Voro acude al rescate de un Valencia a la deriva por enésima ocasión

En las puertas de Mestalla podría escucharse perfectamente aquella circense invitación a disfrutar de excéntricos espectáculos y maravillas: «¡Pasen y vean!». Los problemas no dejan de aflorar en el seno del Valencia, incluso en una campaña en la que defendía el título de Copa del Rey y una plaza en la Champions League. Nada de eso importó a Peter Lim y Anil Murthy, propietario y presidente del club ché, respectivamente, que destituyeron a Marcelino al final de la tercera jornada de Liga, con cuatro puntos en el casillero. Desde entonces, comenzaron a crecer los enanos.

Llegó Albert Celades al banquillo valencianista con la complicada tarea de mantener la inercia que adoptó el equipo con su predecesor, sin demasiado éxito. El conjunto ché cayó en una irregularidad que le apeó de la lucha por la Champions, aunque todavía mantiene la pugna por entrar en UEFA Europa League, igualado a puntos con el Granada, su próximo rival. Cuatro puntos de quince supusieron la destitución del técnico catalán y la dimisión de César Sánchez, hasta entonces director deportivo de la entidad.

«El club es nuestro, podemos hacer lo que queramos con él y nadie puede decir nada», expresó Kim Lim, la hija del propietario del Valencia, tras la derrota ante el Athletic en Mestalla el miércoles. Es la sentencia que resume la metodología ché bajo el mandato de Lim. El empresario singapurense designó como sustituto de Celades a Voro, que acude al rescate valencianista por enésima vez.

Por si fuera poco, Rodrigo Moreno, pieza clave del equipo, podría perderse lo que resta de temporada. Sufre una rotura parcial del ligamento colateral externo de su rodilla derecha que, como poco, le descarta para jugar ante el Granada.