Miércoles, 1 de julio 2020
El Granada certificó su permanencia matemática en Primera división con una soberbia victoria en Mendizorroza ante el Alavés. 46 puntos disparan a los rojiblancos, que deben disfrutar de tener el objetivo cumplido y pueden soñar con más a partir de ahora. Europa parece cosa ... de otros pero, a la chita callando, el equipo se coloca en una posición inmejorable para declararse aspirante, desde la humildad. Antoñín se estrenó ante el gol y Soldado se volvió a poner los galones de general.
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Siete cambios imprimió Diego Martínez en su alineación. Ante la baja por sanción de Germán, edificó la zaga sobre sus tres centrales restantes. Con Foulquier en la derecha, el entrenador insistió en 'tunear' a Gil Dias como carrilero zurdo. Azeez acompañó a Yangel Herrera y se soltaron en ataque Soldado, Puertas y Antoñín, con estos dos últimos por las bandas, con querencia a la derecha el malagueño, protagonista del primer tiempo.
Alavés
Roberto; Ximo Navarro (Martin Aguirregabiria, m. 63), Laguardia, Magallán, Duarte (Adrián Marín, m. 83); Tomás Pina (Pere Pons, m. 70), Camarasa, Aleix Vidal (Édgar Méndez, m. 63), Luis Rioja (Burke, m. 63); Joselu y Lucas Pérez.
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Granada
Aarón; Foulquier, Domingos Duarte, Vallejo, José Antonio Martínez, Gil Dias (Mario, m. 89); Yangel Herrera, Ramón Azeez (Yan Eteki, m. 68); Antonio Puertas (Víctor Díaz, m. 73), Antoñín (Machís, m. 46) y Roberto Soldado (Carlos Fernández, m. 68).
GOLES 0-1, m. 26: Antoñín; 0-2, m. 49: Roberto Soldado .
ÁRBITRO Prieto Iglesias (comité navarro): Amonestó a los locales Rubén Duarte (m. 46), Martín Aguirregabiria (m. 91) y Pere Pons (m. 96); y a los visitantes Antoñín (m. 37) y Soldado (m. 62).
INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 33 de LaLiga Santander, disputado en el estadio de Mendizorroza, sin público en las gradas.
El acto tuvo un claro dominador en el Alavés. El 3-4-3 rojiblanco pronto quedó encapsulado para transformarse en un 5-4-1, con los zagueros en el redil. Al principio no, pues el Granada saltó con su típico brío inicial, atento al quite y recuperando con dinamismo. Conforme los albiazules carburaron, las tornas variaron y con envíos frecuentes sobre todo desde la izquierda generaron inquietud en las filas nazaríes.
El fútbol era muy directo, sin masticación, incomodados los visitantes por el ímpetu de los anfitriones. Aarón, de nuevo con la puerta abierta por la lesión de Rui Silva, titubeó en varios saques con los pies, una de sus acreditadas especialidades en los entrenamientos, lo cual exhibe que la práctica no es lo mismo que la competición y que la confianza se adquiere cuando uno se planta la equipación oficial y goza de minutos. Eso le fue pasando; se entonó y dejó inmaculada su red con algunas buenas estiradas.
Foulquier intentó una aventura individual con apoyo de Soldado, al que la edad cada vez le va confiriendo una mejor interpretación del juego en los espacios, sagaz. Esa acción acabó con un chut elevado de Yangel Herrera. Poco después, llegaría otra incursión en la que el delantero valenciano mostraría su astucia.
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La arrancó Azeez tocando para Gil Dias, pegado a la cal, vigilado. Conectó con Puertas, que rápidamente se asoció con Soldado. Este ocultó el esférico mientras le cercaban y se giró con intuición para ver un inteligente desmarque de ruptura de Puertas, sin atención a su alrededor. El almeriense encaró a Roberto, inclinó el cuerpo y buscó sus límites con un tiro combado, pero el meta rechazó el tiro. No obstante, Antoñín pasaba por ahí y, en pocos segundos, se le cruzó toda su aún corta vida deportiva por delante.
