El Granada equilibró su balanza económica en el mercado de fichajes mientras se reforzaba sin permitir que escaparan futbolistas que contaban con tentaciones. Es la conclusión positiva en las cuentas de un equipo al que le está costando despegar en lo deportivo. A pesar del ... descenso, con una merma de los ingresos televisivos de en torno a 30 millones, el club amortiguó la caída presupuestaria gracias a la ayuda al descenso (algo más de nueve 'kilos'), pero sobre todo con la contención de gasto en las contrataciones y ciertas ventas que permitieron sufragar algunas inversiones previas.
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A diferencia de la anterior caída a Segunda división, los rojiblancos no han aterrizado en la categoría por sorpresa, como ocurrió en aquella fatídica última jornada con el Espanyol en la que Jorge Molina marró un penalti que presumiblemente habría salvado a los nazaríes. El reciente se vio venir desde meses atrás, pero se consumó sin arrastres desmesurados, a diferencia de cuando se tuvo a futbolistas por los que se apostó fuerte hace ya unos pocos años, como Luis Suárez, Luis Milla o Luís Maximiano. Todos se marcharon, aunque tras arduas negociaciones, bien exprimidas.
El contexto difirió en el desastre más cercano porque el Granada de la campaña pasada era un recién ascendido con otra masa salarial, que sí gastó en jugadores como Lucas Boyé (6 millones por el 70%) y Gonzalo Villar (1,5 millones) en verano o Martin Hongla (2,7 millones), Józwiak (200.000 euros) y Corbeanu (750.000 euros por el 75%) en invierno, pero que compensó de sobra con las salidas de Samu Omorodion (seis millones) y Bryan Zaragoza, entre su traspaso (doce millones más variables) y la cesión precipitada en enero (seis millones). La del delantero sevillano, en su momento indeseada. La del extremo malagueño, aceptada en el traspaso pero 'forzada' en el préstamo por la necesidad de un Bayern de Múnich que luego no le utilizó. Samu se fue hace poco al Oporto desde el Atlético, 15 millones por el 50% de su pase. Bryan fue cedido a Osasuna.
En lo que respecta al ejercicio 24/25, todo empezó con ingresos para las arcas porque el Valladolid pagó las opciones de compra de Víctor Meseguer y André Ferreira; y la Vojvodina, la de Petrovic. Unos 3,5 millones por el 'pack' que acabó en tierras pucelanas y 800.000 euros por el serbio. Se desvinculó Bruno Méndez a coste cero, Augusto Batalla rechazó continuar en Segunda aunque fuera repitiendo préstamo desde River Plate y Gerard Gumbau activó la opción de salir cedido a un Primera, el Rayo (donde se ha reencontrado con el portero). El Granada se quedó sin algunos activos, pero también liberaba sueldos. Introdujo otra inyección en sus contabilidad con la venta de Matías Arezo. 3,5 millones de euros por desprenderse del 50% del pase que era rojiblanco. En total, 7,8 millones con las salidas.
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También salieron otros cuatro futbolistas, pero tras negociar la extinción de sus contratos: Alberto Soro. Alpha Diounkou, José Callejón y Famara Diédhiou. Al primero lo trajo Fran Sánchez, al segundo Pep Boada y al tercero y al cuarto Nico Rodríguez, que apostó fuerte por ambos, con salarios acordes.
Los movimientos en cuanto a altas de la dirección deportiva arrancaron con Pablo Insua, que llegó libre desde el Sporting, y siguieron con Luca Zidane, por el que el Granada pagó su cláusula de rescisión, 500.000 euros. Una inversión que solo superó la contratación del zaguero Loïc Williams, que aterrizó procedente del Tenerife por 600.000 euros. Manu Trigueros también llegó como traspasado, aunque en teoría no supuso compensación del Granada al Villarreal. No se ha desvelado, aunque se intuye que sería una cantidad baja, lo abonado por el central Manu Lama, del Fuenlabrada. Los demás, todos cesiones sin opciones de compra: Reinier (último en llegar), Siren Diao, Giorgi Tsitaishvili y Rubén Sánchez. Todo se completó con dos exrecreativistas que subieron al primer equipo de manera definitiva, Pablo Sáenz y Miguel Ángel Brau.
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Sergio Ruiz, Gonzalo Villar, Myrto Uzuni y Lucas Boyé aparecieron en las 'quinielas' como posibles 'fugas' por el interés en ellos de varios equipos. Hubo ofertas concretas de Las Palmas por el cántabro y del Rayo Vallecano por el argentino. El Valencia, pese a que se relacionó con el murciano, nunca presentó propuesta alguna por él. El nombre del albanés ha rondado por el fútbol griego y turco, pero sin que tampoco se pongan sobre la mesa cantidades a estudiar con detenimiento por el club. Una posición de fuerza que tendrá justificación si todos ellos alcanzan su mejor rendimiento.
El último día, con la llegada de Reinier, también fue el de la desvinculación de Melendo. A efectos prácticos, una nómina menos de alguien que no quería estar que el Granada no ha consumido en otra operación. No está previsto que acuda al mercado libre, así que el margen que quede estará listo para enero. Queda por ver en qué condiciones llega a la nueva ventana. Los números cuadran en el 'excel', pero no en la tabla clasificatoria.
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