Edición

Borrar
Un Granada muy juancarlista
Fútbol

Un Granada muy juancarlista

El club rojiblanco nombró en 1970 socio de honor al hoy Rey emérito de España

Sergio Yepes

GRANADA

Sábado, 17 de febrero 2018, 02:51

Que con la denominación inicial de Recreativo el Granada CF fuese constituido un 6 de abril de 1931, en los albores de aquel día 14 en el que fue instaurada en España la Segunda República, puede resultar una paradoja a la vista de la ‘pleitesía’ que llegó a rendir en otros momentos de su octogenaria trayectoria a la forma de gobierno antagónica. Y es que este club que en sus orígenes fue muy vinculado a la izquierda después también de que fuese el alcalde republicano José Martín Barrales quien diese autorización para la cesión de los terrenos con los que construyó el campo de Las Tablas –su primer terreno de juego– llegó a realizar también en la madurez de su existencia algún guiño a la monarquía. O, mejor dicho, a algunos de sus más insignes representantes.

Y todo, por vía de materializar una gestión que hoy puede resultar llamativa, pero que en su momento pasó un tanto desapercibida. El 7 de julio de 1970, cuando se disponía a cumplir la tercera temporada de su cuarto ciclo en la Primera división, se conoció que el equipo rojiblanco había proclamado socio de honor a Juan Carlos de Borbón y Borbón, quien por entonces ya se trataba del sucesor del dictador Francisco Franco. Y así, la directiva que presidía Cándido Gómez no sólo logró «darle categoría a la entidad» y «valor a todo lo que hacíamos», sino que también estableció un vínculo con la realeza que encima hoy día se mantiene intacto. Y es que «al no haberse revocado la medida», el ahora Rey emérito de la nación «podría seguir disfrutando de los simbólicos privilegios que le otorgó el título», explica el historiador Antonio Lasso.

Según se contó entonces en prensa, todo surgió con motivo de la estancia en la ciudad del distinguido y su ya entonces esposa Sofía de Grecia los días 5 y 6 de julio de aquel 1970. Concretamente, «tras la presentación a sus altezas de una representación del fútbol granadino. Componían la embajada el presidente, el vicepresidente Dionisio Guillamón y el vicesecretario Luis Masats. Y tras los saludos de rigor, su alteza el Príncipe de España se dirigió al señor Gómez Álvarez y le dijo: ‘no vayan a descender este año’». A tenor siempre de lo asegurado, aquello fue una «anécdota» que sirvió para relajar «el acto» en el que el nieto de Alfonso XIII «aceptó complacido» un nombramiento que se consideraba que le era propio en arreglo a los estatutos del propio club por tratarse de una persona «con significación especial», que había «demostrado su interés por la sociedad con gestos extraordinarios».

La proclamación fue realizada por el expresidente Candi «para darle categoría al club» y «sigue en vigor» al no haber sido revocada

No obstante, es el propio ‘Candi’ quien cuarenta y siete años más tarde ofrece una versión totalmente diferente de lo acontecido, mucho menos edulcorada y más en consonancia a sus deseos de «buscar alguna cosa atractiva» con la que repuntar aquellos «momentos en los que el club necesitaba apoyos». De hecho, el exdirigente indica que el contacto presencial «no se produjo» y que todo se pudo materializar por «las puertas que se abren cuando uno está en el cargo». En definitiva, «porque siempre hay gente dispuesta a echarte una mano» para cumplir con algo que cree que era «merecido».

«Aunque por aquellos entonces Juan Carlos de Borbón era muy joven –tenía 32 años– consideramos que era la persona idónea para nombrarle socio de honor por la dinastía a la que pertenecía. Y también, porque era muy querido por la gente. Además, no era lo mismo distinguir a una persona de esa categoría que hacerlo a otra que no tuviera una aceptación tan enorme», sigue argumentando el de Pontevedra, quien también recuerda que «aquel intento por engrandecer la historia del Granada CF lo desarrollamos con cierto agrado, dedicación y cariño». Y sobre todo, «con satisfacción», pues «no surgió ningún problema». Y «¿qué mejor que uno quiera hacer algo así y conseguir que le escuchen?», se pregunta ahora quien de aquellas tiene una espina clavada.

