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Rafael Lamelas
GRANADA
Martes, 12 de abril 2022, 00:39
En el repaso a los éxitos del Granada de los últimos años a veces se omite al director deportivo, Manolo Salvador, que fichó a gran parte de la base del equipo posterior al traumático descenso. Cuatro capitanes rojiblancos (Víctor Díaz, Germán, Montoro y Quini) llegaron ... al club en aquel verano de 2017 en el que también aterrizaron otros futbolistas actuales, como Antonio Puertas o Darwin Machís. Los éxitos llegaron tiempo después, tras su cese, y él no lo pudo disfrutarlos. Salvador dejó un legado que le reconoció el mismísimo Diego Martínez cuando el valenciano felicitó al gallego en una visita de los rojiblancos al estadio Ciutat de Valencia, el del Levante, club al que Salvador ha estado vinculado hasta el pasado noviembre, cuando fue despedido.
«Diego me dijo que yo había puesto mi granito de arena en 'su' equipo», desvela Salvador. «Queda eso, pero lo que hizo él fue excepcional. Le llamé para llevarlo al Levante, pero lo rechazó», objeta el que fuera director deportivo del próximo rival del Levante, el 'arquitecto' de su actual plantilla. Es, por tanto, un buen conocedor del potencial de ambos conjuntos.
A Salvador le extraña lo que le ha ocurrido a ambos equipos. «Ni el Granada ni el Levante tendrían que sufrir lo que están pasando», subraya. «El Granada parecía que no lo iba a pasar mal tras aquella racha de partidos sin perder, pero se le ha dado la vuelta a todo. Ambos tienen buenas plantillas, pero de estas dinámicas es complicado salir», esgrime. El gestor ve «muy abierto» el duelo entre ambas escuadras del próximo domingo. «Al Granada le puede llegar a servir el empate, aunque pienso que tiene que ir a ganar sí o sí. Al Levante sí que no le vale con puntuar. Irá a imponerse, pero si el Granada está bien armado y mantiene las líneas juntas, le costará. Lo que pasa es que el Levante siempre crea ocasiones. Tiene a gente de mediocampo en adelante que llega, que hace genialidades, como demostró José Luis Morales con el Barça, pero también deja muy descubierta la defensa. Con tres centrales ha mejorado, aunque fuera de casa suele dar algún bajonazo», repasa.
«El Levante lo pasa mal frente a equipos como Osasuna o Cádiz que son sólidos. Genera llegadas, pero deja espacios peligrosos. El Granada puede tener ocasiones porque cuenta con calidad arriba. Tengo un pronóstico incierto del encuentro. El Levante puede estar presionado y eso le da ventaja al Granada. Si va suelto, como en los últimos partidos, se convierte en peligroso», apunta. Para Salvador, hay plantillas peores que las de rojiblancos y granotas. «Le pueden ganar a cualquiera», resalta, aunque es consciente de sus problemas defensivos.
Desde su posición de director deportivo del Levante, Salvador tuvo una enorme rivalidad con el Granada. «Se nos anticipó en varias operaciones por nuestras dificultades económicas. En Primera, negociamos por Darwin Machís, Luis Milla o Luis Suárez, pero no pudimos pujar más. Ahora, el Levante puede tener algún problema si desciende. Necesita hacer ventas. En su momento, mis predecesores creían que saldrían Campaña, Bardhi o Vezo, pero al final no hubo ofertas como tales», cuenta.
Este verano sí le ganó una mano a los rojiblancos con la incorporación de Soldado, aunque el rendimiento del delantero no ha estado a la altura de la expectativa. «Pagamos los 500.000 euros de su cláusula. Tuvimos mala suerte. A veces, fichas a un jugador veterano de otro equipo y supone un riesgo, por la forma de entrenar o por lo que sea. Soldado ha tenido muchas lesiones y no nos ha dado el fruto que esperábamos. La campaña pasada sí lo dio. Diego Martínez lo supo dosificar bien y le sacó un gran rendimiento», reconoce.
