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Chema Ruiz España
Granada
Sábado, 4 de julio 2020, 01:07
Oscuros nubarrones se ciernen, una vez más, sobre Mestalla. La inestabilidad en la estructura interna del Valencia ha vuelto a trasladarse al terreno de juego, donde el conjunto ché ni siquiera ha podido conservar la inercia del curso pasado, en el que se proclamó campeón de la Copa del Rey y logró un billete para la Champions League. Marcelino, artífice en buena medida del éxito reciente en la ciudad del Turia, fue la primera pieza en caer, en la tercera jornada de este curso. Las últimas han sido Albert Celades, destituido tras perder ante el Villarreal, y César Sánchez, que dimitió mientras cerraba la puerta el técnico catalán. Voro, por quinta vez en los últimos doce años, ha tomado el relevo para salvar la temporada, una tarea para la que ha iniciado un proceso de regresión, recuperando algunos conceptos clave en la pasada campaña.
Al preparador valenciano, no obstante, aún le queda mucho trabajo por delante. Apenas ha podido completar tres ensayos desde su vuelta al banquillo y perdió su primer encuentro, ante el Athletic de Bilbao. Este duelo es la única muestra a analizar del Valencia de Voro, que en cualquier caso encadena tres derrotas consecutivas, en las que ni siquiera ha marcado. Se trata de un equipo en depresión que, de momento, casi no ha mostrado cambios.
Afrontó la visita del Athletic con un clásico 4–4–2, habitual durante todo el curso. Se presentó como un equipo eminentemente ofensivo, que pretende llevar la iniciativa en el choque y quiere mover el balón en campo rival, aunque no fuerza posesiones largas si puede herir al contragolpe. Reúne en la medular a dos mediocentros con recorrido que facilitan combinar la construcción pausada con la transición rápida, flanqueados por dos extremos incisivos. Estira al máximo sus líneas e intenta desestabilizar la defensa de su oponente mediante la movilidad de sus dos puntas, ahora en sequía.
Ellos son los primeros en iniciar la presión. El cuadro ché trata de asfixiar a sus rivales desde el inicio de la jugada, ejerciendo un agobio intenso en todo el campo. Junta sus líneas si el contrincante supera la divisoria con el esférico y presenta serios problemas para defender los ataques por las bandas. No obstante, la mayor de sus dificultades radica en la concesión de oportunidades por errores no forzados en la elaboración.
Parejo, cuarto jugador de la Liga que más pases realiza, es el punto neurálgico del cuadro ché, que ha perdido por lesión a Rodrigo Moreno, probablemente hasta el final de la temporada. El hispanobrasileño es el máximo asistente del equipo y uno de los goleadores, si bien es Maxi Gómez, con nueve dianas, el que manda en esta faceta. El citado Parejo, con ocho, le sigue.
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