La victoria del Granada tuvo una doble utilidad. Mete presión a los rivales directos, rebasando de momento a Las Palmas y Eibar y distanciándose de Alavés y Levante; y rehabilita a varios jugadores que o tienen el cartel de 'suplentes' o necesitaban minutos para recuperar ... su condición de imprescindibles.
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La atención este domingo se pone en tres campos: El Sardinero, 14 horas, donde juegan Racing y Eibar; Carlos Belmonte, 18.30 horas, donde lo hacen Albacete y Alavés, dos rivales directos; y 21 horas, estadio Gran Canaria, lugar en el que se miden la UD Las Palmas y el Villarreal B. Queda de cola el del lunes, a las 21: Levante - Ibiza. La esperanza rojiblanca parece puesta en tierras cántabras, aunque todo es imprevisible.
Paco López comprobó que puede recurrir a varios futbolistas menos habituales. Lo más claro vino con Bryan Zaragoza, capaz de atacar durante los 90 minutos, con escasas fases de descanso cuando el equipo le buscó menos. Soportó el partido completo Jonathan Silva, extenuado pero mostrando compromiso en la banda. Ricard, que venía de lesión, viajó a Vitoria y se quedó inédito, pero en Los Cármenes se soltó sin problemas. No se acusaron las suplencias de Quini (que luego intervino) y Neva, que estaba algo tocado.
Puertas, que había perdido sitio, anotó un gol terapéutico. También tuvieron carrete Meseguer, Petrovic o Soro, a quien le escamotearon un tanto. Quizás el único que no salió reivindicado es Weissman, que sigue pareciendo un cuerpo extraño dentro de los mecanismos rojiblancos, aunque entrega no le falte.
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