El Granada comunica a Quini que valore otras opciones

Quini, muy arraigado a la ciudad, está lógicamente apesadumbrado por ello. Durante la campaña mantuvo esperanzas de renovación a pesar de que su contrato no incluía cláusulas para ello. Su protagonismo en distintas etapas del ejercicio, tanto de lateral derecho en sustitución de Ricard Sánchez como inicialmente en el lateral izquierdo durante la convalecencia de Carlos Neva, inclinaban a pensar en la extensión de un vínculo que se inició en la temporada 2017-18, en el anterior ciclo en Segunda división, procedente del Rayo Vallecano.

Quini llegó aquel proyecto que todavía digería el descenso desde Primera junto con otros muchos compañeros. Sobreviven de aquella fase Víctor Díaz y Antonio Puertas. En su primer año no intervino demasiado, pero sí en el segundo, ya con Diego Martínez a los mandos, cuando se adaptó al perfil zurdo tras la lesión de Álex Martínez. Después del ascenso, al arrancar el campeonato en la máxima categoría, sufrió una lesión de rodilla en un partido en Vigo contra el Celta. Tardó meses en recuperarse y tuvo nuevas complicaciones al volver. En su cuarta temporada, la de la experiencia europea del equipo, fue uno de los descartes de la lista en la Europa League, pero Diego Martínez le empleó en muchos partidos de Liga y Copa. Cuando se marchó el gallego apareció Robert Moreno, que también le acabó dando mucha confianza ante la falta de rendimiento de Santiago Arias. Su situación no varió en demasía con Torrecilla y Karanka.

El verano pasado, con el técnico vasco, se convirtió en un fijo en la izquierda debido a que Neva aún estaba en su proceso de recuperación. El regreso del gaditano le sacó del foco, pero al final también ha tenido muchos minutos como alternativa. Su marca como rojiblanco queda en 143 partidos. Es uno de los líderes del vestuario, un jugador carismático y querido, que dejará un vacío en la entidad y que siempre será admirado por la afición debido a su máxima entrega.