«Bajo mi mandato no tuve la suerte de haberlo conocido. No le mandamos invitación para que viera en directo ningún partido porque no procedía. Y tampoco tuvimos la suerte de llegar a una final de Copa para haber podido coincidir con él en un palco. Eso es algo que me hubiera gustado, porque tenía unas ideas muy parecidas a la suyas», desgrana quien al menos se quedó con el consuelo de que la medida tuviera una cálida acogida entre los socios que la conocieron. «Bien, bien, aquello fue recibido de buena manera. La compensación que siempre tuve de los aficionados fue el reconocimiento. Y no hay dinero que pague eso», concluye.

El sello

Sea como fuere, no hay duda de que «tuvo el sello de Candi» aquel nombramiento previo a la confección de una plantilla que volvía a entrenar José Iglesias ‘Joseíto’. Y que cumplió con el deseo del a posteriori Rey de España ocupando la décima posición en el curso 1970/71 tras verse reforzada con jugadores como De la Cruz y Lasa (Valladolid) o Jaén (Córdoba). Así mismo lo mantiene el historiador José Luis Ramos Torres, quien pone la pega a tan destacado acontecimiento al recordar que «en función a los estatutos los socios de honor tenían que ser nombrados por la junta general, esto es, por la asamblea de socios. Y en este caso no fue así. Aquello fue una decisión personal del presidente», quien así también pudo haber dado la razón a quienes lo situaban ideológicamente en las proximidades del dictador.

Además, a esta consideración se une la del también historiador Antonio Lasso, quien indica que «al no haberse derogado el nombramiento Juan Carlos de Borbón sigue siendo socio honorífico del Granada CF», una categoría más distinguida de quienes lo eran de número porque al igual que los protectores pagaban de cuota lo que quisieran. Eso sí, no existe constancia de que el romano soltara una sola peseta. Y la cuenta con Juan Carlos de Borbón sigue también pendiente porque ‘Candi’ comenta que «no me gustaría morirme sin darle un abrazo».

El gusto por «recordar» de quien se siente «olvidado»

Pese a que la imagen pública de Juan Carlos de Borbón no se encuentra ahora en su mejor momento, Candi se alegra de «recordar» el capítulo que lo vinculó al Granada CF. Y todo, porque «en aquellos entonces gozaba de mucha credibilidad» quien ya era padre de sus tres hijos: las ahora infantas Elena –tenía siete años– y Cristina –cinco– y el actual Rey de España, Felipe VI –dos–. Ahora bien, el repasar este capítulo permite reivindicar al gallego que «estuve prestando servicios al club, entre jugador y presidente, durante casi treinta años de mi vida». Y eso es algo que «no se puede olvidar» y que le lleva a lamentar «el olvido» del que dice que está siendo objeto.

«Por las circunstancias que sean parece que no existo. Que no he hecho nada en el Granada Club de Fútbol. Es un poco triste desde que el club fue comprado por los señores chinos que nadie se haya puesto en contacto conmigo para preguntarme o pedirme mi opinión sobre algunas cosas».

De igual modo, el malestar de Candi alcanza la gestión que previamente realizó en el conjunto rojiblanco Quique Pina, quien bajo su mandato aprobó que los exteriores del campo fueran decorados con las imágenes de insignes figuras del club.

«Si digo la verdad me duele ver lo que hicieron y que también me ignoraron. Aparecen inmortalizados jugadores que lo único que hicieron fue realizar su desempeño a cambio de unas retribuciones», termina de señalar Candi.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Un Granada muy juancarlista