Un partido importante cargado de interrogantes

Después de cuatro encuentros como visitante en once días, el Granada regresa esta tarde a Los Cármenes para medirse al Celta de Vigo, fresco en la memoria el duelo de Balaídos que acabó 3-1 y con el equipo muy superado en varias fases del partido. En el rival se ha recuperado Iago Aspas, némesis de los rojiblancos, después de que los suyos hayan sido incapaces de ganar sin él en todo el mes. El genio de Moaña se merendó en Vigo la defensa con tres centrales que recuperó Diego Martínez por primera vez en todo el curso; esta vez, con dos únicos centrocampistas hábiles –Montoro y Herrera, con suerte; con Eteki aún sancionado y Azeez al margen– y tras la prueba de Vallejo como pivote en El Sadar, todo apunta a que el técnico alineará a dos delanteros contra el equipo del que fue hincha.

Será de la partida Roberto Soldado, titular en Copa pero reemplazado al descanso tras un primer tiempo de escándalo. Batalló como el que más y exhibió su clase sobre el césped artificial de Navalcarnero. Asistió con mucha inteligencia a Fede Vico en su gol y marcó el cuarto con una vaselina desde treinta metros. Cargado de autoestima, podría acompañar a Luis Suárez en la punta del ataque si el colombiano se encuentra apto. Ya marcó al Celta en Balaídos en una carrera excelsa en un contraataque fugaz que resolvió como un maestro.

Todo apunta a un partido muy diferente al de entonces, aunque la seña de identidad que ha implantado Coudet en el Celta es la del atrevimiento. El argentino apuesta por el 'centrocampismo' -aunque es baja Denis Suárez por contacto estrecho con un positivo-, justamente de lo que carece Diego Martínez en esta ocasión pese a su empeño esta temporada por reunir a tres especialistas en esta zona. Ahí puede resolverse parte del encuentro, más allá de la fortuna en las áreas. Y luego, claro, está lo de Aspas.