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El brasileño Andreas Pereira marcó el primer gol y se lo dedicó al Chapecoense. F. R.
Un gran momento en un curso horrible

Un gran momento en un curso horrible

Historia ·

El Granada logró contra el Sevilla su primer triunfo en el curso 16/17, el del último descenso a Segunda. Lucas Alcaraz era el técnico y cree que la tendencia actual sí se puede revertir

Rafael Lamelas

GRANADA

Viernes, 1 de octubre 2021, 00:01

Evocar la temporada 2016/17 del Granada suele traer recuerdos horribles. Fue el curso que terminó con el descenso a Segunda división. La era de la propiedad china en el club había empezado esa misma campaña y no pudo arrancar peor. Sin embargo, también hubo algún gran momento. Instantes de alegría que hicieron pensar en que el equipo podría evitar el hundimiento. Fue, precisamente, gracias a un triunfo contra el Sevilla, el rival que visitará este domingo Los Cármenes. Las jornadas difieren porque entonces fue la decimocuarta y ahora es la octava. En aquel año, se convirtió en la primera victoria del ejercicio en Liga. En la actualidad, con el casillero vacío, repetirlo sería una palanca fundamental para recobrar ilusión.

Lucas Alcaraz ejercía de entrenador. Era el tercer técnico de la temporada tras Paco Jémez –destituido tras la sexta jornada– y Lluís Planagumá, preparador del filial que llevó la transición en la cita frente al Leganés hasta que se cerró el fichaje del míster granadino. Lo curioso es que Alcaraz no se sentó en el banquillo contra los hispalenses porque cumplía sanción por una expulsión previa ante el Valencia en Mestalla. Su ayudante, Chus Cañadas, interpretó sus instrucciones.

El Sevilla, al que dirigía el argentino Jorge Sampaoli –uno de los rondados para iniciar el proyecto rojiblanco ese verano–, estaba tercero en la clasificación, con los mismos puntos que el Barça. «Tenía un equipazo», aporta Alcaraz. Aquel Granada no venía del completo secano pues se había impuesto en dieciseisavos de Copa a Osasuna en Los Cármenes por 1-0 –luego fue eliminado en la vuelta con un 2-0–. Había pescado algunos empates en las fechas anteriores, pero todavía no había sumado tres puntos de una tacada.

«El ambiente estaba muy convulso. Cuando llegué, sentí que la afición se tranquilizaba un poco por interpretar que había una persona con sentimiento de pertenencia. Quedaba la sensación de que había mucha gente de fuera y que la mayoría de futbolistas eran extranjeros. Conseguimos estabilizar un equipo que se desplomaba. No se ganó todo lo que habría sido necesario, pero sí evitamos que cayera a plomo», sostiene Alcaraz. Los rojiblancos actuaron con un 4-3-3, sistema muy habitual para Robert Moreno. Ochoa fue el portero, con Foulquier, Lombán, Saunier y Gabriel Silva atrás; Samper como pivote, escoltado por Uche y Andreas Pereira; Boga y Carcela abiertos y Kravets de delantero centro. Márquez, Cuenca y Ponce ingresaron después. Para Alcaraz, los paralelismos acaban ahí. «La situación actual no tiene nada que ver con aquella. El 'punto cero' del proyecto era bastante errático. Le intentamos dar cordura porque la base anterior se había perdido y contábamos con muchos jugadores jóvenes, con grandes contratos y, además, cedidos. Chavales que no sabían ni dónde habían ido», describe. «Ahora es distinto; hay una estructura que viene de tiempo atrás y del éxito. Un vestuario estructurado y un club, a pesar de los cambios emprendidos, mucho más reconocible», aporta.

David Lombán materializó el segundo tanto en aquel encuentro ilusionante. F. R.

Pereira, en préstamo por parte del Manchester United, marcó el primer tanto en ese encuentro disputado en diciembre. Uche abrió para Boga y el francés quebró a Rami y transportó la pelota para que marcara el brasileño Andreas. Acababa de ocurrir la tragedia aérea del Chapecoense y se levantó la camiseta para lucir una dedicatoria de apoyo. Lombán, en la segunda mitad, cabeceó el segundo tanto. «Además, nos escamotearon un penalti clarísimo a Cuenca después», rememora Alcaraz, que sí tuvo que sufrir cómo el Sevilla maquillaba el resultado con una pena máxima que chutó Ben Yedder.

«Fue ese partido en el que todo sale redondo. Al siguiente empatamos en Málaga. En la segunda vuelta tuvimos aquella secuencia en la que alternamos con triunfos ante Las Palmas, Betis y Alavés, pero sin duda la victoria con el Sevilla fue la de mayor prestigio», asume.

Fe en el equipo

Alcaraz, que colabora con Canal Sur Radio mientras espera alguna oferta deportiva, seguirá con atención la cita del domingo:«Creo que si nos ponemos por delante, el equipo sabrá sacar experiencia de todo lo anterior. En Vigo faltó impulso para generar más ocasiones cuando la situación estaba controlada. Estoy convencido de que el grupo tiene ganas de ganar, de quitarse esa mala sensación. Si hay un poco de suerte, se puede dar el triunfo», vaticina.

De lo que sí está seguro es de que la vuelta completa de la afición al estadio favorecerá: «La gente tiene ganas de animar. Que haya críticas aisladas es otra cosa, pero no me pararía a pensar en ello. La afición suele apretar con el Sevilla. Con la vuelta del 100%, estoy convencido de que la gente se concienciará de que hace falta apoyar a muerte. Cero dudas», concreta. «No hay una causa-efecto en esta trayectoria. Toca creer en el equipo. Me parece, desde fuera, que la plantilla confía en Robert Moreno. Es aún pronto, esto es Primera y sabemos lo que hay que luchar. La fe se tiene que transmitir. Es clave para revertir la situación», finaliza.

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