A un punto de un nuevo hito para el Granada

Las fuerzas en el vestuario nazarí están diezmadas pero la ilusión sigue por las nubes. Quién iba a pensar hace un año, pese al trepidante arranque de campeonato en el que aquel recién ascendido llegó encabezar la clasificación de LaLiga, que un conjunto sin experiencia en torneos continentales iba a tener semejante bola de partido para pasar de ronda. Sacar algo de la velada con los de Roger Schmidt se antoja fundamental para zanjar las cosas y convertir la próxima visita a Grecia casi en un viaje de placer. Perder, si encima ganan los de Tesalónica al Omonia, sería complicarse bastante la vida en la competición.

Toca pensar en positivo y configurar la mejor versión posible de los rojiblancos. Se observa como fundamental la seguridad atrás, clave en tantas batallas previas. Un blindaje sobre el que potenciar la eficacia. Y, si se encaja, como pasó en el Philips Stadion, mantener la mentalidad ganadora que le llevó a remontar ese encuentro (1-2).

Es un duelo en el que la experiencia también aporta. La tienen tipos como Max Gonalons y Roberto Soldado, veteranos curtidos en muchas guerras. El francés se lesionó en la primera jornada por tierras neerlandesas, en un mal giro de rodilla que resultó ser menos grave de lo esperado. Precisamente, en estos últimos entrenamientos ha lucido un aparatoso vendaje en la articulación, pero en principio se espera que sea el eje del centro del campo. Como el galo, Soldado no fue titular en Balaídos, algo que induce a pensar que tendrán presencia en la formación inicial, aunque Diego Martínez guardó sus cartas en la parte de la sesión en abierto que celebró ayer ante los medios de comunicación. La presencia del valenciano en la rueda de prensa previa, acompañando al míster, alimenta la hipótesis de que será la referencia arriba, como pasó en Malmö, donde también habló.

El bagaje suma en entuertos comprometidos como el que se presupone, pero también la frescura. Hay muchos jugadores con carga de minutos, de ahí que los menos castigados tengan sus posibilidades de actuar. Chicos en integración como Nehuén o Soro, a los que ya se les han inoculado los conceptos que rigen en la caseta nazarí. Joven es también Luis Suárez, que está en racha goleadora. Diego Martínez tendrá que gestionar su apetito, ya sea de arranque o como revulsivo.

El técnico vigués va recuperando futbolistas. A Puertas se le asume con más ritmo en su regreso paulatino tras dejar atrás la Covid-19, mientras que ayer entrenaron Kenedy, Víctor Díaz y Azeez. Ninguno anda al 100%, aunque el brasileño no ha estado tanto tiempo parado como los otros dos. De la situación del resto, no hay mucha más información, pues todos parecían estar aptos en el entreno. Ángel Montoro, Fede Vico y Neyder Lozano son bajas seguras.

Se anuncia una temperatura baja y al Granada le vendría bien mantener la frialdad. La presión la tiene el PSV, que necesita ganar si quiere depender de sí mismo en la última jornada clasificarse. Con esa desesperación han de saber lidiar los rojiblancos, administrando esfuerzos y minimizando el porcentaje de errores no forzados. En símil tenístico, jugar al fondo de la pista, devolver todo y desesperar al contrario.

La pizarra también puede ser clave. Suele influir a balón parado y también en la distribución sobre el césped. Diego Martínez exploró de nuevo la zaga de tres centrales, pero no funcionó en tierras gallegas. Ahora habrá que ver si insiste o retoma el trivote en la medular. Tampoco se pueden descartar otras variantes con dos puntas. Aunque el cansancio afecta, sigue manejando recursos para hacerse imprevisible.

Hay cierta preocupación en el ambiente con la trayectoria en Liga, obviando que el camino del Granada en Europa está siendo fantástico. No es sencillo sumar ya 10 puntos. Ahora busca algo más para su despensa ante un rival con pedigrí que no regalará nada. El mérito es poder vivirlo.