Pep Boada, en una presentación con el Granada. PEPE MARÍN
Exrojiblanco

Pep Boada, en las quinielas para recalar en el Real Zaragoza

El que fuera director deportivo del Granada es uno de los candidatos a entrar en el conjunto maño, según el Periódico de Aragón

Lunes, 21 de noviembre 2022, 11:58

Pep Boada, el que fuera director deportivo del Granada durante la temporada pasada, está en las quinielas para recalar en el Real Zaragoza bajo las ... mismas funciones. A sí lo avanza el Periódico de Aragón, que destaca la buena relación entre el catalán y Raúl Sanllehí, director general del cuadro maño, con pasado en el FC Barcelona entre otros clubes.

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Boada fue destituido en el Granada, junto al resto de su equipo de colaboradores, tras el descenso del equipo a Segunda división, valiéndose el consejo de administración de una cláusula liberatoria en caso de que se produjera la pérdida de la categoría. Desde entonces, el catalán, de 60 años, ha estado ocupado viendo fútbol, a la espera de que le surgiera una oportunidad interesante. Su más estrecho colaborador en la etapa como rojiblanco, David Comamala, regresó este verano al Nástic de Tarragona, donde ocupa la posición de director deportivo. Su conjunto es quinto en la 1ª RFEF, con 19 puntos, a cinco del líder, el Castellón, que curiosamente tiene de entrenador a Rubén Torrecilla, quien fuera preparador del filial del Granada, el Recreativo, y al que Boada y Comamala dieron la oportunidad de dirigir al primer equipo en el tránsito entre Robert Moreno y Aitor Karanka.

La pérdida de categoría cerró abruptamente el proyecto de Boada en Granada, que ya había estado condicionado desde el principio por todo lo que supuso la transición tras la marcha de Diego Martínez como entrenador. El entonces director deportivo, Fran Sánchez, decidió irse al Valladolid, ante la percepción de que su peso en la entidad estaba desapareciendo y que se sondeaba alternativas a su cargo, o bien le iban a colocar a un ejecutivo por encima. La dirección llevó a cabo varios movimientos deportivos en paralelo. El principal, la elección de Robert Moreno para el banquillo. De hecho, su fichaje estaba atado antes de que Pep Boada se confirmara como director deportivo. Este se había movido más en el ámbito de captación de talentos para el Barcelona que en el día a día de un club más convencional hasta su aterrizaje en la casa rojiblanca.

La extraña situación entre Boada y Moreno, pese a que se conocían por su coincidente pasado azulgrana, influyó durante la política de incorporaciones, con llegadas que llevaban el aval del entrenador en contraste con apuestas de Boada y su gente. Pocas cosas marcharon, salvo la incorporación del portero Maximiano.

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La desconfianza entre ellos creció y durante la primera vuelta se empezó a barruntar el cese de Moreno, pero una serie de buenos resultados le alargaron el crédito. Francisco Rodríguez tuvo un preacuerdo con el Granada, pero nunca se ejecutó y este acabó en el Elche, con el que logró la permanencia.

El Granada siguió con Moreno, pero Boada sí tuvo la voz cantante durante el mercado invernal, con unas apuestas por jóvenes valores (Petrovic y Arezo), otras promesas con algo más de bagaje pero con escaso vuelo en Primera (Álex Collado y Raba) y uno más hecho aunque venido de otro campeonato menor (Uzuni). Nadie terminó de cuajar. El equipo se vino abajo, Moreno fue cesado pronto y subió Torrecilla con los 'mayores'. Tampoco hubo revulsivo con el extremeño y llegó un tercer preparador, Karanka, para intentar la reacción. Con el que sí hubo mejoría de resultados, pero pinchó en el último duelo ante el Espanyol, con un empate inservible para mantenerse en la élite. Supuso el desplome hacia el 'infierno' y la salida de Boada y los suyos, aunque no la de Karanka, que renovó. Ahora, el vitoriano también está fuera. No queda nadie de los que pilotaron aquel cambio de ciclo.

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