En esas fracciones de delirio controló el esférico, pero se le enredó como un conejo, mientras la portería parecía achatarse a cada metro que avanzaba. Aturdido, impresionado en su segunda titularidad con un panorama tan sugerente, a sus 20 años la picardía se le esfumó y tiró como pudo, desesperado, como el que se saca un peso de encima. Pero las musas estaban con él. La bola superó a Roberto bajo su cuerpo, rozándole pero sin impedir que rodara con suspense hasta la red. Pudo ser el fiasco del día pero se convirtió en el primero de la lista del malagueño, aunque más que celebrarlo, pareció sentir alivio.
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A partir de ahí, el Alavés se enfureció. No parecía lógica su desventaja y pudo recuperar el equilibrio en una falta lateral mal defendida por el Granada, en la que Magallán acabó engullido por la responsabilidad y chutó cruzado, como un despeje, cuando tenía el marco a sus pies. Al poco, otro centro desde la zurda le sirvió a Joselu para empaquetar una asistencia con la espuela. Lucas Pérez fusiló, hostigado por Antoñín de inesperado marcador, pero el poste salvó a Aarón. No por mucho acumular mejoraban las prestaciones atrás de los rojiblancos.
Antoñín, omnipresente, se llevó una amarilla por pugnar por un balón imposible ante Roberto, deslizándose hasta chocar con el cancerbero. Tal vez Diego Martínez lo vio demasiado estimulado por su celebración personal y prefirió cambiar el perfil de la vanguardia con la recuperación de Machís tras el descanso.
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Nada más reanudarse la cita, Rubén Duarte se llevó una tarjeta por atropellar a Soldado. No hay que enfadar al esta vez capitán del equipo, que es competitivo hasta la médula. La escuadra refinó una aproximación bien conducida, tras una recuperación de balón en campo propio. El despliegue se precisó con mimo y hasta Soldado apareció en su nacimiento. Viajó de Azeez a Gil Dias (muy entonados los dos), y del portugués a Machís, abierto y ojo avizor. El venezolano vio al 'nueve' asomar por la frontal con el colmillo reluciendo, le templó un pase raso y Soldado bateó el esférico, que navegó decidido hasta la escuadra. 0-2 y máxima efectividad.
La fiesta pudo mejorar si Machís no se encuentra con Roberto tras un eslalon por el espacio libre, incauta la retaguardia babazorra, en la que el de la 'Vinotinto' exhibió su punta de velocidad ante el contrario. Se escoró demasiado, bajo acoso, y el arquero respondió al envite cruzado.
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El marcador liberó de preocupaciones a los rojiblancos y Diego retiró a Soldado y Herrera, dos fijos, para que pasaran al ruedo Carlos Fernández y Eteki. Se gustaba el equipo, observaba mucha pradera en terreno ajeno ante el riesgo obligatorio del Alavés. Otro de la columna vertebral, Puertas, también pudo ausentarse en el tramo final. Víctor Díaz llegó con un saco de cemento para fortalecer todo atrás.
Se entró en un periodo de saldo, de interrupciones y ritmo cadencioso, con algún balón sin dueño y ciertos encontronazos sin mayor trascendencia. Gil Dias se soltó un poco más en ataque en su situación natural de extremo diestro (con Foulquier de lateral zurdo) y el Granada se pudo permitir el lujo de que debutara el recreativista Mario, uno de los canteranos que se ejercita a diario con el primer equipo. Aarón no toleró una sola afrenta, ni siquiera en la prolongación cuando le disparó Joselu.
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46 puntos ponen al Granada en órbita. El Valencia, próximo adversario este sábado, cayó frente al Athletic y está con las mismas unidades que los rojiblancos. Delante está la Real, con 47 y un encuentro menos.. A dos puntos, los bilbaínos, séptimos, en plaza europea, con una visita pendiente a Los Cármenes. Quedan cinco jornadas apasionantes, ya sin mirar por el retrovisor, sólo oteando el horizonte sin vértigo y con deseo.
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