Diego Martínez, en su despacho durante aquel verano de 2018, con el listado de su plantilla. ALFREDO AGUILAR
Planificación

El Granada se 'inspira' en la pretemporada de 2018

El verano de la llegada de Diego Martínez, el equipo no era favorito al ascenso y lo logró con una plantilla corta y acierto en los fichajes

Sábado, 3 de julio 2021, 01:13

Hay aspectos de lo que sucede alrededor del actual Granada que recuerdan a los convulsos acontecimientos de 2016, año de la venta del club y el arranque de la era china, pero los actuales dirigentes prefieren 'inspirarse' en lo acontecido en torno al verano de ... 2018. Aquel año, el equipo venía de asimilar una temporada desconcertante en Segunda división. Había partido como favorito para el regreso a la máxima categoría, pero acabó décimo, a cuatro puntos del 'play off' de ascenso, tras el paso de tres entrenadores por el banquillo. Tras ello, se preveía una campaña de austeridad y se intuían objetivos menores, distintos a la obligación de subir. La modestia estuvo presente en lo económico, pero los rojiblancos se supieron reconstruir de la mano de un técnico que ilusionó y una plantilla corta pero cohesionada, en la que hubo un gran acierto en los fichajes. Un referente para la versión actual, aunque el punto de inicio sea distinto.

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Este es mucho mejor. Los nazaríes ahora no vienen de un fracaso, como entonces, sino de disfrutar de un periodo de gracia con la participación europea hasta cuartos de final y un cierre tranquilo de la Liga, con el noveno puesto. Un parte de la base del EuroGranada sigue. Sobre ella se tendrá que edificar el presente.

El Granada de 2018 definió varias líneas maestras. Su reconversión ya había comenzado después del descenso, un año antes, con la españolización de la plantilla. Esa columna vertebral nacional, formada por gente como Víctor Díaz o Montoro, continuó y se le dio importancia capital. Futbolistas como Germán y Puertas, que pertenecían al plantel pero que no habían sido titulares habituales sobre todo en el tramo del técnico José Luis Oltra, pasaron a tener protagonismo. Además, desde el club, se definió la búsqueda de un técnico joven y con hambre. Se negoció con Francisco Rodríguez, pero acabó llegando Diego Martínez.

'Amortizar' lo que hay

Al gallego se le animó a apostar bajo palos por un poco conocido Rui Silva, que había costado 1,5 millones, en el último mercado invernal en Primera. El veterano Javi Varas terminó saliendo. De alguna manera, Robert Moreno ha de intentar ahora 'amortizar' las últimas adquisiciones, como la de Luis Milla, Alberto Soro y Luis Suárez. Lo llevó a cabo Diego Martínez con el cancerbero portugués, aunque luego no se sacara jugo a su evolución con una venta. El Villarreal llegó a poner 8 millones –aunque correspondía un 20% al Nacional de Madeira–. Finalmente, se ató al Betis como agente libre.

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Con el sexto mejor tope salarial de Segunda en aquel 2018, lo cual en teoría daba para el 'play off', el Granada seguía lastrado por los salarios de ciertos futbolistas. Procedió a quitarse cargas, a apostar canteranos y a incorporar a jugadores de la confianza del nuevo preparador. Le costó inscribir a los nuevos, consiguió subir su tope salarial.

La directiva se deshizo, por la vía del traspaso o el acuerdo, de Saunier, Joselu, Varas o Menosse. También de retornados como Carcela, Krhin, Rubén Pérez o Luis Martins. No renovó a Espinosa, Chico Flores y Pedro Sánchez, ni tampoco los préstamos de Kunde, Hjulsager, Agra o Rey Manaj. Cedió a Raúl Baena y Sergio Peña. Fue toda una revolución que salió bien bajo aquel lema humilde pero a la vez ambicioso: 'pasito a pasito'.

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Hoy en día, solo ha salido Roberto Soldado entre los que tenían vinculación, en contra del criterio de la cúpula de mando. Rui acabó su estancia y no volverá ninguno de los jugadores que estuvieron en préstamo, como Yangel Herrera, Kenedy, Vallejo, Nehuén o Domingos Quina.

El Granada sí asumió en aquella época el regreso de Fran Rico, lesionado, con un buen sueldo. Ahora recoge a Antoñín y Ramón Azeez entre sus cesiones, aunque ya le ha dicho al segundo que no entra en los planes. Su situación ha de solventarse pronto.

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Entre los jóvenes, por entonces promocionó desde el Recreativo Granada al portero Aarón Escandell, los defensas Pablo Vázquez y Adri Castellano, el centrocampista José Antonio González o el delantero Juancho. El destacamento es amplio en la actualidad también, aunque de momento solo tendrían ficha del primer equipo el meta Joao Costa, los pivotes Isma Ruiz y Álvaro Bravo, y el mediapunta Antonio Aranda, siempre que selle su continuidad. En la rueda, también se agregan los defensas Pepe, Torrente y Barcia, el atacante Dani Plomer y el arquero Ángel. Moreno los chequeará en las primeras semanas de preparación.

De refuerzos, en 2018 se convenció de llegar como cedidos a José Antonio Martínez, Fede San Emeterio y Alejandro Pozo, todos con pasado sevillista como Diego Martínez, a los que se sumaron Fede Vico, Vadillo o Rodri Ríos, también andaluces, como gran parte del plantel. Se entiende que Robert Moreno esté tirando de llamadas a algunos conocidos. Agradar por el proyecto más que por el dinero.

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El 'chamán' diseñó una plantilla corta, de poco más de 20 jugadores, 21 con Fran Rico, aunque luego hubiera algún refuerzo invernal como Azeez, Bernardo u Ojeda, y la marcha de Pablo Vázquez. Hoy por hoy, Moreno augura un plantel ajustado en el que habrá que tener un grado máximo de acierto en los fichajes. Futbolistas del mercado libre o que se puedan desligar de sus equipos con cierta facilidad, más préstamos de clubes en teoría con otras aspiraciones.

Puede ser desilusionante para el aficionado deseoso de purpurina, pero es la cruda realidad. El Granada de 2018 salió a navegar con aparentes carencias y unos meses después, estaba en la élite. La historia ahora está por escribir. Requiere la misma pericia.

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