Quini persigue a Bryan Gil durante una acción del partido. SD EIBAR
Eibar - Granada

Quini se enfrentó con coraje al examen más difícil

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El lateral cordobés fue titular por primera vez en Liga desde su regreso y tuvo que lidiar con Bryan Gil, al que sometió a un buen marcaje

Domingo, 3 de enero 2021, 23:51

Cuando el Granada sufrió la baja de Álex Martínez en Segunda, a Quini le faltó tiempo para ponerse a practicar con la izquierda. El equipo le necesitó y él estuvo ahí, a la sombra de Víctor Díaz desde su llegada hasta entonces. Su perseverancia ... consiguió que ni el salto a Primera dejara a la vista sus carencias a pierna cambiada, y Diego Martínez y sus compañeros todavía se lo agradecen. Pero la rodilla le crujió en su mejor momento y, trece meses después, todavía lidia con las consecuencias. En Ipurua, y por la sanción de Foulquier, a Quini le volvió a tocar con la más fea. No arrugó el gesto; se subió las medias.

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El cordobés iba a medirse con uno de los jugadores revelación de la temporada, el flaco Bryan Gil. Un alambre de puro nervio, determinación y electricidad. Un chavea de 19 años crecido al que Quini quería poner el cepo rápido para que no se viniese muy arriba. Sobre un césped cargado de agua que hacía imposible una conducción coherente, el rojiblanco le ganó la primera pugna y no se lo pensó dos veces para arrojarse a sus pies antes de que el 'Beatle' iniciara el baile. Fue el duelo del partido. Unas veces ganó uno y otras el otro, pero nunca dejaron de desafiarse, ambos encantados con la propuesta.

Por momentos pareció que Quini ganaba la partida, cuando Bryan Gil permutaba la banda con Inui, que hizo bastantes menos cosquillas a Carlos Neva en la izquierda. Pero Bryan siempre vuelve, porque es tan enclenque como tenaz, una rama que no cede al viento, una culebrilla que sigue regateando aunque el balón no se levante de la hierba. La ocasión más clara de la primera parte, de hecho, fue un centro con su firma en las narices de Antonio Puertas y del propio Quini. En ocasiones ni dos jugadores bastaban para impedir que lanzara su centro. Y este es bueno casi siempre.

Quini, que se lo había tomado ya como algo personal, concentrado todo el partido y con alguna llegada interesante en ataque, terminó en la izquierda que le abrió las puertas de la titularidad en Segunda. Regresó al fútbol el capitán Víctor Díaz, a cuya sombra pasó Quini tanto tiempo, también tras varios meses lesionado. Sin embargo, el nervio de Bryan Gil se lo llevó por delante nada más salir. Quini, que completó un marcaje casi perfecto, no estaba ni cerca en ninguna de las dos acciones con las que Bryan Gil decantó el partido.

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