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El Granada se enfrenta al Real Oviedo, que le ganó en el anterior partido de Liga y en Copa, y a una situación que no experimentaba desde comienzos de curso, consecuencia de los resultados arrastrados: afrontar el llamado mal del altura. Una vez alcanzada la ... segunda posición –perdida por la victoria del Levante este sábado–, puede aparecer el vértigo a la hora de asentarse en la plaza. Se mide ante un rival que supo contrarrestar las fortalezas rojiblancas en los duelos anteriores como prueba de estrés, dirigido por un entrenador, Álvaro Cervera, al que históricamente le ha costado doblegar en enfrentamientos con escuadras suyas. Los nazaríes anteponen su fenomenal trayectoria y la mística que despierta en Los Cármenes, donde se aventura el lleno, con recibimiento a las 17 horas para ir entrando en calor.
Conviene no entrar en combustión en el entorno si el equipo se bajara del pedestal que da acceso directo a Primera en esta o en próximas semanas por un tropiezo, a diez encuentros para acabar la liga regular. Aunque se da la coincidencia de que este equipo sigue las huellas del de Diego Martínez, calcando en la misma jornada idéntica recaudación de puntos, 58, conviene recordar que aquel Granada llegó a la tercera plaza en dos fechas, para luego recuperar impulso y encarrilar el asunto con una victoria contra el Albacete en el Belmonte. La de esta temporada en el campo manchego llegó antes, pero reforzó las convicciones del conjunto, agarrado a futbolistas de buen pie que tuvieron el grado de concentración adecuado tras su indulto para pugnar con un contrincante de piel dura.
El Oviedo también es correoso, aunque su situación clasificatoria sugiera que no. Es el clásico conjunto de la categoría que, a pesar de tener varios jugadores con lustre, se sumió en un bache del que le está costando salir, abocado a pelear con los que tratan de escapar de la quema del descenso. Lleva el sello de Cervera, que no tiene reparos en pregonar su ideario colectivo. Un grupo que busca la seriedad atrás y atacar sin preámbulos, que protege una ventaja con la vida y trata de imponerse en cada duelo y en el balón parado.
Ante ello, Paco López puede mantener gran parte de su alineación, pero está forzado a trastocar el ataque. Será la bendición como titular de Famara Diédhiou, quien añade la dificultad de estar de Ramadán, por lo que habrá tenido que madrugar, cambio de hora mediante, para nutrirse e hidratare antes del amanecer de este domingo.
Pero no solo se espera al senegalés porque sin Uzuni ni Weissman será necesaria al menos una variación más en el planteamiento del entrenador del Granada con respecto a su último partido. Ha de salir de la terna formada por Bryan Zaragoza, Puertas o Perea.
Emerge con opciones el extremo malagueño porque el Oviedo parcheará su lateral izquierdo con un diestro. El almeriense, por su parte, favorecería la opción de actuar con dos puntas, manteniendo el 4-4-2. Perea, por su parte, haría que Callejón se adelantara y daría mayor precisión en la estrategia, en su reencuentro con Cervera, su mentor en el Cádiz.
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