecto de este conjunto y a Guido Rodríguez como el ancla, el pilar maestro sin el que el esquema verdiblanco se viene normalmente abajo.
No hubo cambios en invierno, encontramos el mismo conjunto pero con dinámicas personales cambiadas. En portería, Joel ha tenido que actuar más de lo que el propio Pellegrini y Antonio Cordón hubiesen querido. El fichaje del veterano Bravo contaba con un alto riesgo de lesión y el chileno no ha sorprendido en este aspecto, dejando la portería bética en manos del siempre discutido Joel.
En la zaga, parecía que se consolidaría con Pellegrini el joven Álex Moreno, que el pasado curso mantuvo un duro pulso con Pedraza. Todo parecía ir de cara para Moreno, pero tras sus buenas actuaciones en Copa, el que se asentó fue Miranda. El canterano culé es un lateral con buen pie, como ya demostró en el Schalke alemán. Incisivo, pero atento siempre a su espalda.
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Emerson se mantiene en el diestro, quizá en su última temporada en el Villamarín, mientras que el seísmo en el centro de la defensa ha ido por capítulos. Confiaban en Bartra, que se lesionó perdiéndose gran parte de la temporada. Sidnei no ha terminado de ser el del Dépor, aunque ha estado al quite Víctor Ruiz. El fijo, el indispensable, es Mandi. Con él todo era calma hasta que rechazó por enésima vez su renovación y parece con todo acordado para jugar en el Villarreal. Acusado de alta traición, hay quien pide que lo vea todo desde la grada.
Con Guido y Canales, Carvalho está agarrando de nuevo su confianza, con Guardado en claro declive y los jóvenes Paul y Rodri aprendiendo. Arriba sí encontramos dos cambios fundamentales. Loren y Tello han ido cayéndose del once tipo, entrando dos hombres acertados. Al fin, Borja Iglesias, y la frescura de Aitor Ruibal, a los que acompaña Fekir, un astro intermitente. El Betis tiene una plantilla a la altura de la exigencia. Y en el espejo, su mayor enemigo.
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