El Granada lo reemplazó con Bacca, que no ha funcionado, «pero es un caso distinto», añade Salvador. «Ya venía de jugar poco. No es un futbolista que compita igual que Soldado, aunque tiene calidad en la definición y busca los espacios, pero Soldado es muy ganador, va al choque... Son conceptos diferentes. Pensábamos que Soldado nos ayudaría, pero no ha sido así. El Levante, en general, ha sufrido muchísimas lesiones. Ha sido uno de los problemas que lo ha tenido abajo», explica.
La destitución de Salvador en el cuadro de Orriols fue controvertida y rompió su relación de amistad con su presidente, Quico Catalán. «A veces, se tiene que salvar uno por los demás, decisiones que no son por el bien del equipo. Prescindir de toda un área deportiva en noviembre y no tener un director deportivo hasta mediados de febrero, sabiendo que había un mercado de enero, no es normal, aunque hubiera pocas posibilidades de traer gente. Pensó en salvar su propia cabeza que en el club; es mi opinión. Es la primera vez que lo digo. No digo que fuera injusto, porque el equipo no iba bien, aunque la plantilla no nos dejaron hacerla a nuestro gusto. No tengo ningún tipo de relación con el presidente ya, no la quiero. Pienso que las cosas se podían haber hecho de otra manera. Soy hombre de fútbol. Entiendo que los resultados mandan, pero hay momentos que, después de 23 años trabajando para la misma empresa, uno se merece salir de otra manera. No quiero una estatua, pero solo una llamada telefónica diferente a los demás... Éramos amigos. Él sabe lo que hemos vivido en su tiempo, con el concurso de acreedores y las deudas, situación que salvamos. Hay otras formas de despedir», se sincera.
La del Granada tampoco fue una peripecia fácil. «Nuestra dificultad fue montar un equipo nuevo», arranca. «Veníamos de muchos extranjeros y cedidos. No había armonía. Intentamos nacionalizar el equipo y que todo fuera a coste cero en traspasos. Al año siguiente dio sus frutos con un gran entrenador, Diego Martínez, y una plantilla buena para Segunda. Con un poco de tranquilidad no sé si habríamos subido el primer año, pero estaban puestas las bases para estar arriba», profundiza.
«Fue dura mi experiencia allí. Le doy vueltas y hay cosas que no habría hecho ahora, pero tuvimos que firmar a muchísimos futbolistas y no fue fácil. Sí que es verdad que la plantilla estaba confeccionada para estar arriba. Dio mucho más rendimiento después. Prácticamente no participé en la toma de decisiones a partir de octubre», expone, justo cuando apareció Antonio Cordón al frente del grupo Hope, que delegó en Granada en Fran Sánchez. «Creo que va a ascender con el Valladolid», regala sobre el dirigente alicantino que trabajó codo con codo con él.
Salvador ya contempló uno de los problemas de tener a un presidente que no vive en la ciudad. «Es complicado cuando no tienes en el día a día al que toma decisiones. Cuando tienes que hacer cualquier operación se tarda mucho. El fútbol ha cambiado y se respetan pocas cosas. Vienen propietarios de fuera, que tienen mucho dinero, pero no son inversiones que se hagan por corazón. Los aficionados no lo entienden. Ha pasado en el Valencia. Es obvio que no hay sentimientos, es todo negocio. Si no están en el día a día y no ven lo que pasa es complicado aunque sean buenos empresarios», argumenta.
Salvador sigue en Valencia a la espera de encontrar acomodo en algún equipo. Se dedica a ver fútbol y mantenerse informado. «Habrá movimientos. Los que no cumplan los objetivos querrán cambiar e intentaré estar ahí, en un proyecto que me ilusione. Llevo varios meses sin trabajar y tengo ganas», concluye.
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